lunes, 14 de julio de 2025

UNA CRUZ QUE NOS VIENE DEL MUNDO

Mt 10, 34-11,1

    Javier se desvivía por ayudar a los que menos tenían. Sentía compasión por aquellos que sufrían y no tenían posibilidad de aliviar su sufrimiento. Había ido varias veces a lugares donde necesitaban ayuda. Era médico y, quizás por casualidad, se vio comprometido a colaborar con una asociación que dedicaba sus servicios en favor del necesitado. Esas repetidas experiencia le descubrieron que mucha gente lo pasa mal y sufren situaciones que vienen derivadas de sus inmediatos jefes que, de forma intencionada y maliciosa, administran los recursos de forma egoísta para su provecho propio. Hay muchos pueblos que sufren opresión, miseria y dictaduras que les relegan a vivir en la miseria.

    —¿Qué casualidad encontrarte, amigo Javier, ¿A dónde vas?
    —Buenos días, daba un paseo para refrescar la mente y hacer un poco de ejercicio. A propósito, venía pensando lo mal que está el mundo en algunos lugares. Hasta hace poco me pensaba que el infierno no existía en este mundo, pero veo que hay muchos lugares que se le parecen mucho.
    —Hay muchas injusticias, aprovechados y malos administradores que someten a los pueblos y se apoderan de sus riquezas, lo empobrecen y los obligan a vivir en precariedad. Diría a morir de hambre y enfermedad.
    —Así es, Pedro, lo puedo afirmar por mi propia experiencia. Lo he vivido hasta el extremo que sientes compasión por esa gente a la que vez indefensa, impotente y resignada a su suerte o situación. ¿Y sabes una cosa? Te sorprende verlas tranquilas, paciente y hasta regalarte una sonrisa. Llegas a pensar que aceptan su cruz con paciencia, como si eso fuese lo normal.
    —No lo sé, pero pienso que su pobreza e ignorancia los aísla y los deja indefensos e incapaces de defenderse. Y en manos de unos dictadores que se enriquecen y se fortalecen con poder y fuerza para someterlos y mantenerlos a raya. Sin embargo, Javier, tú, y otros muchos como tú hacen una buena labor. Se nota en tu preocupación y colaboración desinteresada y altruista.. Eso habla muy bien de ti.
    —Hombre, yo al principio lo ignoraba, pero cuando, por la causa que sea, te encuentras con esa realidad, sientes dentro de ti una fuerza y compasión que te empuja a ayudar en la medida que puedas.
    —Eso tiene un nombre, «amor», y está grabado a fuego en lo más profundo de nuestros corazones. Y cuando experimentas el sufrimiento de otro, se enciende en tu corazón esa fuerza que te empuja a compadecerte y ponerte en su lugar. Y se te complica tu vida, sufres y te duele el dolos de los débiles y pequeños. Aparece la cruz en tu camino. Hay un pasaje evangélico - Mt 10, 34-11,1 - te invito a leerlo, que habla de eso que has sentido. Evidentemente tendrás tu recompensa.
 

    Javier siguió su camino tras aquella breve conversación con su amigo Pedro. Fue un encuentro casual,  se preguntaba. La casualidad le había dado una respuesta de esperanza a sus inquietudes y preocupaciones. ¿Acaso era eso alguna llamada, a través de su amigo Pedro, como respuesta a sus propias preocupaciones?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.