martes, 31 de mayo de 2011

EL DON DE LA MATERNIDAD (Lc 1, 39-56)

En aquellos días,María partió y fue sin...

Más que nunca, el don de ser madre, está amenazado porque al parecer está en boga el no serlo. La cultura de la época que vivimos, "hedonista e irresponsable respecto a la sexualidad, presupone un concepto egoísta de la libertad que ve en la procreación un obstáculo al desarrollo de la propia personalidad" (Juan Pablo II). 

Hoy, ser madre es un lastre que te reclama darte y ofrecerte, por amor, a entregarte por entero a la educación y el cuidado de tu hijo. Sin embargo, el hecho propio de la maternidad como también la paternidad, son fuente de felicidad y de vocación a la que el ser humano, por mucho que quiera mirar para otro lado, no puede eludir ni evitar.

El aborto, amenaza y crimen, que convierte en un peligro la vida de cada niño nacido en el vientre de su madre, es la mayor aberración que, a diario, el ser humano está cometiendo. Porque el amor entre dos personas, hombre y mujer, tiene como fruto verdadero la vida del ser engendrado que les reclama su amor. Cuando este diálogo amoroso se convierte en simple intercambio sexual y placentero, marcado por el egoísmo, se desecha el fruto resultante porque su cultivo no está marcado por el amor verdadero.

Miremos a María, la agradecida de DIOS, que, con prontitud y esmero, llena de alegría acude solicita a servir a su prima Isabel, que, tocada por la Gracia, irrumpe en bendición el fruto del seno de María, la Madre de DIOS. 

DIOS mío, ilumínanos para que sepamos que cada
niño nacido en el vientre de su madre es una
nueva vida a la vida de la Gracia, y una
nueva vocación a la que debemos
de acompañar y cuidar.

lunes, 30 de mayo de 2011

EL CAMINO TIENE MUCHAS ESPINAS (Jn 15, 26-16, 4)

¡Jesús es el Señor!

Hay muchos momentos que la subida se te hace casi imposible. Uno, puede ser en estos momentos, a la hora de invitar a alguien a seguir a JESÚS, a encontrarse con ÉL. ¿Cómo explicarle que JESÚS es la felicidad que buscamos siguiendo un camino de espina y de rechazos? ¿Cómo decirle que olvidándote de ti y muriendo a tus egoísmos encontrarás lo que realmente quieres, ser feliz eternamente? ¡Verdaderamente, se hace difícil!

Estoy invitando a personas a tener un encuentro con JESÚS, Cursillo de Cristiandad, y cuando meditas esta Palabra de DIOS, te quedas perplejo y confuso: ¿Cómo hablar de felicidad por un camino de rechazos, incluso de muerte? Se hace difícil plantearlo.
Sin embargo, JESÚS nos promete: «Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, Él dará testimonio de mí. Pero también vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio. Y eso me basta, porque TÚ lo dices SEÑOR, y TÚ tienes Palabra de Vida Eterna. Lo demás ya no me importa, porque TÚ Palabra me reconforta, me fortalece y me da esperanza.

Entonces, la Luz, el ESPÍRITU SANTO, se hace presente y todo se ve con alegría, paciencia y esperanza. La Verdad nos hace libre y vemos con claridad meridiana que en este mundo y en sus cosas no hay felicidad verdadera sino, a lo más, aparente, y que tras ellas se esconde desesperanzas, angustias e infelicidad.

No dejes, mi SEÑOR, que el mal me pueda vencer,
que el resplandor caduco y efímero de las 
cosas de este mundo me tienten y 
venzan.

Mantenme siempre en presencia del ESPÍRITU SANTO,
y ponme en cada momento en sus Manos, para
que asistido, fortalecido y dirigido por ÉL
no sea vulnerable a las ofertas y
tentaciones del Príncipe de
este mundo. Amén.

domingo, 29 de mayo de 2011

NO ESTAMOS SOLOS (Jn 14, 15-21)


No somos nosotros los que decidimos ni los que actuamos. Sí es verdad que, quien actúa necesita de nuestra colaboración y nuestro permiso, pues somos libres y respeta nuestra libertad que ÉL mismo nos ha regalado. Pero, todos nuestros actos están, cuando le permitimos actuar, dirigidos y asistidos por ÉL. Incluso nuestras oraciones.

Nuestro SEÑOR JESUCRISTO ha pedido al PADRE que nos envíe otro Paráclito, para que esté con nosotros para siempre y nos dirija y asista en la verdad, pues ÉL es el ESPÍRITU de la Verdad. Y con ÉL no podemos fallar. Aparentemente podemos transparentar que hemos fracasado, que las cosas no salen como queremos, que las circunstancias no nos son favorables, que todo nos ocurre a nosotros, que la enfermedad y el sufrimiento se ensaya con nosotros, pero detrás está el ESPÍRITU SANTO que no es ajeno a nada de lo que nos ocurre, y si ÉL lo permite es porque todo eso es lo mejor para nosotros.

JESÚS vive y nosotros, en ÉL, permaneciendo en ÉL, también viviremos. Y en la medida que guardamos sus mandamientos y permanecemos en EL, más los conoceremos y lo veremos. Tengamos, pues, fe y abandonémonos en sus Manos.

SEÑOR, toma mi libertad y voluntad, dones 
de tu amor, y haz que sean parte de
tus brazos y corazón, para que
en TI, contigo y por TI, 
hagan tu Voluntad. Amén.

sábado, 28 de mayo de 2011

EL CAMINO ES DE ESPINAS (Jn 15, 18-21)


Se equivoca aquel que piensa en buscar, en este mundo, una vida cómoda, relajada y plena de despreocupaciones y problemas. Se equivoca por partida doble: 

a) por un lado, porque por mucho que trate de escapar de los momentos de dolor, enfermedad o sufrimiento, y de evitar problemas, siempre los tendrá en mayor o meno grado. Porque esta, nuestra vida, es un camino de salvación y siempre, en su recorrido, estaremos luchando por la salvación. San Agustín nos lo dijo hace ya mucho tiempo: "Nuestra vida nunca dejará de estar inquieta hasta descansar en TI, SEÑOR". No son sus palabras textuales pero si el contenido de lo que dijo.

b) porque JESÚS fue perseguido, calumniado y crucificado, y el siervo no va a ser mayor que el maestro. Los que tratamos de seguir sus pasos, sus actitudes, su estilo de vida, y vivir su mensaje, tendremos que pasar por lo mismo. Simplemente porque no somos de este mundo y, al no serlo, este mundo nos odia y nos rechaza.

