domingo, 29 de enero de 2023

NO SE TRATA DE SER POBRE, MANSO, LLORAR…ETC.

Se trata de que la verdad siempre molesta y de que quien vive en la verdad terminará por ser pobre, manso, llorará y tendrá siempre la amenaza del sufrimiento a la puerta de su corazón. Es evidente que quién ama sufre y esa es la cuestión. Por eso Jesús, que viene enviado por el Amor Misericordioso e Infinito de – su Padre – llama bienaventurados a los que son pobres de espíritu, a los mansos, a los que lloran…etc.

Lo único y verdaderamente importante es la promesa de ser «Bienaventurado». Es decir, «Felices», porque esa es la meta que buscamos todos. Creo que si pudiéramos ver a lo que si han llegado a conseguir ese estado de bienaventurado no escatimaríamos ningún sacrificio por lograrlo también nosotros. Por tanto, lo que interesa es ser bienaventurado y no pararnos en las condiciones para poder serlo.

De la misma manera lo que importa es amar, porque quien ama está cumpliendo la Voluntad de Dios. Y de ahí a ser bienaventurado no falta nada, lo eres desde que tu esfuerzo vaya dirigido a amar en la misma medida que Dios te ama. No, por supuesto con la intensidad y la fuerza que lo hace Dios, que es infinita, pero sí dando todo lo que hemos recibido gratuito de su Amor.

A fin de cuenta, ¿qué buscan y pretenden los hombres y mujeres de este mundo? ¿No se trata de ser bienaventurados? Pues más claro no lo puede decir el Señor: Eres bienaventurado cuando eres pobre de espíritu; cuando eres manos; cuando lloras…etc.