jueves, 5 de junio de 2025

UNIDOS, COMO EL PADRE Y EL HIJO.

Jn 17, 20-26

No entendemos que Jesús, el Hijo de Dios Vivo, que ha dado su Vida por mí, se ponga ante el Padre y le pida por mí. Y también por ti y por todos los que creen en su Palabra a través de los apóstoles que nos la han transmitidos.

—¿Tú lo entiendes, Pedro? Preguntaba Manuel, algo perplejo, a su amigo.

—Me cuesta entenderlo, pero quiero y trata de entenderlo. De cualquier manera lo importante es creer. Y en eso me aplico.

—Sí, a mí me ocurre algo parecido. Sin embargo, en mis oraciones pido para que mi corazón – iluminado por el Espíritu Santo – llegue a entenderlo.

Ambos amigos se interpelaban en el esfuerzo de compartir esa dificulta, inherente a nuestra propia naturaleza, que nos impide entender lo que nos dice y promete el Señor. De ahí la necesidad que tenemos de ser niños y creer en nuestro Padre. Nada extraño a nuestra propia experiencia, pues cuando niños creíamos en todo lo que nos decían nuestro padres. De ahí que Jesús, el Señor, nos dice en algún momento que tenemos que ser como niños.

—Esa es nuestra intención y eso es lo que celebramos en cada Eucaristía, todos unidos ante Jesús, que reza por nosotros y se da para que perseveremos unidos como el Padre y Él son uno – concluyó Manuel.

Hagamos nosotros lo mismo, celebrar la Eucaristía unidos a Jesús y tratando de vivir esa unidad a la que nos convoca Jesús cuando nos reparte su Pan: Cuerpo y Sangre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.