domingo, 12 de agosto de 2012

TÚ ERES EL ÚNICO CAMINO, SEÑOR

 - Juan 6, 41-51  Los judíos murmuraban de él...

y solo por, con y en Ti podemos llegar al Padre. Tú eres el pan bajado del cielo, el pan de la vida, y quien como de ese pan, tendrá vida eterna. ¿No es esto maravilloso? Hay esperanza de alcanzar lo que todos deseamos ardientemente.

Porque el hombre desea ser feliz, alcanzar la paz absoluta y el gozo de vivir eternamente envuelto en esa paz y felicidad. Y eso, por nuestra propia experiencia, no lo podemos alcanzar. Lo sabemos, sin embargo no llegamos a creérnoslo, porque no reaccionamos. Nuestra vida no experimenta un cambio de rumbo, un giro que cambia nuestra dirección y pasamos de considerarnos primero a vernos últimos.

Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida, y en Él encontraremos la dicha de gozar eternamente junto al Padre. Porque: "Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día".

Estamos salvados, pero corresponde a cada uno discernir y tomar esa elección, elección de tomarlo o dejarlo. Es el aceite de nuestra lámpara, la preparamos con sensatez teniéndola bien llena para resistir la llegada del Esposo, o si nos descuidamos, como las necias, y la llevamos media vacía nos puede sorprender su llegada con la lámpara sin aceite, sin los frutos esperados.

Pidamos al Señor que nos ilumine y nos de la sensatez de estar preparados y comer ese Pan de Vida que nos alimenta y nos sostiene hasta su venida. Amén.


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