sábado, 26 de octubre de 2013

LAS CADENAS DE LA CARNE

Lc 13,1-9)

 
El camino de nuestra salvación está marcado por una lucha a vida o muerte. Vida si caminamos injertados en Xto. Jesús; muerte si nos dejamos dirigir y guiar por las apetencias de nuestra carne. Carne que, como muy bien expresaba Fray Nelson Medina, no sólo son nuestras apetencias carnales, sino también las intangibles o espirituales con las que expresamos nuestros sentimientos o emociones.

Así, la envidia, la codicia, el individualismo, la inclinación a desunir, la venganza, la soberbia... son también parte de nuestro cuerpo que nos arrastran y someten. Esta mala tierra que somos si no está abonada y cuidada por la Gracia del Espíritu Santo que las fertiliza, pronto será encadenada y sometida a la esterilidad y la indiferencia. 

Así, no es de extrañar que aquella parra no diese frutos. Pero siempre tenemos la Misericordia de Padre Dios que prolonga nuestro camino en el tiempo y nos riega con la Sangre de su Hijo, con la esperanza de que la próxima cosecha sea fructífera. 

Abramos nuestro corazón para que nuestra mala tierra sea arada y abonada por la Gracia de Dios y podamos dar frutos abundantes.

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