En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: |
Todo camino tiene un objetivo y, en consecuencia, un final. Si caminamos es que vamos a algún sitio, nos dirigimos a alguna parte. Porque, ¿qué pensaríamos de aquel que camina sin saber a dónde va? Y la pregunta no se hace esperar, cae de madura: ¿Cuál es la meta y objetivo de nuestro camino? ¿A dónde vamos? ¿Por qué caminamos? ¿Y cuanto dura ese camino?
Son preguntas que están en lo más profundo de nuestro corazón, y querer obviarla y mirar para otro lado es de tonto y de poco sentido común. Porque tarde o temprano el camino de nuestra vida llegará a su término y nos encontraremos con la verdad de nuestra vida. Es, por lo tanto, conveniente y necesario preguntarnos ahora cuál es ese camino y si vamos bien encaminados.
Y, para todos aquello que están desorientados, perdidos o confusos, JESÚS nos recuerda y aclara hoy en su Palabra que, ÉL es el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al PADRE sino por MÍ. Todas nuestras búsquedas y dudas encontrarán respuestas. Hay que perder el miedo a viajar. Nos muestra una meta, nos habla de un camino para llegar a ella.
Quizás, este encuentro bloguero, próximo a celebrar, el 17 de agosto, donde confluiremos muchos de nosotros, puede ser un encuentro que nos ayude a descubrir más nuestro propio camino, pues, injertados en CRISTO y unidos a los hermanos el camino puede ser más nítido y firme.
Despierta en mí, SEÑOR, esas ansías de
buscarte por las caminos de mi vida.
Haz que no deje de caminar hasta
encontrarte en mi propia cruz.
Porque en mi cruz aceptada, cómo
TÚ lo hiciste por mí, y por tus
méritos y gracia, en el
ESPÍRITU SANTO
encontraré
el camino de tu Morada. Amén.
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