Por eso, lo primero es tener las ideas y criterios claros y saber lo que vamos a encontrar en nuestro peregrinar. Porque ignoran de parte de quien vino el SEÑOR y, por la misma razón, ignoran por qué actuamos nosotros así. Sin embargo, en la medida que hacemos camino en el SEÑOR, fortalecidos por el ESPÍRITU SANTO, nace dentro de nosotros una fuerza que nos llena plenamente y nos inunda de paz y amor.

Por todo ello, SEÑOR, acrecienta nuestra fe
y llenanos de tu Espíritu, para que
injertados en TI seamos 
testigos de tu Amor. Amén.

viernes, 27 de mayo de 2011

MORIR PARA VIVIR (Jn 15, 12-17)

“No hay amor más grande que dar la vida por los

Amar es querer a otro con la sana intención de hacerlo feliz. Amar es desear el bien del otro y de que a nuestro lado se sienta bien y gozoso de paz y bienestar. Amar es procurar el bien de la otra persona. Pero, creo que, siendo sincero, no entendemos el amor así, o al menos nos cuesta mucho entenderlo así, porque lo que buscamos es estar y sentirnos bien nosotros.

En nuestro corazón sabemos que eso no es amor sino egoísmo, pero lo disfrazamos y lo justificamos confundiendo la verdad con la mentira, lo real con lo irreal. Botón de muestra todas las separaciones, divorcios e infidelidades que cometemos a diario. 

Amar es someterse, voluntariamente y libremente, a la obediencia de morir y sacrificarme por el bien de la persona amada. Es estar dispuesto hasta el extremo de darlo y perderlo todo por la otra o las otras personas. Sí, no nos asustemos, es muy difícil, imposible diría yo por nosotros mismos, pero en, con y por JESÚS, y en el ESPÍRITU SANTO, todo es posible, y esa clase de amor, la verdadera, también.

Por eso, hoy JESÚS se nos pone de ejemplo. ÉL es el modelo de como hay que amar, porque ÉL nos amó así, como todos queremos que nos amén.

Pidamos al SEÑOR, asistido por el ESPÍRITU SANTO,
la capacidad de morir por amor a los demás.
Pidamos el don de fortaleza que nos
aliente y capacite para ser grano
de trigo que muere y da
frutos. Amén.

jueves, 26 de mayo de 2011

SE TRATA DE RESPONDER COMO VERDADEROS HIJOS (Jn 15, 9-11)


Se me ocurre pensar, en el intento de interiorizar la Palabra que hoy nos dice el Evangelio, Palabra de DIOS, que los hijos, en su interior más profundo, desean y quieren corresponder al amor de sus padres. Todos hemos deseado ser para nuestros queridos padres los mejores hijos del mundo, y en muchos momentos hemos llorado el no poder haberlo sido.

Y es que nuestras fuerzas humanas no nos permiten poder lograrlo, pues nuestras debilidades nos hacen caer y dejar mucho que desear. Sin embargo, a pesar de todo eso, nuestros padres siguen a nuestro lado y nos dan muchas pruebas de nuestro amor. Muchas veces será estando a nuestro lado, esperándonos. Otras, acompanándonos, sirviéndonos, soportándonos y siempre estando dispuestos a dársenos y ofrecersenos.

Pues, JESÚS, me dice hoy que ÉL me quiere con el mismo amor que el PADRE lo quiere a ÉL. Y ya sabemos cuál es el amor del PADRE al leer la parábola del hijo prodigo. Y agrega que el testimonio de demostrarselo es hacer lo mismo que ÉL hizo con el PADRE: "Cumplir su Voluntad".

Cuando tratamos de configurarnos con CRISTO, ser imagen de CRISTO y vivir según las mismas actitudes de CRISTO vivenciando su estilo de vida y poniéndonos en Manos del ESPÍRITU SANTO para dejarnos dirigir y conducir por ÉL, estamos tratando y esforzándonos en cumplir su Voluntad. Estamos permaneciendo en ÉL y si permanecemos en ÉL permaneceremos en su Amor y en el Amor del PADRE.

No permitamos, por la libertad que hemos recibido,
que nadie nos aparte del amor de JESÚS. 
Permanezcamos a su lado en la
oración intima y diaria, en 
la aceptación y
obediencia.

Pidamos que su Amor nos llene plenamente de su
Gracia y nos conforte en la lucha de cada día,
en la batalla contra nosotros mismos, 
porque la lucha está dentro de
nosotros, y con CRISTO 
somos seguros
vencedores. Amén.

miércoles, 25 de mayo de 2011

EN CRISTO, POR ÉL Y CON ÉL HACIA LA CASA DEL PADRE (Jn 15, 1-8)


Una de la peores cosas que nos puede estar pasando es el creernos lo suficientemente fuertes y capacitados para, por nuestras propias fuerzas, llegar a la Casa del PADRE. Es un doble peligro porque nos puede estar pasando y no nos damos cuenta. Algo así como nuestras propias autotraiciones (ver aquí), que justificamos convencidos de que lo hacemos en la verdad y en la realidad.

En mi propia experiencia personal creo que eso no me ocurre a mí, pero empiezo a dudar si realmente me puede estar pasando. Porque cuando, como Zacarías, dudo de la Palabra de DIOS es que empiezo a querer hacer las cosas según mis deseos y voluntad, o al menos querer entenderlas según mi razón y entendimiento. Y es que todo depende del SEÑOR y sin ÉL nada puedo hacer.

Claro que, ha sido Voluntad del SEÑOR, ÉL ha querido mi colaboración, razón por lo que soy libre y tengo capacidad de poder elegir para entregarle mi voluntad y, en el ESPÍRITU SANTO, dejarme transformar para ser y corresponderle como buen hijo, que redundará en mi propia felicidad, porque como Buen PADRE quiere mi felicidad, plena y absoluta, eterna.

En eso tengo un espejo donde mirarme plácidamente: "María", modelo perfecto de fe y de obediencia de entrega al ESPÍRITU SANTO para que haga, según la Voluntad del PADRE, su obra en ella. Y esa debe ser mi y nuestra labor, ponernos en Manos del ESPÍRITU para que, injertados en JESÚS, como los sarmientos en la vid, demos los frutos que el PADRE quiere de cada uno de nosotros.

No son mis frutos, SEÑOR, sino tus frutos los 
que debe producir mi corazón. Haz, pues, 
que no me aparte de TI en ningún
momento de mi vida, para
que regados por tu
Gracia de los
frutos que tu esperas. Amén.

martes, 24 de mayo de 2011

NADA NOS QUITE LA PAZ (Jn 14, 27-31)

Les dejo la paz, mi paz les...

