jueves, 31 de octubre de 2013

LA IGLESIA SIEMPRE ESTARÁ DE PIE



Donde exista un creyente en Jesús de Nazaret, ¡y siempre lo habrá!, allí estará la Iglesia. Nadie podrá extinguirla por mucho que persigan a sus seguidores, porque Él está y vive en cada uno de ellos. Hoy nos revela Jesús esa promesa de permanecer hoy y mañana cumpliendo y viviendo en la Voluntad del Padre.

Y la Iglesia, en cada uno de los seguidores de Jesús, permanece fiel a sus palabras. Nadie impedirá que el Mensaje del Señor siga adelante. ‘Yo, nos dice el Señor, expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día soy consumado. Pero conviene que hoy y mañana y pasado siga adelante, porque no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén’.

Y así sucede hasta hoy. No hay lugar, por muy escondido que esté, que no haya religiosos, creyentes en Jesús de Nazaret, al lado de esos hombres, sufriendo y luchando por la vida. La verdadera vida que es conocer al Señor. Sigamos nosotros, en el Espíritu Santo, el camino sin retroceder a pesar de las dificultades, los obstáculos e impedimentos que la vida nos pone.

miércoles, 30 de octubre de 2013

LA PREGUNTA IMPLICA BÚSQUEDA


»Lc 13,22-30)


Detrás de cada pregunta hay siempre una búsqueda de algo que preocupa, inquieta o despierta curiosidad.  Uno de los que escuchaban a Jesús le preguntó: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?». El les dijo: «Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán».

En esa pregunta, posiblemente, había una preocupación por no verse capaz de alcanzar entrar por esa puerta estrecha que Jesús señala como meta final. Ese comentario de que muchos querrán pero no podrán ponía los pelos de punta a todos aquellos que oían a Jesús.

La puerta estrecha exige estar preparado para no pasar las dimensiones que te impidan entrar. Y ese cuidar las dimensiones supone trabajo, esfuerzo, renuncias y sacrificios que posibiliten mantenerte en condiciones para poder atravesar la puerta. El simil parece adecuado y nos descubre nitidamente el camino a recorrer.

No se puede vivir despreocupadamente pensando en divertirse y pasarlo bien, mientras otros lo pasan mal carente de muchas cosas que a ti te sobran. La limosna, el ayuno y la caridad son muy buenos ejercicios para mantenerse en forma y, llegado el momento, poder entrar y pasar por la puerta estrecha.

martes, 29 de octubre de 2013

FERMENTAR NECESITA ESTAR DENTRO

(Lc 13,18-21)
  
No se puede contaminar algo desde fuera. Se hace necesario penetrarle y vivir dentro para contagiarlo todo. Esa es la lección que Jesús nos quiere enseñar hoy. El Reino no se puede proclamar desde fuera, porque desde ahí la Palabra no penetra en los corazones. Se hace necesario estar dentro, penetrar en los corazones y contaminarlos de semillas de amor por medio de la Palabra y la vida.

El Papa Francisco nos lo ha dicho, se necesita salir afuera, a los ambientes, a las periferias, a donde se encuentran los corazones desorientados, perdidos en la oscuridad y sin rumbo. Se necesita fermentar, y eso significa penetrar la masa para, desde dentro, fecundarla y dar frutos. Así hace también la semilla, penetra la tierra y echa raíces a costa de su muerte, y crece y crece hasta servir de refugio y alimento.

Así debemos proceder también nosotros. Derramar la Palabra y la vida entre la vida de los hombres para contagiarlos de la Palabra de Dios, Luz que alumbra y salva eternamente. Pero no se nos ocurra proceder aisladamente y por nosotros mismos. Necesitamos la asistencia del Espíritu Santo y la comunidad de la Iglesia para, desde ella y en el Espíritu, dentro del mundo evangelizar con nuestro testimonio y vida.


lunes, 28 de octubre de 2013

ORAR ES REFLEXIONAR CON Y DELANTE DE DIOS PADRE

(Lc 6,12-19)

No cabe duda que toda acción está presidida de una reflexión. Para actuar lo pensamos primero. Incluso en los momentos que ambas cosas, reflexión y acción, casi se superponen, una, la reflexión precede a la acción. Y cuando reflexionamos buscamos luz en nuestro corazón para proceder a actuar bien.

