miércoles, 8 de mayo de 2024

EL ESPÍRITU DE LA VERDAD

Jesús vive y está presente en el día a día de nuestra existencia y en la del mundo. Desde la hora de Pentecostés el Espíritu de Dios se hace presente en nosotros y nos acompañará durante todo el recorrido de nuestra vida hasta nuestro último día. Un Espíritu que recibe del Hijo y del Padre, pues todo lo del Padre está también en el Hijo y lo derramará sobre aquellos que creen en Él.

Un Espíritu de la Verdad que nos anuncia el Camino, la Verdad y la Vida y que nos irá fortaleciendo en la fe y alumbrándonos el camino a seguir. Un Espíritu que nos recuerda de dónde venimos, se hace presente en el hoy para construir el mañana paso a paso. Un Espíritu que se nos hace presente en todo tiempo y en todo lugar y que nos recuerda en cada momento que Jesús Vive, ha Resucitado y nos espera en su Gloria para vivir en plenitud de gozo y felicidad junto a Él.

Un Espíritu que nos transforma y nos hace sentirnos hijos del Padre, amados y en la presencia de Dios. Un Espíritu que nos une a la historia de la Iglesia que camina triunfante en comunión con los que están purgando y en estado activo de camino hacia la Casa del Padre. Un Espíritu que nos fortalece para que podamos soportar el camino de cruz que nos lleva al encuentro con Jesús, abrazar su cruz y a Resucitar en Él para gloria de Dios Padre.

Nuestra misión como cristianos es mantener vivo el fuego que Jesús trajo a la tierra, es decir, el amor de Dios. Sin ese fuego del Espíritu la tristeza reemplaza a la alegría, el servicio se convierte en esclavitud y la rutina sustituye al amor (Papa Francisco 170321).

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