En el SEÑOR encontramos la paz que nos sosiega y nos da seguridad y tranquilidad. Es una paz que nace de sabernos victoriosos sobre nuestras pasiones e inclinaciones mundanas. Es una paz que nos libera de nuestros egoísmos y sentimientos pecaminosos. Es una paz que, a pesar de padecer enfermedades, insultos, traiciones, mentiras...etc., nos llena de esperanza y de serenidad.

Nuestra paz, la paz verdadera, la que todos buscamos, muchos sin saberlo, es la paz que nace y germina en nuestro interior, en nuestra alma, y nos llena de gozo sereno, contenido y satisfacción. No se trata de la paz egoísta de no estar en guerra para que nadie amenace mis propiedades o pertenencias; no se trata de la paz de no ser molestado ni peturbado por otros; no se trata de la paz tal y como la entiende este mundo, sino se trata de la paz que nace del tomar conciencia de sabernos hermanos y amados por un mismo PADRE.

Se trata de la paz que surge del amor de unos hacia otros, de la aplicación de la justicia igualitaria tanto para mí como para los demás. La paz de los derechos que nace de la dignidad de ser todos hijos de un mismo PADRE. La paz de la tranquilidad de conciencia de sabernos en buenas manos y de ser buenos hijos.

Haz, SEÑOR, que sepamos comportarnos como
verdadero hijos y, en consecuencia, como
verdaderos hermanos, para que de 
esa forma brille la verdadera 
paz entre todos nosotros.

La Paz que nace de reconocerte como
verdadero PADRE, en tu HIJO JESÚS,
y de sabernos todos hermanos en
ÉL, con ÉL y por ÉL. Amén.

lunes, 23 de mayo de 2011

EL ESPÍRITU SANTO, ENVIADO POR EL PADRE EN EL NOMBRE DEL HIJO (Jn 14, 21-26)

El Defensor que enviará el Padre os lo enseñará todo...

Todo amor tiene su prueba de algodón, y digo esto porque las obras manifiestan y descubren si verdaderamente hay amor o no lo hay. Puedes decir que amas, pero si tus obras no lo dicen, te delatan como mentiroso, porque "obras son amores y no buenas razones", dice el refrán. 

JESÚS nos dice hoy que «El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él» Por eso debo conocer a JESÚS, saber que me dice, que me propone, y cuales son sus mandamientos. Porque a quien no se conoce, no se le puede amar.

Ponernos en Manos del ESPÍRITU SANTO es fundamental, porque es el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, quie me enseñará todo y quien me recordará todo lo que JESÚS nos ha dicho». 

Dame, DIOS mío, la fuerza y luz necesaria para
saber ponerme, con entera humildad, en
Manos del ESPÍRITU SANTO, y dejarme
conducir por sus enseñanzas y 
sabiduría. Amén.

domingo, 22 de mayo de 2011

TENEMO UN LUGAR EN EL CIELO (Jn 14, 1-12)


En la casa de mi PADRE hay una morada para mí, y también otra para ti, porque es PADRE de todos. JESÚS es el Camino para alcanzar esa morada, y en ÉL, creyendo en ÉL, también creemos en el PADRE, porque es el PADRE quien lo ha enviado.

Todo es del PADRE, y también las obras, por lo tanto, ellas nos ayudan también a creer que el HIJO es el enviado del PADRE. Y, nos dice JESÚS, que si creemos en ÉL podremos hacer también las mismas obras que ÉL, e incluso mayores.

Pero sin ÉL nada podemos hacer, ni mover un pelo de nuestro cabello. Por eso, cuando la tempestad llega a nuestra vida sentimos que sólo JESÚS puede calmarla, y lo hace, como todas sus obras, en nombre del PADRE. Por eso, desde nuestra impotencia en la experiencia de nuestro acontecer en la vida diaria, experimentamos que sólo en JESÚS, con JESÚS y por JESÚS llegaremos a alcanzar las moradas de la Casa de nuestro PADRE.

Te permito, SEÑOR, que gobiernes mi vida,
que hagas de mí el fruto de tu Camino, de
 tu Vida y Verdad, y que convertido en TI, 
contigo y por TI, llegue a alcanzar
un lugar en la Casa del PADRE. Amén.

sábado, 21 de mayo de 2011

NOS CUESTA CREÉRNOSLO (Jn 14, 7-14)


Nos cuesta creérnoslo, pero es Palabra de JESÚS. Nuestro SEÑOR JESÚS nos promete que haremos las mismas obras que ÉL si creemos en ÉL. A la pregunta de Felipe, SEÑOR, muestranos al PADRE, JESÚS le responde: El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. 

¿Qué nos ocurre entonces? Posiblemente sea el poco conocimiento que tenemos de JESÚS. Conocer a JESÚS es permanecer en ÉL y caminar junto y en ÉL. Necesitamos la confianza, que acrecentará nuestra fe, de que JESÚS está el PADRE, y quien lo ha visto a ÉL, ha visto al PADRE. Y todo lo que pidamos en su Nombre, el PADRE nos lo concederá.

Posiblemente no la entendamos, porque pedimos cosas que no se nos concede, sin embargo más adelante caemos en la cuenta que esas cosas pedidas no eran las que necesitabamos, y que de haberlas tenido nuestra camino hubiese sido otro diferente y perjudicial. Nuestro PADRE sabe lo que nos conviene y eso es lo que nos dará, lo que nos salva y nos hace verdaderos hijos suyo.

Pidamos, pues, con confianza, seguros de que todo aquello que es para nuestro bien será concedido por el PADRE Bueno del Cielo.

Escucha, SEÑOR, mis peticiones y dame todo
aquello que sólo sirva para mi bien y
salvación. Porque esa es tu
Voluntad y lo mejor
para mí. Amén.

viernes, 20 de mayo de 2011

COMPAÑEROS DE CAMINO (Jn 14, 1-6)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

Todo camino tiene un objetivo y, en consecuencia, un final. Si caminamos es que vamos a algún sitio, nos dirigimos a alguna parte. Porque, ¿qué pensaríamos de aquel que camina sin saber a dónde va? Y la pregunta no se hace esperar, cae de madura: ¿Cuál es la meta y objetivo de nuestro camino? ¿A dónde vamos? ¿Por qué caminamos? ¿Y cuanto dura ese camino?

Son preguntas que están en lo más profundo de nuestro corazón, y querer obviarla y mirar para otro lado es de tonto y de poco sentido común. Porque tarde o temprano el camino de nuestra vida llegará a su término y nos encontraremos con la verdad de nuestra vida. Es, por lo tanto, conveniente y necesario preguntarnos ahora cuál es ese camino y si vamos bien encaminados.