Para un creyente, reflexionar equivale a orar, porque cuando reflexionamos en presencia y delante de Padre Dios, estamos descubriendo nuestra vida y presentándola con todos nuestros proyectos, ilusiones y deseos, así como nuestras necesidades, problemas y dificultades.

Orar y reflexionar se confunden en una petición o reconocimiento de nuestra humanidad limitada y pecadora. Tanto el fariseo como el publicano de ayer hicieron su reflexión. Uno en la mentira y otro en la verdad. Nuestras oraciones deben estar apoyadas en la verdad, porque la mentira la destruye y aniquila. Nuestra vida debe caminar en esa ruta que la oración en la verdad le marca cada día.

Jesús nos enseña con su oración y vida el estilo que debe marcar nuestro camino. Un camino que sólo podemos recorrer apoyados en la oración constante y suplicante y la acción que la propia marcha impone. El trabajo y las responsabilidades que el camino nos trae, nos da los momentos de oración que necesitamos para dar luz a nuestras respuestas.

domingo, 27 de octubre de 2013

LA NECEDAD DE LA APARIENCIA

(Lc 18,9-14)

La mayor parte de nuestra vida es apariencia. Es verdad, por la Gracia de Dios, que aparentamos mucho sin darnos cuenta y sin caer en la cuenta de ello. Porque las apariencias son necedades de nuestra ignorancia y nuestra pequeñez. Somos tan pequeños que, ignorantemente, aspiramos y deseamos ser grandes. Y es entonces cuando aparentamos.

Casi siempre estamos aparentando: aparentamos ser más buenos de lo que somos; aparentamos ser más guapos que lo que somos; aparentamos ser más útiles que lo que somos... Y toda la vida, la mayor parte, nos la pasamos aparentando. De tal forma que, cuando nos mostramos tal como somos aparecen las dificultades (Véase las separaciones matrimoniales y otros).

Eso fue lo que ocurrió entre el fariseo y el publicano. El uno aparentó ser bueno, honrado y cumplidor; el otro se mostró tal como experimentaba ser. El uno fue señalado como fariseo, falso, mentiroso, hipócrita. El otro, reconocido como pobre y miserable, fue perdonado.

Y es que en la vida si nos mostramos tal como somos, tenemos pocas posibilidades de triunfar, de ser aceptado... La vida en ese sentido es una farsa, una mentira, una hipocresía. La vida es una lucha contra corriente. Una lucha entre reconocerme pecador y necesitado de perdón, o de creerme suficiente, fuerte y capaz de dirigir mi propio destino, hasta el punto de mentir si hace falta.

Claro es que necesitamos un mundo donde haya más publicanos que fariseos. Seguro, nos iría mucho mejor a todos.

sábado, 26 de octubre de 2013

LAS CADENAS DE LA CARNE

Lc 13,1-9)

 
El camino de nuestra salvación está marcado por una lucha a vida o muerte. Vida si caminamos injertados en Xto. Jesús; muerte si nos dejamos dirigir y guiar por las apetencias de nuestra carne. Carne que, como muy bien expresaba Fray Nelson Medina, no sólo son nuestras apetencias carnales, sino también las intangibles o espirituales con las que expresamos nuestros sentimientos o emociones.

Así, la envidia, la codicia, el individualismo, la inclinación a desunir, la venganza, la soberbia... son también parte de nuestro cuerpo que nos arrastran y someten. Esta mala tierra que somos si no está abonada y cuidada por la Gracia del Espíritu Santo que las fertiliza, pronto será encadenada y sometida a la esterilidad y la indiferencia. 

Así, no es de extrañar que aquella parra no diese frutos. Pero siempre tenemos la Misericordia de Padre Dios que prolonga nuestro camino en el tiempo y nos riega con la Sangre de su Hijo, con la esperanza de que la próxima cosecha sea fructífera. 

