viernes, 31 de enero de 2014

EL REINO DE DIOS

(Mc 4,26-34)
 
El Reino de Dios ha sido sembrado en nuestros corazones. Está impreso en nosotros y sin darnos cuenta crece en nuestro interior. Lo notamos en todas las cosas buenas que hay en el mundo. A veces, a pesar de darle la espalda a Dios, percibimos como en el mundo hay cierto equilibrio que impide el caos absoluto. Nos sorprendemos de, a pesar del pecado, que el mundo abogue por los derechos y la solidaridad. Y se ven muchas campañas solidarias y fraternas.

La semilla crece sin contar para nada con nosotros. Así en el campo la semilla crece noche y día a pesar que nosotros descansemos. Ella seguirá su camino hasta dar frutos. También el Reino de Dios será pequeño en su comienzo, pero se hará grande porque el hombre lo lleva dentro y no se resiste a compartirlo y darlo a conocer.
 
Es verdad que hay una lucha contra el pecado, pero cuando el hombre abre su corazón a la acción del Espíritu Santo, todo se vuelve bueno para el hombre y para su salvación. Y esa semilla la tienen todos los hombres plantadas en sus corazones, y buscan sembrarlas en el mundo con la justicia, la concordia, la solidaridad...sólo que muchos la ahogan y la destruyen por el pecado al apartarse del Señor.

Seamos buena tierra y dejemos que la obra de Dios, sembrada en nuestros corazones dé los frutos esperados.


jueves, 30 de enero de 2014

NO ESCONDAS TU VIDA

(Mc 4,21-25)
 
La moda, las pasarelas, las galerías...etc., son expresiones y actos que tienden a divulgar, proclamar y exhibir sus logros, sus realizaciones y todo su trabajo. Su finalidad es dar a conocer lo que hacen y elaboran. No serían nada no tendría sentido su trabajo si no tuvieran la oportunidad de mostrar lo que hacen.

Las obras y trabajo son para que otros los vean y puedan así usarlos. No valdría para nada si se hiciesen para luego guardarlos en un baúl. Sería algo sin sentido común y totalmente ilógico. De la misma forma, Jesús nos dice hoy en su Palabra que la luz no serviría para nada si se pone debajo del celemín o debajo del lecho, porque su finalidad es alumbrar y en esos lugares no lo harían.

Nuestra vida necesita salir al mundo y alumbrar en el mundo. Alumbrar la justicia, lo honesto, la solidaridad, el respeto, la libertad, el derecho a la vida, a la educación... El derecho a amar y nunca a matar, porque cuando no se ama, se mata. No hay término medio. El desamor enciende el egoísmo y de ahí a anularte y someterte no hay sino un paso.

Hay muchas formas de matar: excluirte, marginarte, someterte, explotarte, no dejarte nacer (aborto), dejarte en la ignorancia, empobrecerte, esclavizarte, inclinarte a los vicios y las pasiones...etc.

La verdadera luz debe alumbrar todas esas muertes y despejarte el camino hacia la liberación.

miércoles, 29 de enero de 2014

SÓLO HAY QUE MORIR

(Mc 4,1-20)

 Es simple, morir y dar frutos. Todo consiste en abrir el surco de nuestro corazón y plantar la semilla del amor para que, abonada con buena tierra, dé los frutos que se esperan de ella. Esa es toda la historia de nuestra vida, plantar la semilla amorosa y recoger frutos de amor.

Sin embargo, la experiencia nos dice que eso no es tan fácil y sí muy difícil, por no decir imposible. Imposible cuando pretendemos realizarlo por nosotros mismos. Se oye mucho: yo sigo al Señor a mi manera, a mi ritmo y según mis posibilidades. Y en cierta medida puede tener algo de verdad, pero cuando abierto a lo que nos sugiere e indica el Espíritu Santo vamos dando los pasos según su Voluntad.

Pero nunca a nuestro antojo o según nosotros planeamos o creemos. Porque nos equivocamos guiados por nuestros egoísmos. Es la tendencia que nos inclina y arrastra hacia mirar para nosotros mismos e impedir que renunciemos a nuestros intereses, placeres, apetencias y gustos. Necesitamos la Gracia del Padre para que podamos ser capaces de enfrentarnos a esa lucha interior con garantías de victoria.

Abona, Señor, el surco de mi corazón empedrado y conviértelo en una tierra dócil y fértil para que dé los frutos que Tú quieres y esperas.

martes, 28 de enero de 2014

¿DÓNDE ESTÁN NUESTROS AMIGOS?

(Mc 3,31-35)


El mundo es ancho y grande pero nosotros lo acortamos de forma que lo reducimos a nuestro círculo más íntimo y familiar. Amigos, familiares, ambiente laboral y profesional u otros comportan el mundo que nos importa y nada más. Todo lo exterior a esos intereses y preferencias lo miramos con cierta indiferencia como si no fuera con nosotros.

Sin embargo, hoy Jesús en el Evangelio nos descubre el criterio de lo que debe ocupar el primer lugar en nuestra vida: Vivir en la preocupación y el esfuerzo de cumplir la Voluntad de Dios. Esa debe ser nuestra máxima preocupación y nuestra primera prioridad. Antes incluso que nuestra propia familia y amigos.

Son, pues, todas las personas las invitadas a pertenecer a la gran familia de Dios, y lo son en la medida que se esfuerzan en cumplir su Voluntad. Él ha venido para revelarnos esa invitación del Padre: ser sus hijos y vivir en sus mandatos, y a ello dedica su vida.