Y, para todos aquello que están desorientados, perdidos o confusos, JESÚS nos recuerda y aclara hoy en su Palabra que, ÉL es el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al PADRE sino por MÍ. Todas nuestras búsquedas y dudas encontrarán respuestas. Hay que perder el miedo a viajar.  Nos muestra una meta, nos habla de un camino para llegar a ella.

Quizás, este encuentro bloguero, próximo a celebrar, el 17 de agosto, donde confluiremos muchos de nosotros, puede ser un encuentro que nos ayude a descubrir más nuestro propio camino, pues, injertados en CRISTO y unidos a los hermanos el camino puede ser más nítido y firme.

Despierta en mí, SEÑOR, esas ansías de 
buscarte por las caminos de mi vida.
Haz que no deje de caminar hasta
encontrarte en mi propia cruz.

Porque en mi cruz aceptada, cómo
TÚ lo hiciste por mí, y por tus
méritos y gracia, en el 
ESPÍRITU SANTO 
encontraré
el camino de tu Morada. Amén.

jueves, 19 de mayo de 2011

PERSONAS, PERO NO OBJETOS (Jn 13, 16-20)

Después de lavar los pies a sus discípulos, Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: no es más el siervo...

Nuestra medida es la de la utilidad. Tanto haces, tanto vales. Nos cocificamos y convertimos en objetos de valor para los otros. Tengo un valor por las cosas que hago, no por el hecho de ser persona y de estar en actitud de servicio hacia los demás. Es el amor lo que nos engrandece y nos llena plenamente de gozo y felicidad.

Porque lo importante es mantenerme en una actitud de servicio hasta el extremo de abajarme y lavar los pies, es decir, hasta la humillación por amor. Porque eso  fue lo que hizo JESÚS al rebajarse a lavarme mis pies. Todos no lo comprendieron, y Pedro se reveló. También yo me revelo, porque tengo que aceptar que me cuesta ser reprendido; que me cuesta servir a los pequeños, y que me cuesta aceptar que estoy para servir y no ser servido a pesar de mis capacidades.

SEÑOR, sé lo que me pides, y sé
lo que me espera. El enviado
no es más que quien lo
envía. 

Pero incluso, sabiéndolo encuentro
resistencia. Ayúdame, SEÑOR, a
crecer en humildad. Lavar
pies también es mi
tarea. Amén. ( Oración de "orar y celebrar").

miércoles, 18 de mayo de 2011

TODO ESTÁ CONSUMADO (Jn 12, 44-50)


Cuantas veces he deseado una nueva revelación, o aparición, o la novedad de un nuevo mensaje que me haga reaccionar. Cuantas veces he buscado en la vivencia de unos nuevos ejercicios espirituales o retiros el recuperar el amor primero que parece ha decaído, como los de Emaús, en mi camino.

Siempre andamos buscando, ¡y no es malo!, nuevas experiencias sin percatarnos que todo ya ha sido revelado. Para eso vino JESÚS, para decirme lo que el PADRE me ama y quiere para mí. Y para cada uno de sus hijos. No debo, pues, seguir buscando sino creer en Aquel que se ha hecho visible entre los hombres, JESÚS de Nazaret. El que lo ve a ÉL, ve al PADRE, porque ÉL lo ha dicho y tiene Palabra de Vida Eterna.

JESÚS me habla hoy a mí. Me habla en este momento, en esta cultura y en este lugar (La Iglesia). Sus Palabras son actuales, responden a mis interrogantes e inquietudes, y le dan respuesta. Debo, pues, buscar en un diálogo sincero y transparente su Voluntad, lo que quiere de mí, lo que quiere para mí, y darle respuesta en mi vida.

Y no debo angustiarme porque lo mandado está en proporción de mis fuerzas. ÉL me las dará para que pueda cumplir con lo misionado. Esa es la fe que debo tener y debo pedir, y la Iglesia me lo testimonia en la vida de muchos que lo han hecho (santos). JESÚS se hace contemporáneo mío, se acerca en mi camino hacia Emaús y me alienta hasta que mi corazón arde de pasión y entusiasmo. Luego, al calor de la mesa y la fracción del pan se me hace visible y reconocible. En la Eucaristía recobro la Luz y le reconozco.

Que nunca deje de visitarte y alimentarme
en el Pan Eucarístico, donde, TÚ, SEÑOR
te haces presente y reconocible. Amén.

martes, 17 de mayo de 2011

DIOS NOS HABLA EN NOSOTROS (Jn 10, 22-30)


Santo Tomás de Aquino comenta este pasaje del Evangelio diciendo: «Puedo ver gracias a la luz del sol, pero si cierro los ojos, no veo; pero esto no es por culpa del sol, sino por culpa mía»

DIOS nos regala a su HIJO, nuevo don, que es la Palabra viva en nosotros, y que en nosotros habla y nos interpela... La gran sinfonía musical de DIOS, en la revelación de su Palabra al hombre, es interpretada, desde el corazón de DIOS, al corazón del hombre por un único solista, JESUCRISTO, quien le da vida y vida de salvación.

DIOS nos habla desde nosotros mismos. Está en nuestras entrañas, en nuestro propio ser. No en vano, somos sus hijos, sus propias criaturas. Por lo tanto, toda manifestación de lo creado es fien testimonio de la Palabra de DIOS, y el hombre es su locura, su máxima expresión de amor. Por eso, nos regala a su HIJO hasta el extremo de morir por todos nosotros.
 
Debemos, pues, abrir los ojos y mirarle con fe, porque solo así seremos capaces de reconocerle como verdadero HIJO de DIOS.  Juan Pablo II hablaba en el año 2000, en el encuentro con los jóvenes en Tor Vergata, del “laboratorio de la fe”. Para la pregunta «¿Quién dicen las gentes que soy yo?» (Lc 9,18) hay muchas respuestas... Pero, Jesús pasa después al plano personal: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Para contestar correctamente a esta pregunta es necesaria la “revelación del Padre”. Para responder como Pedro —«Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo» (Mt 16,16)— hace falta la gracia de Dios.

Necesito ser humilde, SEÑOR. Humilde para
ser capaz de reconocerte, de sentir que
sólo TÚ tienes Palabra de vida eterna.

Necesito, SEÑOR, abajarme, abandonarme
en tus Manos y confiar que TÚ eres 
verdadermente el HIJO de 
DIOS, porque TÚ lo
dices y tus obras lo manifiestan. Amén.

lunes, 16 de mayo de 2011

PODER PARA DARLA Y RECOBRARLA (Jn 10, 11-18)


El rebaño necesita pastoreo, un director de orquesta que los dirija y los lleve a buen puerto, seguro y alejado de todo peligro. Hay muchos lobos hambrientos de ovejas dispuestos a devorarla y, sin pastor, quedan a merced del peligro de serlo. Por eso, la necesidad de pastores es de primera necesidad, valga la redundancia.