Abramos nuestro corazón para que nuestra mala tierra sea arada y abonada por la Gracia de Dios y podamos dar frutos abundantes.

viernes, 25 de octubre de 2013

APROVECHAR MI TIEMPO

(Lc 12,54-59)

El miércoles 23, en la Eucaristía, el sacerdote celebrante nos dejó abierto un interrogante en la homilía (Lc 12, 39-48). Se limitó a plantear lo siguiente: Si Jesús llegase ahora, a las 6,45', aquí, tal y como estamos todos los que aquí nos encontramos, ¡qué pasaría? ¿Y cómo nos encontraría?

Esa fue aproximadamente la homilía. Permanecimos, luego, un minuto más o menos en silencio y reflexión... Y fue unos instantes muy emotivos, profundos y llenos de santo temor. Es verdad, qué pasaría si Jesús nos sorprende en estos momentos. ¿Estamos preparados?

Minutos después seguía esa pregunta retumbando en nuestro corazón. ¿Qué le presentaría al Señor? ¿Tendría algo para presentarle? Posiblemente, pensamos, tendríamos las manos llenas de fracasos, de errores y apetencias. De pecados y debilidades, pero no los escondemos Señor. Eso te presentamos porque sabemos que Tú buscas nuestra pobreza y enfermedades. Has venido para eso, para sanarnos y salvarnos. Y nosotros, Señor nuestro, queremos dejarnos salvar.

Hoy 25 , se nos cuestiona la sabiduría que ponemos para descifrar e interpretar el tiempo de la tierra y el cielo, pero nos pasa indiferente estos momentos presentes que vivimos. No nos planteamos muchas cosas que ocurren en cada instante y no tomamos partido en ello. Mucha gente sufre; mueren niños asesinados en el vientre de sus madres; hay pueblos oprimidos, marginados...Y nosotros lo pasamos muy bien quizás de espalda a todos esos acontecimientos.

Sin embargo, quizás nos preocupa más si hay lluvias o viento o sol, pero muy poco el final de nuestro camino y destino. ¿Qué pasaría si en este momento nos sorprendiera el Señor? Dejamos también la pregunta abierta...


jueves, 24 de octubre de 2013

SER PACIENTE

(Lc 12,49-53)

No es fácil soportar la impaciencia de no tener paciencia. Se necesita aplomo y serenidad para llenarse de paciencia y aguantar los impulsos de responder a aquello que consideramos injusto, falso a que no actúa en justicia y verdad. Jesús se nos muestra hoy impaciente y con deseos de ver el mundo ardiendo e inquieto por establecer un mundo vivido en justicia y verdad.

Él ha venido para eso: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! Jesús nos testimonia su impaciencia, pero nos enseña a ser pacientes a la Voluntad del Padre.

El Reino de Jesús es un Reino dividido. Dividido entre aquellos que viven en la injusticia y la hipocresía y en la mentira y la apariencia, frente a los que luchamos para que reine la justicia y la verdad. Es un Reino donde no cabe la pasividad, la indiferencia, el quitarse y dejar que los otros hagan y tú critiques. Es un Reino de justicia, de amor y de paz. Y eso exige esfuerzo, lucha y trabajo, pero nunca solo sino arropados y apoyados sabiendo que Jesús está con nosotros y nos asiste el Espíritu Santo.

¡Ánimo y quema tu vida por amor!

miércoles, 23 de octubre de 2013

MI PÚBLICO ES MI PADRE DIOS

(Lc 12,39-48)

Estamos acostumbrados a esforzarnos y tratar de hacer las cosas bien cuando sentimos la mirada de quienes nos vigilan o contemplan nuestro trabajo. Pero cuando esa mirada desaparece o nadie nos observa, nuestro interés decae y nuestro esfuerzo decrece. Trabajamos solo aparentemente o para ser contemplados. O mirado de otra forma, ponemos empeño y entusiasmo cuando nos vigilan o nos contemplan.