No cerremos nuestra acción a sólo los que pertenecen a nuestra sangre terrenal, sino ampliemos nuestra radio de acción a todos los hombres que son llamados a la Casa del Padre.

lunes, 27 de enero de 2014

JESÚS EXPULSA DEMONIOS

(Mc 3,22-30)


Cuando alguien pisa nuestro terreno le paramos el carro. No nos gusta que invadan nuestros criterios, nuestros pensamientos y, menos, nuestra religión, y quizás, nuestra voluntad. Nos cuesta mudar nuestra piel y respirar un aire puro y nuevo que nos renueva y nos transforme cambiando nuestra manera de pensar.

Y nos resistimos a dejar entrar ese aire puro, suave, transformador que nos mude nuestro corazón en un corazón nuevo, sencillo, humilde, generoso y capaz de amar. Y justificamos nuestras actitudes cerradas y egoístas dando razones para rechazar a todos aquellos que se atrevan a invadir nuestro coto cerrado.

Así criticaron el Mensaje y la obra de Jesús, hasta el punto de acusarlo de ser cómplice de Beelzebul. Están cerrados a la evidencia y al sentido común, pues el propio Beelzebul no se va a expulsar al mismo. Toda división interna deriva en enfrentamientos, caos y muerte. Experimentamos que la familia, grupos y hasta la misma Iglesia padece esa enfermedad.

Y sólo la acción del Espíritu Santo nos limpia y nos guarda de ser presa de la misma. Por eso, el rechazo al Espíritu Santo no se perdona, pues si se le impide actuar, por el don de nuestra libertad, nada puede hacer.

Pidamos al Señor que nuestro corazón quede abierto a la acción del Espíritu Santo, y que la Gracia del Padre alimente y transforme nuestra vida según su Voluntad.

domingo, 26 de enero de 2014

JESÚS SABE LO DE JUAN

(Mt 4,12-23)


Y decide retirarse. Sabe que lo que a Juan le puede pasar no le impedirá arrebatarle la vida. La Vida junto al Padre al que Él ha venido a revelar. Decide retirarse, pues a Él le queda todavía cumplir su Misión. Misión que el Padre le ha confiado y a la que ha sido enviado.

Se encamina hacia Cafarnaúm junto al mar, en el término de Zabulón y Neftalí; para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías: «¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, allende el Jordán, Galilea de los gentiles! El pueblo que habitaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los que habitaban en paraje de sombras de muerte una luz les ha amanecido». Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: «Convertíos, porque el Reino de los Cielos ha llegado». 

Nada nos pasará porque vamos enviado por el Padre, nuestro verdadero Padre: Señor de la Vida y la Muerte. ¿Quién podrá quitarnos la vida? Posiblemente podrán hacernos sufrir mientras estemos aquí en el camino de nuestra vida terrenal, pero nada más. Jesús sufrió, pero en el Espíritu pudo superarlo. Nosotros también en Él saldremos vencedores.

Con el Señor y en el Espíritu Santo seré mayoría aplastante y nadie podrá vencerme. La vida pertenece al Señor y el me la transformara en una Vida gozosa y eterna junto al Padre.

sábado, 25 de enero de 2014

LES RESPONDIERON AL SEÑOR

(Mc 16,15-18)

La respuesta de esos benditos once, los apóstoles, ha hecho posible que hoy, 2014 años después, yo hable de ellos, conozca y crea en el Señor. Porque ellos me lo han transmitidos a través de la Iglesia por la Gracia de Dios. De la misma manera, yo, sólo por corresponder, debo transmitir la Palabra recibida, pero más aun y sobre todo, por la Gracia de Dios, que me la ha dado, regalado y me la aumenta para perseverar en el camino.

El Señor ha Resucitado y se ha presentado a los apóstoles. El Señor vive entre nosotros y nos acompaña en nuestro camino. Tendremos que morir como Él, pero también como y en Él resucitaremos. Por eso yo creo, porque tengo la Palabra del Señor que así lo ha dicho y lo ha testimoniado con su presencia. Y también por el testimonio de los apóstoles que lo han transmitido con su testimonio a través de la Iglesia.

El Señor vive y está entre nosotros, y ese gozo de felicidad eterna a la que caminamos no se agota ni se acaba en nosotros, sino que se transmite con nuestras vidas a los demás. Porque todos queremos alcanzar la dicha y el gozo eterno y porque el Señor ha venido para eso, para dárnosla a todos.

Tu vida es el escaparate que anuncia la salvación que el Señor nos ofrece.




viernes, 24 de enero de 2014

A TI TAMBIÉN TE LLAMA

(Mc 3,13-19)


El Señor llamó a los que Él quiso. Eligió a doce, y podemos preguntarnos, ¿por qué no a mí o a ti? Nunca lo sabremos hasta que Él quiera revelárnoslo. El Señor hace las cosas como quiere. Sin embargo, de una cosa podemos estar seguro: haga lo que haga el Señor, siempre será lo mejor para nosotros y para todo el mundo.

Ahora, el llamar a doce para darle poderes de expulsar demonios y predicar su Palabra, implica también una llamada a todos los hombres, porque conocida su Palabra no podemos guardárnosla sino derramarla también en los demás. Jesús quiere que todos seamos partícipes de su Gloria y que todos vivamos su Verdad y su Amor.

Eso nos compromete también en nuestro propio ambiente, medio, familia o trabajo, ser transmisor de su Palabra y proclamar la Buena Noticia de Salvación. Por eso, todos estamos también llamados a vivir y proclamar su Palabra, cada uno según sus talentos y cualidades recibidas.