Pero, no basta con tener pastores, sino que necesitamos el mejor, el único, el verdadero que pueda llevar a cabo esa misión. Y ese es JESÚS: "YO soy el Buen Pastor. El Buen Pastor es aquel que da la vida por sus ovejas de forma libre y voluntaria. Sin condiciones ni intereses, sólo por amor, y por amor, sus ovejas, porque en ÉL se sienten seguras, conocidas y amadas, le obedecen y acuden a ÉL.

Hoy, la Palabra de DIOS, nos interpela, porque todos somos pastores en nuestra familia, con nuestros hijos, familiares, amigos... y, nuestro tiempo y trabajo, debemos organizarlo y, en la medida de nuestras posibilidades, entregarlo al servicio de los demás, no por un salario o interés, sino de forma libre, voluntaria y por amor.

EL SEÑOR es mi Pastor, y con ÉL
nada me falta. Sólo ÉL me 
basta, y en ÉL me 
cobijo y abandono. Amén.

domingo, 15 de mayo de 2011

YO SOY EL BUEN PASTOR (Jn 10, 1-10)


Porque hay muchos pastores, pero sólo Uno es el Bueno y Verdadero. Y ese es JESÚS de Nazaret, el Pastor que conoce a todas sus ovejas, y las llama por su nombre. El Pastor que está solícito a cualquier necesidad o desventura de sus ovejas; el Pastor que cuida de forma personal e íntima a cada una de sus ovejas.

Nadie podrá compartir nuestra más íntima soledad, ni el momento de nuestra muerta. Nadie puede ir, ni acompañarnos en el viaje último de nuestras vida. Podrán estar a nuestro lado, pero no podrán ir ni compartir nada con nosotros. Sólo estaremos con nuestro Pastor. JESÚS es el Único que puede estar y viajar con nosotros en el momento de nuestra mayor soledad, nuestro último viaje, porque ÉL es nuestra única salvación.

Jesús es también la puerta (P. Pere SUÑER i Puig SJ (Barcelona, España). La única puerta. «Si uno entra por mí, estará a salvo» (Jn 10,9). Y poco más allá recalca: «Nadie va al Padre sino por mí» (Jn 14,6). Hoy, un ecumenismo mal entendido hace que algunos se piensen que Jesús es uno de tantos salvadores: Jesús, Buda, Confucio…, Mahoma, ¡qué más da! ¡No! Quien se salve se salvará por Jesucristo, aunque en esta vida no lo sepa. Quien lucha por hacer el bien, lo sepa o no, va por Jesús. Nosotros, por el don de la fe, sí que lo sabemos. Agradezcámoslo. Esforcémonos por atravesar esta puerta, que, si bien es estrecha, Él nos la abre de par en par. Y demos testimonio de que toda nuestra esperanza está puesta en Él.
Dame, SEÑOR, la luz y el oído necesario
para escuchar tu voz, y distinguirla
de las demás voces que me
llaman.

Que sepa siempre quien es mi verdadero
Pastor y que conozca en todo 
momento la puerta de
mi verdadero
redil. Amén.

sábado, 14 de mayo de 2011

EL AMOR NOS LLENA PLENAMENTE (Jn 15, 9-17)

Como el Padre me amó, así os he amado yo.

La carencia del deseo nos hace felices, porque cuando en tu horizonte no hay deseos egoístas aceptas con alegría los acontecimientos que te suceden. Hay frases que recogen esta idea y que pensadores han plasmado de mucha formas. La felicidad está en no desear nada, porque si nada te turba ni te mueve, nada va a alterar tus ansias de tener o poseer.

JESÚS nos deja asombrados porque está por encima de todo esto. Sus Palabras perfeccionan todo lo que define y señala. En el " Amaos los unos a los otros" está contenido todo lo que se pueda pensar y decir sobre la felicidad, sobre la paz y la armonía. Porque amándonos toda envidia, todo orgullo, soberbia, vanidad, intereses y egoísmos quedan vencidos.

Cuando amas y procuras el bien del otro lo haces de forma desinteresada, pues de otra forma ya no sería amor sino egoísmo que busca su interés. Y cuando amas al estilo de JESÚS se hace presente la felicidad y la alegría, pues el bien del ser amado te llena plenamente.

Enseñame, SEÑOR, a saber morir a mis gustos y placeres. 
Buscarme a mí y mis intereses es lo primero que hacemos, 
porque pensamos que es ahí donde encontraremos 
el disfrute y la felicidad. Pero pronto nos damos 
cuenta que todo es efímero y caduco. 

Nada te sacia. Es entonces, cuando descubre 
que el camino es erróneo y que el gozo
y la felicidad están en otro lugar:
"El amor con el que JESÚS me ama 
y quiere que todos nos amemos". Amén.

viernes, 13 de mayo de 2011

EL DESEO DE VIVIR SIEMPRE (Jn 15, 1-8)


“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el que la cultiva...

No podemos negar que dentro de nosotros hay una fuerza irresistible de aspirar a la vida eterna. No nos vale vivir para morir, sino que vivimos para vivir siempre. Eso es lo que nos iguala y lo que nos hace sentir esperanza y deseos para luchar siempre en esta vida. Y es que, desde que no nos sintamos así estamos acabados y muertos de verdad.

Porque morir significa no creer, precisamente, en la vida, pues hemos sido creados para ella, para vivirla gozosamente y eternamente. Pero hay una condición: “Se necesita nuestro concurso libre y voluntario”, para eso hemos sido adornados con la capacidad de elegir libremente, o de renunciar y rechazar el don de la felicidad eterna. Por lo tanto, de ti depende. ¿Qué decides ahora?

Lo más sensato es buscar si hay Alguien que nos pueda dar tan alta aspiración, y, de buen gusto es, hallado, seguir sus indicaciones y mandatos. Pues sería contradictorio querer y desear algo tan fuertemente y rechazarlo cuando se nos ofrece.

Pues bien, esto es lo que JESÚS de Nazaret nos viene a prometer hoy. Hoy, 13 de mayo de 2011, día de Nuestra Señora de Fátima. Y mañana volverá a decirnos lo mismo. El SEÑOR nos llama cada día, a cada hora, en cada momento: “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día”.

No se puede ser más claro y firme. Ese deseo del corazón y que tanto buscamos, nos lo resuelve JESÚS, y nos dice: “mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre». Esto lo dijo enseñando en la sinagoga, en Cafarnaúm.

