martes, 13 de febrero de 2024

EMBOTADOS Y CIEGOS DE TANTA MUNDALIDAD

El mundo nos embota, nos ciega y debilita nuestra voluntad hasta el punto de que nos somete y dirige como meras marionetas. Tenemos delante la solución y no la vemos; oímos la Palabra y no la entendemos ni le prestamos la debida atención. Caminamos embotados y ciegos como ovejas sin pastor seducidas por lobos. Realmente, ¿sabemos a dónde vamos?

¿Es que no nos damos cuenta? Pensamos en la muerte, cosa segura y cierta, pero no nos paramos a pensar que hay detrás de ella. ¿Acaso no sentimos dentro de nosotros – en lo más profundo y recóndito de nuestro corazón – un impulso y fuerte deseo de vivir eternamente? ¿Por qué no lo escuchamos y reflexionamos al respecto? ¿Nos da miedo? ¿Y no nos dará más miedo y será trágico encontrarnos con la verdad cuando llegue la hora de la muerte? ¿Cómo es posible que no tratemos de indagar, buscar, escuchar, atender y ver que es lo que está pasando? ¡Nos jugamos la Vida y la Felicidad Eterna!

¿Te has parado a pensar lo que ocurrió en el milagro de los panes y peces? ¿No entiendes como Jesús multiplica el pan y da alimento a todos? ¿Y no nos lo promete pocas horas antes de morir en la última cena? ¿No entrega su Cuerpo y Sangre para hacerse alimento espiritual para todos los que en Él creen? ¿Y no nos promete qué quien come su Cuerpo y bebe su Sangre tendrá Vida Eterna? Luego, ¿qué estamos haciendo y en qué estamos perdiendo el tiempo? ¿Vale la pena vender ese regalo de Vida y Felicidad Eterna por un poco de felicidad – nunca plena – cuatro días en este mundo?

Conviene que nos serenemos, nos apartemos un poco del ajetreo de este mundo y reflexionemos sobre nuestro futuro, sobre nuestra felicidad y sobre lo que realmente nos da gozo y plenitud eterna como realmente deseamos.