Dame Señor la Gracia y la sabiduría de guardar tu Palabra y darla a conocer a todos aquellos que se cruzan en mi camino.

jueves, 23 de enero de 2014

JESÚS NO ANDA SÓLO, LE SIGUEN MUCHOS

(Mc 3,7-12)

Jesús no ha venido para cumplir una misión y desaparecer. Jesús no se ha puesto a dirigir ni a realizar unos actos según a Él le parezca y luego dejó que los demás hicieran según creyeran. Nada de eso, Jesús vino a formar comunidad en torno a Él y a proclamar el Amor del Padre.

Y lo primero que hizo fue elegir a unos cuantos, le pareció que fuesen doce, y formó una comunidad donde todos se encargaban de algún servicio en concreto. Y desde ahí inició su misión dándoles poderes a sus discípulos para que hicieran lo mismo que Él. Les reveló la Voluntad y el Amor del Padre y los instruyó en la enseñanza de las Escrituras para que ellos la transmitieran a los demás.

Pero, sobre todo, les dejó un estilo de actuación que atraía a todos: su bondad, su forma de escuchar, de preocuparse por los problemas de los demás, sus atenciones y curaciones, sus soluciones y correcciones... La gente sentía la cercanía y el interés del Señor por atenderles y preocuparse por ellos, y por eso les seguían hasta acosarlo con la intención de tocarle.

Estar y seguir a Jesús es vivir en la misma actitud que Él, y eso nos desvía a atender a los necesitados, a los enfermos, a los más pobres y excluidos. No podemos seguirle si no estamos dispuestos a fundirnos en hermandad y unidad, porque sólo la unidad nos revela y testimonia como seguidores de Jesús. Démonos cuenta de cómo, a lo largo de los siglos, los cristianos nos hemos dividido en católicos, ortodoxos, anglicanos, luteranos, y un largo etcétera de confesiones cristianas. Pecado histórico contra una de las notas esenciales de la Iglesia: la unidad.

Sólo unidos testimoniamos nuestra fe en un sólo Dios y un sólo Hijo, que se hacen Uno para que también nosotros seamos uno.

miércoles, 22 de enero de 2014

LA VIDA ES LO PRIMERO


(Mc 3,1-6)

No se puede dejar las necesidades del hombre en un segundo plano. No se puede dar prioridad a normas y reglas que dejen al hombre en segundo lugar, porque el hombre es el centro de la creación y nuestro Padre Dios le ha dado todo su amor hasta el punto de entregar a su Hijo Predilecto para rescatarlo del pecado.

La vida es lo primero ya sea sábado o domingo. El hombre debe ser atendido por encima de liturgias, días, celebraciones  y lo que sea, porque es la preferencia de Dios y la criatura de Dios. Dios ha venido para salvar al hombre, y no por el hecho de ser sábado y la ley prohibirlo, el hombre no puede ser curado. Jesús rompe con esa norma haciéndoles ver que el hombre está por encima del sábado.

Y siente pena al comprobar que no le responden y permanecen encerrados en su corazón obstinados por poner la ley ante que el bien del hombre. Y eso mismo ocurre en nuestro tiempo. El hombre antepone sus egoísmos y satisfacciones al bien de sus contemporáneos y se instala el mal en el mundo.

Si no crece el amor, permanece el egoísmo y la búsqueda de uno mismo. Así, el hombre queda postergado a los intereses del mundo y la ley, que otros hombres prefieren para sus propios beneficios.

martes, 21 de enero de 2014

LA LEY PARA EL HOMBRE

(Mc 2,23-28)

Cada época ha marcado una etapa y un camino de evolución. Las leyes se han tenido que adaptar en función del hombre y para el bien del hombre. Pero no siempre ha sido así porque los legisladores han visto la oportunidad de hacerse los dueños de los hombres y dominarlos. Así las leyes han quedado estancadas y sometiendo a los hombres.

Una de estas leyes era la del sábado. No se podía hacer trabajos el sábado ni siquiera curar o satisfacer una necesidad urgente y necesaria. El hombre quedaba sometido al sábado por unos sacerdotes retrógrados e instalados en el poder. Jesús rompe con esas leyes y tradiciones que someten en lugar de liberar. Así rompe las normas sabáticas y se enfrenta a los sacerdotes y fariseos de su tiempo proclamándose Señor del sábado y liberando al hombre a su sometimiento.

Todo ha sido creado y establecido al servicio del hombre, porque es el hombre por quien el Padre ha entregado su Hijo y enviado para salvarlo.

lunes, 20 de enero de 2014

EL SEÑOR ESTÁ ENTRE NOSOTROS

(Mc 2,18-22)
 
No es tiempo de sacrificios ni de tradiciones basadas en costumbres y expresiones antiguas, se trata de que el Hijo del Hombre se hace presente entre los hombres, y se hace tiempo de gozo y de permanecer en su presencia. Él, el Esposo, el Hijo de Dios hecho Hombre está entre nosotros, ¿cómo entonces vamos a hacer ayuno? Conviene hacer fiesta, banquete, porque Él está con nosotros.

Habrá momentos de fortalecernos en la privación, en el sacrificio cuando el Esposo se vaya y cuando la fortaleza de la oración lo requiera. Ser perseverante exige esfuerzo, privación y ayunos para permanecer fuertes en la oración. El mundo nos tienta y nos debilita, y en esos momentos necesitamos estar fortalecidos para preservarnos del peligro.

Sin embargo, debemos romper con la rutina, con el ayuno por el ayuno y la costumbre. No se trata de cumplimientos ni de interpretar la ley, se trata de una vida nueva. Una vida cuyo centro sea el hombre y el amor por el hombre. Una vida con los valores que envuelven la misericordia y el perdón, y que son unidos y cultivados por el amor.

domingo, 19 de enero de 2014

JUAN DESCUBRE AL CORDERO DE DIOS

(Jn 1,29-34)
 
Juan señala a Jesús como el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Sabe que su misión ha terminado, y da paso a que Jesús, el enviado por el Padre, dé comienzo a la suya: Rescatar a todos los hombres del pecado, eso significa perdonarlos. Por eso, Juan lo anuncia como el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.