Pero nosotros nos empeñamos en comer el pan de aquí abajo, ese pan caduco y perecedero que, aunque nos sacia temporalmente, nunca nos deja plenamente satisfechos.

Danos la sabiduría y fortaleza de despertar
nuestros egoísmos e iluminar nuestras
mentes para comprender que lo que
buscamos es lo que JESÚS, 
Nuestro SEÑOR JESUCRISTO
nos propone.

ÉL es nuestro verdadero Camino,
nuestra verdadera Verdad y 
nuestra verdadera Vida. Amén.

jueves, 12 de mayo de 2011

DIOS ESTÁ DENTRO DE NOSOTROS (Jn 6, 44-51)


Dentro de nuestro propio ser está su Creador. El sello de DIOS PADRE vive dentro de nosotros y su presencia en nuestro ser nos atrae y nos interpela a corresponderle como verdaderos hijos que buscan el amor del PADRE. Porque sentimos desde dentro una fuerza irrefrenable que nos mueve a buscar la felicidad eterna.

Nada sucede sin el visto bueno del PADRE, porque todo está creado por ÉL y para darle gloria a ÉL. Sin el PADRE no podemos llegar al HIJO, porque es el PADRE quien nos atrae y nos entrega al HIJO. ÉL nos ha creado para, en el HIJO, volver a ÉL.

Pero nos ha hecho libres y capaces de responder por nosotros mismos. Necesita, pues, nuestra colaboración libre y voluntaria para en el HIJO, por el HIJO y con el HIJO llegar a la Casa del PADRE, que nos espera ardiente de amor y misericordia (Parábola del hijo prodigo).

El pan vivo es Jesús. No es un alimento que asimilemos a nosotros, sino que nos asimila. Él nos hace tener hambre de Dios, sed de escuchar su Palabra que es gozo y alegría del corazón. La Eucaristía es anticipación de la gloria celestial: «Partimos un mismo pan, que es remedio de inmortalidad, antídoto para no morir, para vivir por siempre en Jesucristo» (San Ignacio de Antioquía). La comunión con la carne del Cristo resucitado nos ha de acostumbrar a todo aquello que baja del cielo, es decir, a pedir, a recibir y asumir nuestra verdadera condición: estamos hechos para Dios y sólo Él sacia plenamente nuestro espíritu.

Pero este pan vivo no sólo nos hará vivir un día más allá de la muerte física, sino que nos es dado ahora «por la vida del mundo» (Jn 6,51). El designio del Padre, que no nos ha creado para morir, está ligado a la fe y al amor. Quiere una respuesta actual, libre y personal, a su iniciativa. Cada vez que comemos de este pan, ¡adentrémonos en el Amor mismo! Ya no vivimos para nosotros mismos, ya no vivimos en el error. El mundo todavía es precioso porque hay quien continúa amándolo hasta el extremo, porque hay un Sacrificio del cual se benefician hasta los que lo ignoran.

PADRE mío, te doy gracias por tu
amor y por tu HIJO JESÚS.
 Por ÉL te conocemos,
y en ÉL queremos
amarte. 

Por ÉL sabemos de tus cuidados,
y en ÉL aprendemos a ser
tus hijos según tu 
Voluntad.

Gracias por darnos el alimento,
en tu hijo, que nos sostiene
y nos vivifica para 
permanecer en TI. Amén.

miércoles, 11 de mayo de 2011

EN JESÚS RESUCITAREMOS EL ÚLTIMO DÍA (Jn 6, 35-40)


"He bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día".

Esta es nuestra gran esperanza, y cómo Pedro echó aquel día las redes porque el SEÑOR se lo dijo, hoy nosotros creemos, porque el SEÑOR nos lo dice, que Resucitaremos con ÉL al final de los tiempos. Simplemente SEÑOR porque TÚ lo dices.

Esa es nuestra esperanza y nuestra fe que se alimenta cada día del Cuerpo y la Sangre de nuestro SEÑOR JESUCRISTO. Y que confía plenamente en ÉL, porque responde a nuestras expectativas, porque realmente somos sus hijos, porque dentro de cada uno de nosotros arde la llama de la eternidad y felicidad, y, realmente, somos felices cuando hacemos la Voluntad del PADRE: "Amarnos como su HIJO, nuestro SEÑOR JESUCRISTO, nos amó".

Aumenta nuestra fe y enciende en nosotros
la llama de la esperanza en la
resurrección. Amén.

martes, 10 de mayo de 2011

HAMBRE Y SED (Jn 6, 30-35)

"No fue Moisés, sino que es mi Padre el que da el...

Lo normal no es lo corriente, porque aunque todos no sientan hambre y sed de vivir eternamente, lo lógico es que queramos vivir para siempre. Con este sencillo ejemplo, podemos ver que lo normal no siempre coincide con lo corriente. Corriente es no ir a la Eucaristía, pero lo normal es ir, porque los hijos deben estar agradecidos con los padres y visitarlos. Por lo tanto, visitar y recibir su alimento es lo normal de un hijo a un padre. Sobre todo cuando se trata del alimento que nos da la vida eterna.

"YO soy el pan de vida. El que cree en mi no pasará hambre y el que cree en mi nunca pasará sed". Lo normal es sentir esa hambre y esa sed y de estar siempre buscándola. Ya lo decía san Agustín: "Nuestra alma está inquieta hasta que descanse en TI". Pero lo corriente es que, al parecer, no sentimos esa sed y hambre, o, al menos, no buscamos donde y lo que tenemos que buscar.

Nos autoengañamos, porque sintiendo hambre y sed de vivir eternamente no queremos reconocerlo, y nos justificamos con cosas efímeras y caducas que encontramos en este mundo, pero que no nos sacian. 

Dice san Bernardo de Claraval: «Los impíos andan alrededor, porque naturalmente, quieren dar satisfacción al apetito, y neciamente despreciar el modo de conseguir el fin». Así sucedía con los judíos: sumergidos en una visión materialista, pretendían que alguien les alimentara y solucionara sus problemas, pero no querían creer; eso era todo lo que les interesaba de Jesús. ¿No es ésta la perspectiva de quien desea una religión cómoda, hecha a medida y sin compromiso? 

Y esa es la pregunta que hoy nos toca, me toca, responder: ¿Es eso lo que me interesa de JESÚS, qué me solucione mis problemas para vivir instalado y comodamente?

