jueves, 13 de diciembre de 2012

¿ES NUESTRA VIDA UN DESIERTO?

Mt 11,11-15

Posiblemente nunca se nos ha ocurrido pensar en eso, ¿nuestra vida un desierto? Pero parados a la reflexión quizás no sea ningún disparate pensarlo. Porque en cada vida hay mucho de soledad, de camino sin horizonte, de desespero, de calor y sed, de mucha arena sin ver el oasis del descanso... 

Sufrimientos, angustias, obstáculos, tempestades, luchas...etc. Juan el Bautista hizo de su vida un desierto, pero un desierto que fue fértil y dio sus frutos. Algunos de sus discípulos fueron luego seguidores, discípulos y apóstoles de Jesús, a quien él anunció y predicó en el desierto de su vida.

¿Y en el desierto de nuestra vida? ¿Predicamos la Buena Nueva? Porque cuando nos esforzamos vivir desde el amor tratando de ser más justos, más solidarios, más responsables y mejores personas, estamos predicando como Juan desde el desierto de nuestra vida.

No está lejos Juan ni su desierto. Cada uno de nosotros tiene el suyo. Sólo falta buscarlo y vivirlo, porque la vida se compone de eso, de muchos desiertos que regados con el agua del amor darán frutos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.