La grandeza de Juan de quitarse del medio cuando le llega el momento. Eso descubre en él gran humildad, pues son momentos de tentaciones ante su popularidad y la admiración de tus discípulos. Juan les señala a Jesús y les abre el camino para que sigan al Único y Verdadero Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Él ha terminado su misión de preparar el camino.

¡Dios mío!,¿ cómo es posible que el pueblo no te haya conocido? Pero también me doy cuenta que hoy ocurre lo mismo, pues la verdad esta revelada y conocida por millones de personas, y sólo siguen unos cuanto. Me fío de Juan y de su testimonio de cómo el Espíritu Santo bajó a Jesús. Me fío Señor y te doy gracias por conservarme esa fe dentro de los peligros que supone la jungla de este mundo.

Pero más me fío de tu Palabra Señor, porque Tú eres la Verdad, el Camino y la Vida.

sábado, 18 de enero de 2014

DIME CON QUIÉN ANDAS Y TE DIRÉ QUIÉN ERES


(Mc 2,13-17)

Los refranes tienen mucho de verdad aunque no todos se pueden aplicar y guardan matices que no siempre se cumplen. Pero sí que es verdad que las apariencias y las amistades nos inclinan a juzgar a las personas y hasta repudiarlas por su presentación. No es cosa de ahora, sino que ha sido siempre.

Jesús tampoco escapó a eso en su época. Fue criticado porque compartía mesa y mantel con pecadores y publicanos. Ocurre hoy también que depende con quien vayas, te presentes o compartas comida, serás juzgados por los que se piensan y creen mejores y más limpios que los demás.

No deja de ser una idiotez que te creas superior a los demás, pues todo pasa por ponerte en su lugar y ver cómo lo harías tú. A veces son nuestros miedos y respeto humano lo que nos impiden actuar de la forma que nos gustaría y criticamos a los demás cuando nosotros si pudiéramos haríamos lo mismo. Nuestra mentalidad rural o urbana decide en muchos momentos nuestra forma de comportarnos.

De cualquier forma, Jesús nos une y nos revela un mismo Padre. ¿Cómo entonces puedes considerarte más que tu hermano? ¿Acaso un Padre Bueno y Justo no nos dará a todo lo mismo? Si uno tiene esta debilidad o esta imperfección, ¿Dios no lo quiere igual? Si Dios nos quiere a todos, ¿cómo tú haces distinción y te permites excluir?

No son los capacitados y perfectos los que necesitan médico. Esos ya lo tienen, ellos mismos. Son los enfermos, los pobres y pecadores los que necesitan ser sanados.

viernes, 17 de enero de 2014

ESCLAVITUD POR EL PECADO


(Mc 2,1-12)

Nos asombramos porque vemos caminar un paralítico pero ese asombro no mueve nuestro corazón a cambiar de vida, queda simplemente en asombro pasajero que se olvida con el ruido del mundo. ¿No nos pasa a nosotros también algo de eso? Oímos la Palabra, pero pronto muere dentro de nuestro corazón y escuchamos más la que proviene del mundo.

Me gustaría saber que fue de aquel paralítico y de otros muchos que fueron curados por Jesús. ¿Le habrán seguido durante toda su vida? Quiero pensar que sí, pero viendo la realidad de hoy me asalta la duda. Porque a nosotros nos ocurre igual: oímos su Palabra, muchos contemplamos milagros y otros los oímos de buena tinta, pero seguimos igual.

No esperes nada nuevo si tu vida hace siempre lo mismo. La fe hay que buscarla y pedirla, pero una fe activa, viva, encarnada en la vida y movida por el Espíritu Santo. Porque nosotros no sabemos ni qué hacer ni dónde ir. Es el Espíritu quien nos moverá, pero no lo hará sin contar con nuestro permiso. Y ese permiso necesitamos pedírselo al Señor para que nos empuje y nos fortalezca y podamos dar el paso de la fe.

Tampoco te preocupes, sólo tienes que abrirte y hacer el esfuerzo que Dios te pide, esa será tu fe, porque lo demás te lo irá dando el Espíritu Santo.

jueves, 16 de enero de 2014

JESÚS ES ACOSADO

Mc 1, 40-45

Su fama era tanta que ya no podía entrar abiertamente en los pueblos. Me imagino, extrapolado a nuestros tiempos, Jesús asediado por los paparachis y medios y solicitado por la tele. Mi imagino las criticas de aquellos que le tachan de impostor y falso profeta acusándole de hacer magia o trucos. También de los indiferentes que se quedan en: "se oye que hay alguien...; se dice que...

Hoy Jesús, como lo fue en su tiempo, sería muy famoso y sus milagros y palabras darían la vuelta al mundo, pero, la pregunta es: ¿Cuántos le seguirían? Supongo que por mucho que vean todos se quedan en nada. Se asombran de los milagros y llegan a considerar que Jesús es alguien que sabe hacer magia, o que incluso hace milagros, pero eso no les mueve a cambiar, a mudar su corazón de piedra en uno de carne.

Porque eso ocurrió ya en su tiempo. Muchos vieron lo que hacía, pero pocos se convirtieron y le siguieron viviendo su Palabra y su Amor. Y es que nos cuesta mucho cambiar, salir de nuestras comodidades y de nuestros hábitos. No sé que nos ocurre, pero vemos y sucede como si no viéramos.