Hambre y sed de DIOS. Qué bueno es sentir esa carencia, esa necesidad. Sentir que no lo tienes todo, que eres pobre, que te falta algo importante, que esa hambre es insaciable, nada te llena ni satisface. Y no dejas de probar, buscar mil y una aventuras, ¡y nada! vuelta a empezar, porque el hambre y la pregunta por DIOS no desaparece de la noche a la mañana. Y te sientes como en un abismo, y te produce hasta vértigo asomarte. Es la pregunta, el hambre y la sed que produce DIOS, que ni cesa ni descansa hasta que no se ve del todo saciada. 

Y eso me prueba tu presencia, tu estar a mi lado, tu acompañamiento, tu amor que me atrae a TI hasta saciarme. Será, espero, el día que me llames definitivamente. Mientras seguiré buscándote. ¡SEÑOR, sólo TÚ llenas mi vida! Pan de vida eterna que reboza mi existencia...

Alimenta, SEÑOR, esa inquietud, esos deseos
de sentirme saciado, pero saciado del
alimento que me llena plenamente. 
Del que da la vida eterna y 
gozosa: "Vivir en tu presencia. Amén.

lunes, 9 de mayo de 2011

CUANDO PRIMAN LOS INTERESES (Jn 6, 22-29)

Busquemos a Dios por...

¿En el fondo por qué hacemos esto o lo otro? Posiblemente porque encontramos en ello intereses y ganancias que nos recompensan. Ese es el motor de muchas vidas que se mueven y buscan. Acabado el interés o el beneficio termina la búsqueda.

Esa es la respuesta a la pregunta, ¿por qué has dejado de buscarlo? Posiblemente porque te has aburrido, porque has llegado a la conclusión que ya no hay panes en la Ultreya, en la reunión de grupo, en la comunidad, en la Eucaristía. Y te alejas de frecuentarla o te quedas a medio gas por eso de que vuelvan a aparecer los panes.

JESÚS nos interroga hoy, me interroga hoy, sí, a mí y a ti, como quieras que te llames. Y nos pregunta por qué lo buscamos. Simplemente para encontrar pan para comer y alimentar nuestro cuerpo, o, también, para alimentar nuestro espíritu y alma para la vida eterna.

Buscar a Dios porque es Dios y no sólo porque nos puede dar algo, es una actitud noble del hombre que sabe que las cosas pasajeras jamás le llevarán a una felicidad plena. “La comunión con Cristo en esta vida nos prepara a cruzar la frontera de la muerte, para vivir sin fin en Él. Dios ha creado al hombre para la resurrección y para la vida, y esta verdad da la dimensión auténtica y definitiva a la historia de los hombres y a su existencia personal” (Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la Cuaresma 2011).
 
Seamos fieles a nuestra llamada a la eternidad. Nos sentimos eternos, llamados a vivir para siempre en la plenitud del gozo y la felicidad. Y lo sentimos porque eso es lo que deseamos desesperadamente en nuestro interior, ¿o es que no es así? Claro que sí. Pues no perdamos esa oportunidad. Creamos en Aquél que tiene Palabra de vida eterna y que todo en ÉL se ha cumplido.
Dame, SEÑOR, la fe de dejarme guiar
por TI, y de abandonarme en
tus Manos.

Que tanto en el dolor como las alegría
sepa estar contigo, porque sólo TÚ
tienes palabra de vida Eterna. Amén.

domingo, 8 de mayo de 2011

LA HUIDA DE LA FE (Lc 24, 13-35)


Hay muchos momentos en nuestra vida de decepción, y, ¿qué hacemos? son momentos de huida, de no querer enfrentarnos con la realidad, de encerrarnos en nosotros mismos, de buscar nuestro particular Emaús. No nos hace falta más palabras. Sabemos muy bien. por propia experiencia, cuantas veces hemos huido de la realidad, de los problemas familiares, profesionales, comunitarios, del grupo.

Cuando se nos vienen abajo nuestros ideales, nuestros sueños, nuestras esperanzas, quedamos desvanecidos. Al final todo ha sido un fracaso. Han matado a su líder y, Emaús, es una fuga, es una huida del pasado hacia un futuro más que incierto y desconocido. Lo ocurrido en Jerusalén es demasiado fuerte y trágico para ellos. Esperaban un final alternativo. Por eso lo mejor es olvidar y distanciarse, poner tierra de por medio.

Huir, abandonar incluso la comunidad que les había acogido. Un profundo vacío existencial se ha instalado en sus vidas. Muerto el Galileo, sólo les queda huir. Empezar de nuevo en otro lugar.

También nosotros podemos escapar hacia Emaús. Quizás ya lo hemos hecho, o lo estamos haciendo manteniéndonos en la mediocridad, en la prudencia de la indiferencia o pasividad, o del no compromiso total. ¡Tantas veces caminamos por la vida, confundidos y desesperados! Desánimos, fracasos, decepciones varias que no nos dejan crecer ni avanzar. Y sólo deseamos escapar...

¿Qué-quien te ha decepcionado? ¿Cómo volver a recuperar esa ilusión perdida, regresar al camino auténtico de la vida? ¿deja ya de huir?

De los problemas nunca se huye, se afrontan directamente. La duda, la pregunta, la confusión va pareja a nuestra condición de creyentes. Si cambias, si vas a otro lugar, llevas contigo tus dudas, tus mismos problemas, tus decepciones. en todas nuestras vidas hay momentos de crisis, noches oscuras. Dudar es bueno, mantiene viva nuestra fe. ¿Lo peor de todo? ¡Huir y abandonar! El mundo, incluso nuestra Iglesia, está lleno de hombres y mujeres que, desilusionados y decepcionados, escaparon hacia un Emaús particular, que nunca llegaron a encontrar...

Sé, SEÑOR, que pase lo que pase, 
TÚ no me abandonas.

Incluso. cuando creo que voy para
atrás, cuando creo que me he
perdido, TÚ sigues a mi
lado y me acompañas. Amén.

sábado, 7 de mayo de 2011

NO TENGAN MIEDO (Jn 6, 16-21)

Al anochecer, descendieron sus discípulos al mar, ...

Con estas mismas palabras, el Beato Juan Pablo II, nos animaba a vencer todo temor ante las tentaciones y obstáculos a la vida de la Gracia. "Soy YO", nos dice JESÚS, "no teman". Cuando la noche con su oscuridad nos envuelve; cuando el viento y el mar amenazan tormenta y tempestad; cuando todos nos sobrecoge y no atemoriza, el SEÑOR nos tranquiliza y nos infunde seguridad y confianza.

Al andar sobre las aguas, Jesucristo está mostrando su señorío sobre las cosas creadas. Pero también podemos ver una escenificación de su dominio sobre el Maligno, representado por un mar embravecido en la oscuridad.

