viernes, 26 de julio de 2024

EN ESTADO DE VIGILANCIA Y ALERTA

Seguir a Jesús exige permanecer en estado de vigilancia y alerta constante. El Maligno está al acecho y, al menor descuido y relajamiento por nuestra parte, caerá encima de nosotros para tentarnos y seducirnos y apartarnos del Camino, de la Verdad y de la Vida.

Si nos quedamos a orillas del camino, pronto los pájaros de nuestra pereza, de nuestro abandono y comodidad terminarán por apagar todas nuestras inquietudes y aspiraciones y engullirlas hasta el punto de desaparecer. Pero, también nos puede ocurrir que llenos de alegrías y entusiasmo por acoger la Buena Noticia, todo queda en la superficie, no hay profundidad ni interiorización, y pronto a las primeras de cambio, ante las dificultades y problemas, desistimos y dejamos de seguir a Jesús. Nuestro primer entusiasmo desaparece.

Otro de los grandes peligros es quedarnos a media y no escuchar en silencio la Palabra. Sembrar no limpiamente sino en medio de mucho ruido y entre medias aguas. Es decir, querer estar aquí y allí, escuchar la Palabra, pero también al mundo. Terminarán los afanes y ambiciones de este mundo por vencernos y apartarnos de Dios. Consecuencia de sembrar entre abrojos.

Sólo, lo sembrado en tierra buena, capaz de dejar hundir las raíces de tu corazón y de que se adhieran a la Palabra de Dios, será capaz de dar frutos. Y esa será nuestra misión, aspiración y vigilancia, cuidar bien nuestra siembra de la Palabra de Dios, escuchándola y poniéndola en práctica en nuestras vidas asistidos por la acción del Espíritu Santo.