Por eso, Señor, no me cansaré de pedirte que abras nuestros ojos a la realidad. Sabemos que eres el Hijo de Dios Vivo, y que te has hecho Hombre para salvarnos, pero nuestras vidas siguen quietas, acomodadas, titubeantes y hasta dispuestas a ponerte condiciones.

La única razón que encuentro es que sólo Tú Señor mueves nuestro corazón y cambias nuestra vida. Y esa es la Gracia que te pedimos. Haznos verdaderos siervos de tu Palabra.


miércoles, 15 de enero de 2014

NO VEMOS SINO LA MATERIA

(Mc 1,29-39)


Supongo y pienso que es una limitación, debilidad o imperfección que todos tenemos  y que no nos deja ver sino lo material, en este caso, la salud de nuestro cuerpo. Todos buscan a Jesús para que les dé salud. No lo buscan porque han visto en Él el Mesías salvador, sino para que les arregle sus dolencias materiales.

Y en ese sentido corren y se sienten atraídos por Jesús, pero no le entienden. No cabe duda que los judíos esperaban un Mesías poderoso, guerrero y líder del pueblo para alcanzar la libertad e independencia del pueblo romano. No se imaginaban un Reino de paz, de justicia y menos de amor. No entendía el por qué y cómo actuaba Jesús, sólo sus intereses físicos y materiales.

Jesús se aleja y se retira a orar. Necesita estar en contacto constante con el Padre. Ha venido a cumplir su Voluntad y decide marcharse para recorrer otros lugares, otras aldeas que también necesitan oírles y ver sus milagros. Milagros que sólo persiguen que se fijen en el poder de Dios y en la salvación, por el amor, que Él proclama, y que nos cuesta mucho más ver.

Abre Señor nuestro ojos y haznos entender que el camino ahora es de lucha y aceptación para que al entregar nuestro cuerpo, en nuestra hora, seamos purificados y acogidos en el Reino del Padre por su gran Misericordia.

Nuestra salvación depende de un mayor o menor recorrido en el que vivamos el amor que Jesús nos revela como enviado del Padre.

martes, 14 de enero de 2014

SUS PALABRAS TIENEN CONVICCIÓN


(Mc 1,21-28)

Jesús impacta y sus palabras convencen porque habla con autoridad. Hay algo extraño que no ocurre con otros, y menos con los escribas. Las Palabras de Jesús tienen fuerza y le obedecen hasta los espíritus inmundos. Su seguridad y su poder de convicción asombran.

Todo es novedoso porque se transmite una doctrina de amor, de misericordia y de liberación. Aquel poseído queda liberado y eso da firmeza a la autoridad con que Jesús proclama el Evangelio. Es su Persona y su forma de impartir su enseñanza la que deja perplejo y admirados a sus oyentes. No impresiona lo que dice sino la forma como lo dice, dejando ver una autoridad y seguridad alucinante.

Es Jesús, el Hijo de Dios Vivo, que deja el sello de su Divinidad y Poder al liberar aquel poseído del demonio y  a asombrar a todos aquellos que le escuchan. Su fama se extendía de forma rápida por toda aquella región de Galilea.

¿Nos impresionamos nosotros también ante las Palabras de Jesús? ¿O nos resultan indiferentes y rutinarias sus Palabras al leerlas en el Evangelio?

Según ocurra lo uno o lo otro estaremos respondiendo a nuestra fe y a nuestro compromiso de Bautismo.
 


lunes, 13 de enero de 2014

CONVERTIRSE ES DESCUBRIRLE


(Mc 1,14-20)

Uno no cambia de rumbo a menos que descubra que, por alguna razón, debe cambiarlo. Seguir a Jesús y dejar todo lo que tú seguías, supone un cambio radical en tu vida, y eso debe apoyarse en alguna razón. Una razón de peso que te proponga dejarlo todo por Él.

Convertirse es acoger el don de la fe, pedirla y disponer tu corazón a ella para vivirla en la caridad abierta a los demás; convertirse es, no seguir una filosofía, normas o practicas piadosas, sino creer en Jesucristo, el Hijo de Dios vivo, que camina a tu lado y en Él alcanzas la plenitud de vivir eternamente y en pleno gozo.

Convertirse es experimentar que no eres tú quien vives y obras, sino el mismo Xto. Jesús que mora dentro de ti y te mueve a realizarte en el amor a los demás. Convertirte es tener al Señor como guía y camino en todos los acontecimientos de tu vida; familia, trabajo, diversiones, amigos... Convertirse es poner a nuestro Señor Jesús como primera prioridad de tu vida, entregándole tu vida, tu corazón, tu alma y todas tus fuerzas.

Convertirse es, desde que te levantas hasta que te acuesta, hacer del Señor tu estandarte, tu comida, tu alimento y tu vivir.

Convertirse es descubrir que sin Jesús no podrás conseguir el Amor del Padre. Y a Jesús se le conoce, se le alcanza y se llega a Él por la Eucaristía, por la Penitencia y por la oración.

domingo, 12 de enero de 2014

TÚ NOS DAS LA DIGNIDAD


(Mt 3,13-17)

Señor, te abajas incluso cuando te bautizas. Te pones en cola, aguardas pacientemente tu turno, y le impides a Juan, descubierta tu Divinidad por el Espíritu Santo, que te de honores y alabanzas. Tu Padre Dios queda gratamente complacido y se complace en su Hijo a quien señala como Mesías y Salvador en el Espíritu Santo.

Tú, Señor, santificas las aguas y les das poder para que nosotros en ellas seamos santificados. De tal manera que, cuando somos bautizados empezamos a ser verdaderos hijos de Dios, y por lo tanto, con la dignidad que nos confiere el ser hijo de Dios y hermanos de todos los hombres.

