viernes, 29 de abril de 2011

LA OBEDIENCIA ES EL PRIMER PASO (Jn 21, 1-14)


Hablamos de fe y la necesidad de pedirla, pero la fe implica creer en algo que no se ve, y ni siquiera se comprende. Fe es sinónimo de fiarse, de confiar el alguien. Sin embargo, la fe no se enciende si no se obedece, porque la prueba de tener fe es obedecer en lo que crees.

Por eso, Pedro y los demás obedecen. Después de estar toda la noche bregando sin resultados, un aparente desconocido les invita a tirar de nuevo las redes a la derecha con el propósito de encontrar pesca.

Se necesita obediencia y paciencia para, después de no encontrar nada durante toda la noche, un desconocido te indica que ahora, a la derecha, hay pesca. ¿Por qué obedecer? Posiblemente por la necesidad de creer en alguien que nos ayude a solucionar nuestra necesidad de alimentarnos. Tenemos necesidad de salvación, porque por nosotros mismos experimentamos impotencia de poder salvarnos. Como los apóstoles nos encontramos sin rumbo, cansados y sin saber donde está nuestro pan, si a la izquierda o a la derecha.

¡Es el SEÑOR!,  exclama Juan, y Pedro salta sin pensarlo. Necesita al SEÑOR para dar respuesta a todo lo que lleva dentro. Sin el SEÑOR la pesca, el lago y la vida no tiene sentido. Necesitamos al SEÑOR para responder a todos nuestros interrogantes. No nos bastamos por nosotros mismos. No sólo el alimento material nos basta. Necesitamos su Cuerpo y su Sangre para sentirnos plenamente felices, pues sólo el pescado no nos basta. El SEÑOR nos provee de todo lo necesario.

No dejes, SEÑOR, que me alimento
sea tan pobre. El pan solo no me
basta, pues si TÚ no estás en
mí y me fortaleces, nada
soy. Necesito tu
alimento. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.