martes, 29 de marzo de 2011

EL PERDÓN ESTÁ POR ENCIMA DE LA JUSTICIA (Mt 18, 21-25)


Y es que no hay otra salida. Si solo vas a perdonar lo que te parece justo no podrás amar, porque sólo el que perdona ama. La justicia humana está apoyada en la correcta interpretación de la ley natural y de los derecho de toda persona, que en muchos casos no se cumplen porque el hombre los adapta a sus propios intereses y beneficios (aborto).

No ere justo perdonar a aquel siervo su deuda, porque la debía y lo que se debe se entiende que se deba pagar. Si era más entendible darle facilidades y comodidad para que pudiera afrontar dicha deuda. Pero el Rey fue misericordioso y, compadecido, no sólo perdonó el no haberla pagado sino que le eximió de pagarla: "Le perdonó de pagar la deuda".

Es decir, olvidó aquella deuda como si no hubiese sido nunca deuda y el siervo salió limpio de toda obligación de pagarla. Sin embargo, él no actuó así con aquel otro que le debía un dinero. Le exigió pagarla y enseguida. No se compadeció de darle, al menos, un tiempo para poder hacerlo. Y le llevó a la cárcel. Es ahí donde la justicia se hace presente y te recuerda que: "Igual que hagas tú con el otro, harán contigo".

No hace falta decir más, pues todos entendemos claramente que lo que no quiero que me hagan a mí, tampoco debo querer que se lo hagan a otro. Y ese pensamiento, lo he compartido algunas veces, me ayuda y fortalece a perdonar las ofensas y deudas recibidas en mi vida, porque con la misma moneda seré yo perdonado de las mías.

Gracias, SEÑOR, por entender esta 
Palabra que TÚ me dices, porque,
ella, me da fuerzas para poder
yo vivirla y llevarla a cabo.

Gracias, SEÑOR, porque con tu
ayuda puedo enfrentarme a
perdonar, y cuando perdono
siento que amo, y si soy
capaz da amar es que
estoy en tu presencia. Amén.

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