El Señor se Bautiza, no porque necesite justificarse ni limpiarse de nada. El Señor se Bautiza para santificar ese Bautismo de agua y Espíritu, por el que nosotros seremos adoptados y coherederos con Él de la Gloria de Dios Padre.

No se puede dar más, porque ya no hay más: Hemos recibido la vida y vida feliz y eterna, que nos parece imposible que sea una realidad hasta el punto de dudar y rechazarla.

Señor, ilumínanos y danos la claridad que nos haga dócil a tu Palabra y fieles a tu Amor, para perseverar en una diaria conversión por nuestro compromiso de Bautismo.

sábado, 11 de enero de 2014

LA LEPRA CONTAGIA

(Lc 5,12-16)

Aparentemente hay mucha gente sana. Yo, aunque tengo en estos momentos un ligero resfriado, al menos eso creo, me considero sano. Y todos procedemos de esa manera. Visitamos los hospitales para ver a los enfermos porque nosotros, de momento, no necesitamos médicos.

Nuestros ojos no ven más allá de la realidad que tenemos delante, porque hay muchas enfermedades que se ocultan a ellos. Sin duda que la lepra se ve, pero hay muchas otras clases de lepras que nos son escondidas y permanecen ocultas sin, incluso, descubrir su existencia.

No voy a enumerarlas, porque cada uno debe buscarlas, pero sí reflexionar que mientras no me descubra enfermo, limitado, apegado a muchas cosas que me impiden ser y actúa en libertad, no puedo ni sanarme ni ayudar a otro a que vea la luz de la salvación. Porque sólo cuando me sienta enfermo, como yo ahora, buscaré la medicina que me sane mis dolencias.

Me puedo curar del resfriado, pero volverá de nuevo. No sé qué lugar ocupa éste en mi vida, pero ya son bastantes los padecidos. Y me salvaré de esta clase de lepra, pero volverá otra hasta que me llegue mi hora. Por lo tanto, lo importante y necesario es buscar una medicina que me cure para siempre. ¿La hay?

Yo sí creo que la hay, eres Tú, mi Señor Jesús, que te has hecho Hombre y has venido para salvarnos, no de una lepra o simple resfriado, sino de la lepra de la muerte.

Dame Señor la luz de hacer de mi vida una eterna oración de alabanza y súplica por tu Gracia.

viernes, 10 de enero de 2014

POR LA FUERZA DEL ESPÍRITU

(Lc 4,14-22)


Lo primero que me llama la atención es: "En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu", y su fama se extendió por toda la región. Él iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos. 

Esto me dice que Jesús se dejaba guiar por el Espíritu Santo. Creo que en nosotros no sucede eso, y también creo que por eso no evangelizamos ni damos testimonio, menos entonces adquirimos fama, por lo menos entre los nuestros. Y al no estar guiados por el Espíritu, el demonio nos tienta e intenta dirigirnos mejor.

La historia de los santos está marcada por dejarse guiar por los impulsos del Espíritu, y así hacen lo que el Espíritu les va marcando, es decir, la Voluntad de Dios. Nunca seremos santos hasta que hagamos el esfuerzo de dejarnos guiar por el Espíritu Santo. ¿Recetas? Ningunas y menos yo que no sé nada. Sólo una cosa:  "pedírselo." Porque cada uno tendrá algo concreto que hacer, y eso se lo indicará el Espíritu. De eso si que estoy seguro.

«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor». 

Jesús también nos lo ha prometido a nosotros. Abramos nuestro corazón a su acción.


jueves, 9 de enero de 2014

JESÚS SOBRE EL AGUA

(Mc 6,45-52)


Hoy el Evangelio nos presenta a Jesús con prisas, prisa porque deseaba buscar un espacio para hablar con el Padre, un espacio de oración. Primero se ocupa de despedir a la gente, pero manda a los apóstoles a Betsaida, y cuando termina se retira a orar.

Y es que hay que buscar tiempo para dedicarlo a la oración. Y muchas veces tendremos que despedirnos o despedir a otros para encontrar el espacio necesario para estar a solas con el Padre Dios. Es cuestión de saber cuándo una cosa y cuando la otra; es cuestión de discernir cuando lo uno se antepone a lo otro. Por eso necesitamos ponernos en Manos del Espíritu Santo.

Sin embargo, el criterio que podemos deducir de este pasaje de Jesús es la importancia de la oración, y la necesidad que tenemos de buscar espacios, en este mundo nuestro tan agitado y rápido, para estar con el Señor. Pero un deseo ansiado, querido, deseado, causado por el descubrimiento que sólo en Él puedo encontrar sentido y gozo a esta vida. Sólo así puede sostenerse nuestra oración y no quedarse en un mero cumplimiento.

Meter, en nuestra vida práctica y laboral, los propósitos de la oración, y la oración como consecuencia de las implicaciones y dificultades de nuestra vida. Un binomio que nos llevará a estar plenamente en contacto con el Señor.


miércoles, 8 de enero de 2014

HORARIOS Y MISERICORDIA


(Mc 6,34-44)

El Evangelio de hoy nos puede interpelar de muchas maneras. A mí me sugiere una de ellas, y es sobre los horarios y la misericordia. ¿Cuántas veces he dejado algo importante, sobre todo si se trata de personas, por algún cumplimiento o acto de piedad? Me ha ocurrido algunas veces, y me pregunto cuál sería la más importante, o la que debería haber atendido.

Un criterio importante sería anteponer a todo la necesidad de la persona, y otro el saber discernir cuando es el momento de dejar una cosa para atender la de mayor importancia, pero siempre donde la persona humana ocupe el centro de atención. Jesús hoy nos aclara el panorama y llegado el momento se fija en la necesidad de aquella multitud y decide plantearse una respuesta que les colme esa necesidad.

