lunes, 9 de diciembre de 2019

LA SALUD O SALVACIÓN INTEGRAL: ALMA Y CUERPO

Resultado de imagen de Lc 5,17-26
De poco sirve, aunque aparentemente creamos que no, sanar de nuestra enfermedades si nuestra alma queda en pecado. Lo verdaderamente importante es salvar nuestra alma, es decir, quedar limpio de pecados, aunque nuestro cuerpo quede enfermo, porque, salvada nuestra alma, nuestro cuerpo quedará también salvado para la Eternidad. Esa es la única y verdadera misión de Jesús, salvarnos integramente, es decir, cuerpo y alma.

Por eso, se entiende y se explica que Jesús le dijera a aquel paralitico puesto delante de Él: «Hombre, tus pecados te quedan perdonados». Y es que Jesús, nuestro Señor, busca nuestra íntegra salvación, la del cuerpo y la del alma. Pues, de nada nos vale salvar el cuerpo en este mundo si perdemos nuestra alma. 

Sucede que muchas veces Jesús, el Señor, se ve obligado a hacer lo que no quiere hacer. Nuestra mente es muy terca y necesitamos ver algún milagro para creer. Sucedió con Tomás y con muchos otros. Jesús cura a aquel paralitico de su parálisis para que los que estaban dudando de su poder misericordioso creyeran. También nos ocurre a nosotros, ¿estás de acuerdo? 

Nos desesperamos cuando nos aflige alguna enfermedad y hace sufrir a nuestro cuerpo. Perdemos la confianza en el Señor. Nuestro cuerpo no vale mucho, pues le llegará su hora y tendrá que corromperse. Importa nuestra alma y que esté limpia de todo pecado. Y sólo el Señor, nos podrá limpiar. Para eso ha venido para salvarnos de la esclavitud del pecado.

No tengamos miedo y pongamos delante de Él, como aquel paralitico, nuestras parálisis, que nos inmovilizan y nos mantienen pasivos, temerosos e imposibilitados de caminar y confiar en el Señor. Él nos sana integramente, tanto del cuerpo como del alma, pero no por un tiempo, sino para toda la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.