Hoy Jesús nos advierte de que nuestro ser y obrar sea así. Nos exhorta a trabajar y poner empeño en nuestro trabajo, aun en la ausencia de nuestro amo o  administrador. Porque ese es nuestro cometido, y porque el amo o administrador se presentará cuando menos lo esperemos.

Debemos actuar siempre, incluso en la ausencia de toda mirada, como si nuestra obra fuese contemplada por un afinteatro lleno, pues nuestro verdadero público es la Mirada de nuestro Padre Dios. Él siempre está a nuestro lado y nos acompaña en todo nuestro ser y obrar. Él nos mira y sabe de nuestros esfuerzos y trabajos. De nada nos vale aparentar delante de los que nos vigilan o miran, y bajar la guardia cuando nos sentimos solos y sin vigilancia de ninguna clase.

Pidamos al Padre que seamos siempre fieles en cumplir su Voluntad. Voluntad que pasa por cumplir con nuestro trabajo en todo momento y situación.

martes, 22 de octubre de 2013

ESTAR ATENTOS Y LISTOS


Lc 12,35-38)

Estar preparado significa no perder de vista la meta de nuestro camino. Podemos pararnos, descansar, reflexionar y hasta tomarnos unas vacaciones, pero sin dejar de mirar siempre para la meta del camino. Pero antes, claro, tenemos que cerciorarnos de cuál es la meta que tratamos de alcanzar.

Pues, clara la meta tendremos claro el camino y la preparación que necesitamos para recorrerlo. Hoy Jesús nos advierte y nos invita a estar preparados: «Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran.

 E incluso llama dichosos a aquellos que aceptan y cumplen su invitación: Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá.

¡Y agrega que nos servirá! Realmente no nos damos cuenta de estas cosas y pasamos la vida pensando y buscando cosas que se consumen y terminan en ellas mismas. ¡Qué necios somos!

Si pensáramos que en cualquier momento puede llegar ese momento, valga la redundancia, nos ayudaría a vivir de otra forma y con más cuidado. Porque lo que importa al final es a dónde vamos, Y ese deseo de nuestro corazón de vivir eternamente feliz nos descubre que hay un lugar donde ese anhelo se puede cumplir.

lunes, 21 de octubre de 2013

LA NECEDAD DE LA RIQUEZA

(Lc 12,13-21)


Hay mucha gente que anhela ser rico. No me atrevo a decir todos porque conozco también a muchos que no lo anhela, pero diría que mucha, mucha gente. Es una gran tentación porque con el poder de la riqueza se puede hacer muchas cosas. El mundo puede, aparentemente, verse de color de rosa sin serlo, porque nosotros, los hombres y mujeres, somos muy aficionados a autoengañarnos, y ese tipo de felicidad efímera y temporal, pero inmediata, sin esfuerzos y simplemente apretando un botón, nos gusta y atrae.

Con riqueza podemos conseguir muchos caprichos, antojos, deseos y privilegios. Por eso damos mucho valor a la riqueza. Diría que el mayor poder. Todo, decimos, tiene su precio, y con riqueza se puede comprar. Sin embargo, aquellas palabras que Jesús dijo a la gente de su tiempo, hoy nos las dice a nosotros: «Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes».

Y en nuestra vida hemos constatado por propia experiencia que eso es verdad. Observamos que mucha gente rica se ha quedado en el camino. Mayores, jóvenes y hasta niños. Sus riquezas no le han servido para salvar sus vidas. Y es que la vida no depende del ser rico o pobre. La vida depende de reconocernos hijos de Dios y coherederos, en y por los méritos de su Hijo Jesús, de su Gloria.