Ocurre en nuestras parroquias que damos más atención a reuniones, programaciones y actos celebrativos... abandonando el contacto personal e intimo con las personas. Es mi opinión, supongo y creo que deberíamos tener en cuenta más el bien de las personas y esforzarnos en atenderlas que llenarnos de reuniones y programaciones que luego quedan en el papel y no en la vida.

La misericordia es la virtud que nos descubrirá nuestra fe, porque sólo el que la practica está vivenciando la actitud que Jesús nos quiso revelar: "El Amor del Padre y su gran Misericordia".

martes, 7 de enero de 2014

JESÚS SE RETIRA ANTE LA NOTICIA DEL ENCARCELAMIENTO DE JUAN

(Mt 4,12-17.23-25)


Me sorprende la actitud de Jesús ante la noticia del encarcelamiento de Juan su primo. Me sorprende, porque pienso que nosotros ante una noticia así no actuamos igual. Supongo que protestaríamos y apelaríamos para que lo dejasen en libertad. Sin embargo, Él, Jesús, dice el Evangelio: En aquel tiempo, cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, se retiró a Galilea. 

Quizás hoy la Iglesia busca más poder y confía menos en la acción del Espíritu Santo. De todas formas, la manera de actuar de Jesús me interroga y me hace reflexionar. Jesús no usa su poder sino para curar y se queda al margen de las decisiones y actuaciones de los hombres. Por eso ocurren las cosas que ocurren y el mundo anda mal. Ese es el precio de la libertad, que el Señor respeta por encima de su intervención.

 Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaún, ciudad marítima, en los confines de Zabulón y de Neftalí. Para que se cumpliese lo que dijo Isaías el profeta: «Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino de la mar, de la otra parte del Jordán, Galilea de los gentiles. Pueblo que estaba sentado en tinieblas, vio una gran luz, y a los que moraban en tierra de sombra de muerte les nació una luz» 

Me pregunto también cómo todo estaba profetizado antes de que sucediera. ¿No es eso una prueba fehaciente de su Divinidad? En Jesús se cumple todo lo profetizado y eso descubre su Divinidad, Señor de la vida y la muerte y de todo lo creado.

Y desde entonces empezó Jesús a predicar y enseñar el camino hacia el Reino de los Cielos.


lunes, 6 de enero de 2014

HOY SIGUEN HABIENDO MAGOS Y HERODES

(Mt 2,1-12)


Hay mucha gente que ve amenazada su vida porque buscan al rey de los judíos. No es algo que sucedió hace más de dos mil años, sino que sigue sucediendo hoy en muchas partes y momentos. Cada vez que alguien busca la verdad y la defiende, busca a ese rey de los judíos profetizado a nacer en Belén, y surgen, al mismo tiempo, persecuciones y amenazas porque no interesa ese nacimiento. Lo complica todo.

En estos momentos hay una persona, Asia Bibi, sufriendo privación de libertad y condena a ser ahorcada por buscar a ese Niño Jesús al no querer renegar su fe en Él. También hay muchas personas, declaradas creyentes en ese Niño que nace en Belén, dando sus vidas al ser asesinadas al salir de una iglesia. Otros son insultados y hasta amenazados porque levantan su voz en defensa de millones de niños que son asesinados en el vientre de sus madres.

No interesaba que ese Rey naciera, porque amenazaba con destronar a muchos que se erigen como reyes y señores de otros para hacer y satisfacer sus propios intereses. Y ya, en aquel entonces, murieron muchos niños inocentes por la avaricia y el egoísmo de reyes hipócritas y defensores de la mentira y el egoísmo. Así que Belén sigue viva y en ella nace cada día el Niño Dios cuando alguien es capaz de amar y defender la verdad y la justicia.

En aquel tiempo fueron los Magos de oriente los que, avisados, desviaron su camino por otro lugar, pues hubiese peligrado sus vidas. Hoy les ocurre a otros, pero siempre habrá gente que busca a ese Niño Dios en Belén, Rey del pueblo judío y nacido para rescatar a los hombres de la esclavitud del pecado.

domingo, 5 de enero de 2014

LA PALABRA ES DIOS

(Jn 1,1-18)


Dios es la Palabra que siempre ha existido. Se nos hace imposible poder entender esto porque no cabe en nuestra cabeza. Sin embargo, tampoco podemos negarlo porque no lo entendamos. Nadie puede demostrarte que Dios ha existido siempre. San Juan evangelista te lo dice como testigo directo, pero tú eres libre, de rechazarlo.

Pero tampoco, nadie puede demostrarte que Dios no existe. Así que es una cuestión de fe. Te lo crees o no te lo crees. De todas formas, Dios, sabiendo esto, ha dejado indicios y caminos para que puedas razonar y planteártelo con ciertas garantías de credibilidad, sin dejar que tienes que fiarte y confiar.

No cabe duda que tú, igual que yo, buscamos la felicidad. Todavía no he oído a nadie que no quiera ser feliz. Esa felicidad, en la medida que experimentamos las cosas y personas del mundo, descubrimos que no nos dan plenitud. Y menos eternidad. Otra cosa que todos deseamos: vivir siempre. Pues bien, esas metas a las que aspiramos y buscamos están en Dios, y como hijos de Él las tenemos impresas en nuestro corazón.

Y es esa ansia de felicidad y plenitud eterna la que nos inquieta y nos mueve a buscarle. Porque Él es la Palabra hecha carne que se ha encarnado entre nosotros. Vive entre nosotros y se hace presente siempre que dos o más se reunen en su Nombre.