JESÚS nos revela su poder sobre todo lo creado, por encima de tormentas, tempestades y vientos huracanados. Hoy diríamos también sobre tsunami y terremotos. No actúa sino que nos pide confianza en ÉL. Nos anima a creer en ÉL. Sabe de nuestros temores, miedos y dudas, y nos testimonia su poder para que nos pongamos en sus Manos. A pesar de nuestras limitaciones, nuestras incomprensiones, tengamos confianza en ÉL.

«No temáis» (Jn 6,20), les decía Jesús en aquella ocasión. «Confiad, yo he vencido al mundo» (Jn 16,33), les dirá después en el Cenáculo. Finalmente, es Jesús quien dice a las mujeres en la mañana de Pascua, después de levantarse del sepulcro: «No tengáis miedo». Nosotros, por el testimonio de los Apóstoles, sabemos de su victoria sobre los enemigos del hombre, el pecado y la muerte. Por esto, hoy, sus palabras resuenan en nuestro corazón con una fuerza especial, porque son las palabras de Alguien que está vivo. 

A pesar de mis temores, de mis dudas y miedos,
 yo quiero confiar y dejarme guiar
por TI, DIOS mío.

A pesar de no entender muchas cosas, de no
comprender las grandes tragedias que
nos acosan y amenazan, yo, SEÑOR,
quiero sentirme protegido y 
confiado,en tus Manos,
porque TÚ lo dices. Amén.

viernes, 6 de mayo de 2011

TODO DEPENDE DE ÉL, ¡CONFIEMOS! (Jn 6, 1-15)


La tarea es ingente y no sabemos como enfrentarnos a ella. No tenemos, ni tampoco sabemos donde podemos encontrar la solución a tanto disparate, a tanto caos, a tantas desviaciones. Nos dominan los apegos, las apetencias, los egoísmos... Estamos desorientados y no sabemos donde acudir.

¿Dónde podemos comprar el pan que nos alimente y nos dirija rectamente? ¿Hay algún lugar donde podamos encontrar eso que nuestro interior demanda? Sólo TÚ, SEÑOR, puedes darnos la solución y multiplicar nuestras fuerzas y nuestras esperanzas. Sólo TÚ, SEÑOR, tienes Palabra de Vida Eterna y puedes saciar nuestra hambre y desesperanza.

De nuestra parte, necesitas nuestra disponibilidad, nuestra libertad, don y regalo tuyo, para ponernos a tu disposición. Necesitas nuestros pocos panes y peces, para que puestos en tus Manos, TÚ los multiplique y hagas el milagro de despertar el hambre y la sed de TI en el corazón de muchos hambrientos, anorexicos espirituales, que han perdido la esperanza del pan salvador.

SEÑOR, tengo muy poca cosa, creo que
menos de cinco panes y dos peces,
pero es lo que tengo. 

Muy poco, o casi nada, puedo hacer con
eso. Pero en tus Manos se convierten
en saciedad y esperanza. Sólo TÚ
tienes Palabra de Vida eterna.

Toma, pues, todo lo que tengo y
transformalo según tu Voluntad.
Confío en TI, SEÑOR, y 
espero tu milagro. Amén.

jueves, 5 de mayo de 2011

ASPIREMOS A LAS COSAS DE ARRIBA (Jn 3, 31-36)

«El que Dios envió habla las...

No hay ninguna duda, todos queremos tener lo mejor. Por lo tanto, todos aspiramos a lo mejor, y lo mejor es aquello perdurable que nos llena de gozo y felicidad. Sin embargo, aquí en la tierra nada es perdurable. Todo caduca y nos deja con más sed. No encontramos el agua que nos sacie definitivamente y felizmente.

El que es de la tierra, es de la tierra y habla de la tierra. Su meta está y termina aquí en la tierra. Sus días están contados tristemente porque siendo de la tierra perecerá como cosa de la tierra. Todo aquí abajo desaparece.

Pero el que viene del cielo está por encima de todos, y quien cree en ÉL tendrá vida eterna y gozo eterno. Ese es nuestro espacio y nuestro camino. Con los pies en la tierra, pero pisando firme, ¡somos del mundo pero sin ser como ellos! La cabeza sobre nuestros hombros , sin perder de vista el sol ni las estrellas. Herencia prometida.

No, no sólo es lo que vemos, percibimos y tocan nuestras manos, ¡tesoros y grandezas mayores nos están aguardando! Levantemos la mirada y seamos capaces de mirar por encima de lo que aquí percibimos, porque estamos llamado a una vida Superior, imperecedera, eterna, y en la presencia del PADRE DIOS.

Padre de amor, que nos has hecho partícipes de tu misma vida, 
concédenos a todos los cristianos, y a los hombres 
de buena voluntad realizar, en las circunstancias particulares 
y en los acontecimientos de la historia, nuestra vocación de hijos de Dios,
a ejemplo de tu hijo Jesucristo. Amén

miércoles, 4 de mayo de 2011

LA VERDAD NO SE ESCONDE Y DESCUBRE LA MENTIRA (Jn 3, 16- 21)


Cuando hay buenas intenciones se nota, y siempre, siempre se encuentra la verdad. Es el sabido refrán: "Todo se arregla cuando hay buenas intenciones". Por experiencia lo sabemos, no hay nada imposible de solucionar cuando se quiere. En medio de todo conflicto hay escondidas intenciones egoístas que tratan de favorecerse y perjudicar al otro.

Es entonces cuando la luz no busca la verdad. Porque cuando quieres encontrarla se nota en tu manera de actuar y proceder. Quien la busca está dispuesto a hacerla vida en su vida y, por tanto, vivenciarla y cumplirla.

El juicio consiste en eso: "Que la Luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la Luz, porque sus obras eran malas". Pues todo el que obra perversamente detesta la Luz y no se acerca a la Luz, para no verse acusado por sus obras. Mientras, quien realiza la verdad y la busca, se acerca a la Luz, pues no teme mostrar y enseñar que sus obras están hechas según la Voluntad de DIOS.

La Verdad siempre nos hará libre y descubrirá nuestras buenas intenciones, a pesar de que en algunos momentos nos equivoquemos. Eso se nota porque la verdad no es mentira y se percibe en los actos de las personas. Una prueba más del poder de la Verdad: "No podemos engañar por mucho que queramos, siempre la mentira saldrá a la luz".


Dame la fuerza y la capacidad, DIOS mío
de vivir en la verdad y de desterrar
la mentira de mi vivir y obrar.

Que siempre sea testigo de la verdad,
y que nunca me deje sobornar por
la mentira y el engaño. Amén.