No son palabras mías, son
palabras de Jesús: «¿Tanto tiempo hace que
estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al
Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el
Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta;
el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras».
¡Y nosotros? ¿Vemos al Padre en Jesús? ¿Comprendemos lo
que realmente Jesús nos está diciendo? ¿Nos damos cuenta de que Jesús está en
el Padre, y el Padre en Jesús? O lo que es lo mismo: Jesús es el Padre, y el
Padre es Jesús. O dicho de otra forma:
Dios es Trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y eso significa que Jesús
nos revela al Padre, porque Él es ese Dios Trino, en la Segunda Persona de la
Santísima Trinidad.
Pidamos la Gracia de creer sin entender, porque nuestra capacidad intelectual no alcanza a comprender ese inmenso Misterio. Un Misterio que nos ha dado la vida, y la oportunidad de, creyendo en Él, alcanzar esa vida eterna que anhelamos en plenitud de gozo, paz y alegría. En tus manos, Señor, ponemos nuestras vidas. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario se hace importante y necesario.