Pongamos toda nuestra confianza y fidelidad en su Palabra. Palabra de Vida eterna que nos eterniza y nos llena de felicidad plena.

sábado, 4 de enero de 2014

VEN Y VERÁS


(Jn 1,35-42)

No hay ninguna duda, busca aquel que tiene sed y hambre. Busca que comer, pues nadie se sienta a la mesa si no tiene sed y hambre. Sólo acuden aquellos que tienen deseos y ganas de comer. Sí, primero es el Señor quien te busca, pues ha nacido y se ha hecho Hombre para salvarte, pero te deja a ti la elección y libertad de decidir. Depende pues de ti el que decidas seguirle o no.

Santiago y Andrés no lo dudaron. Estaban ya con Juan Bautista y a una indicación suya se fueron tras Jesús. Nunca sabremos que ocurrió en aquellas horas que ellos pasaron en compañía de Jesús, pero por el gozo y el entusiasmo que desprendían podemos imaginar que vivieron algo imposible de olvidar y de no sacar a la luz de los demás. Así, Andrés buscó a su hermano Pedro y le comunicó la buena noticia de que había visto al Mesías esperado y prometido. Y Pedro también fue a conocer a Jesús.

Pidamos al Señor esa hambre y sed de buscarle, y, encontrado, no dejemos escapar esa Gracia que supone estar con Él, y que derrama en nosotros. Gracia que nos fortalece y nos inunda de fe y esperanza hasta el punto de transmitirlo a los demás.

viernes, 3 de enero de 2014

JUAN ES TESTIGO DIRECTO

(Jn 1,29-34)


Juan da testimonio porque ha sido enviado. Él lo experimenta y así lo transmite: «El que me envió a bautizar con agua, me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo’. Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios».

Y señala a Jesús como el enviado, como el Mesías prometido que ha de venir para quitar el pecado del mundo. Y Juan dio testimonio diciendo:  «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre Él».

Y en Jesús se cumple todo lo profetizado, hasta su Resurrección. Y más, experimento que dentro de mí hay un deseo que me arrastra a buscar la eternidad y la felicidad. ¿Hay deseo y meta mayor? Los hay, y muchos, que buscan ese deseo y meta en las cosas del mundo; otros se resignan porque, cansados, no lo encuentran y bajan los brazos entregándose a la muerte. Y otros se revelan porque su soberbia les impide humillarse y aceptar el amor y la misericordia de Dios.

Yo me rindo a su Amor y Misericordia, y acepto gozoso y alegre que Dios me hay dado la vida, me ame con locura y perdone todos mis pecados y fracasos. Y me entrego confiadamente a su Voluntad. Y obedezco a Juan Bautista cuando me señala:  «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es por quien yo dije: ‘Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo’. Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel».

Dame Señor la Gracia de ser fiel a mi compromiso de Bautismo, porque el que quedo investido de sacerdote, profeta y rey según tu Voluntad.

jueves, 2 de enero de 2014

EN JUAN SE SIENTE LA PRESENCIA DEL SEÑOR

(Jn 1,19-28)


Juan deja claro quien es y quien ha de venir a cumplir la promesa de la llegada del Mesías: «Yo no soy el Cristo». Y descubre su misión e identidad: «Yo soy voz del que clama en el desierto: Rectificad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías». 

Hoy la Palabra del Señor nos pone en situación de reflexionar sobre nuestro apostolado y sobre nuestras vivencias de fe. ¿Dejamos transparentar al Señor en nuestro vivir diario? ¿Somos espejos de su presencia?, ¿o, por el contrario emborronamos, oscurecemos y ocultamos su venida con nuestros apegos y pecados?

Este año que empezamos a caminar puede ser comienzo de un nuevo y bien intencionado propósito para esforzarnos en superar nuestro testimonio. Juan Bautista puede servirnos de ejemplo y de tesón.

Pidamos al Señor perdón por las muchas veces que le ocultamos a los ojos de los demás con nuestros pecados, y fuerzas para ser fieles testimonios de su venida y presencia.

miércoles, 1 de enero de 2014

SON LOS PASTORES LOS QUE RECIBEN LA NOTICIA


(Lc 2,16-21)

No se les anuncia a los notables ni poderosos. Tampoco a los influyentes y famosos. Dios envía a su Hijo de forma silenciosa, sin hacer ruido ni algarabía. No hay música ni anuncios luminosos, simplemente todo ocurre en el silencio de la noche para unos pastores que están en vela cuidando sus rebaños, y para unos magos que indagan y buscan venidos de oriente.

Nadie más se entera. Dios escoge a los más pobres, desacreditados, marginados (los pastores), y a unos magos forasteros y sorprendidos que intuyen que algo grande va a suceder. Se cantan alabanzas de adoración, pero el mundo no advierte nada. Jesús nace inadvertido y pobre, porque el amor se hace verdadero amor cuando no hay nada que invita a amar.

Se desea lo bueno, lo valioso, lo importante, lo que interesa y da beneficios, y se desprecia todo aquello que supone carga, peso, dificultades, perdida... Lo primero es un amor egoísta, falso e hipócrita. El segundo es el verdadero amor. Así se nos presenta el Hijo de Dios, pobre e indefenso, y necesitado de huir para salvar la vida.

El amor salva porque rompe la lógica humana y se asemeja a la de Dios. Somos salvados porque Dios nos ama con esa clase de amor que parece locura, ilógico y incomprensible para nuestra mente. Pronto empezamos a comprender que sólo esa clase de amor es la que nos salva, porque al hacerlo nos parecemos a Él.

Pidamos un corazón que ame de esa forma en este nuevo año 2014 que empieza en este momento. Por amor somos salvados.
FELICIDADES