Lo único y
verdaderamente importante es la promesa de ser «Bienaventurado». Es decir, «Felices»,
porque esa es la meta que buscamos todos. Creo que si pudiéramos ver a lo
que si han llegado a conseguir ese estado de bienaventurado no escatimaríamos
ningún sacrificio por lograrlo también nosotros. Por tanto, lo que interesa es
ser bienaventurado y no pararnos en las condiciones para poder serlo.
De la misma manera
lo que importa es amar, porque quien ama está cumpliendo la Voluntad de Dios. Y
de ahí a ser bienaventurado no falta nada, lo eres desde que tu esfuerzo vaya
dirigido a amar en la misma medida que Dios te ama. No, por supuesto con la
intensidad y la fuerza que lo hace Dios, que es infinita, pero sí dando todo lo
que hemos recibido gratuito de su Amor.
A fin de cuenta, ¿qué buscan y pretenden los hombres y mujeres de este mundo? ¿No se trata de ser bienaventurados? Pues más claro no lo puede decir el Señor: Eres bienaventurado cuando eres pobre de espíritu; cuando eres manos; cuando lloras…etc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario se hace importante y necesario.