La experiencia nos dice que debemos estar preparados. Preparados para recibir la llamada del Señor y partir hacia su presencia. Y esa preparación no consiste en acumular riquezas sino en atesorar vivencias de amor al estilo de Jesús. ¿A qué esperamos? Pues la llamada nos está esperando en cualquier momento.

domingo, 20 de octubre de 2013

PEDIR DESCUBRE NUESTRA NECESIDAD

(Lc 18,1-8)

Es claro que quien no pide nada le hace falta. Al menos no tiene ni siente gran necesidad. Se encuentra bien o se basta a sí mismo. Pedir descubre nuestras necesidades. Por eso, quien está necesitado insiste y persiste en pedir. Hoy Jesús nos anima a ello y nos invita a ser constante e insistentes en el pedir.

Nos habla de una mujer que insistió hasta cansar al juez que no le atendía, y consiguió que, por quitársela de encima y no le molestara más, le atendiera. El Señor nos llama a ser constante y no desfallecer en el pedir. Si no rezamos nuestra fe es sólo una teoría; si no rezamos nuestra vida cristiana se deteriora.

Sentirnos hijos de Dios es sentirnos necesitado de su Misericordia. Necesitamos, sobre todo, su perdón y su Gracia para poder salir airosos en el camino de nuestra vida. Jesús nos enseña a ora cuando nos señala el Padre nuestro como la oración modelo para hablar con el Padre. Jesús ora constantemente, pero sobre todo, en los momentos importantes de su vida: Bautismo del Jordán; elección de los doce; Monte Tabor...

No perdamos nunca ese hermoso y necesario apego a pedir. Porque necesitamos pedirle al Padre por nuestras necesidades y problemas. Estamos expuestos a malos pensamientos, a sentimientos vanidosos, a vanagloria, ambición, egoísmos... y necesitamos la Gracia de Dios para salir victorioso de todo ese lodazal que nos aprisiona y no nos deja caminar.


sábado, 19 de octubre de 2013

EN DEFENSA DEL SEÑOR

(Lc 12,8-12)

En lo más profundo del corazón de cada ser humano habita el deseo de dar la vida, si fuera preciso, por los suyos. Todos ansiamos y deseamos esperanzados ser padres o madres, y ese deseo implica darnos y entregarnos hasta la vida por proteger, cuidar y educar a nuestros hijos. Hay un nexo, no sólo de sangre sino de amor, que genera cercanía y convivencia.

Otra cosa es que, llegado el momento, seamos o no capaces de sacrificarnos y dar la vida. Sabemos que muchos, hombres y mujeres, la han dado en la defensa del Señor Jesús. Son los llamados mártires, que, precisamente, el domingo pasado fueron beatificados 522 en Tarragona. 

Hoy nos dice Jesús, nuestro Señor, que todo aquel que lo defienda delante de los hombres, será también defendido por Él ante los ángeles de Dios. Y, por el contrario, el que lo reniegue, será renegado ante los ángeles de Dios. Todos nuestros pecados, ante nuestro arrepentimiento, serán perdonados por la Misericordia de Dios. Sin embargo, cuando cerramos nuestro corazón a la acción del Espíritu Santo, nunca podremos ser perdonados, porque, precisamente, somos nosotros los que rechazamos ese perdón.

Si no dejamos al médico explorar nuestro corazón, jamás el médico podrá sanarnos. De igual forma, si rechazamos al Espíritu Santo, rechazamos el perdón misericordioso que nuestro Padre Dios nos regala. Dejemos, pues, abierto nuestro corazón a la acción del Espíritu Santo, y en Él acojamos la Vida de la Gracia que el Padre Dios nos da gratuitamente.

viernes, 18 de octubre de 2013

TAMBIÉN HOY NOS ENVÍA

(Lc 10,1-9)

En aquel tiempo es, ahora, hoy. Somos enviados como en aquel tiempo fueron enviados los que estaban y seguían a Jesús. La mies es mucha y los obreros son pocos. Hoy, a pesar de que Jesús nos necesita y nos llama tampoco nosotros respondemos, y la mies sigue siendo abundante, pero los obreros pocos.

Sin embargo, el Señor es constante, eterno y su Amor no tiene límites. Continúa llamándonos y, con eterna paciencia, esperando nuestra respuesta. ¿Cuándo le vamos a responder? Es quizás la pregunta que el Espíritu Santo nos envía y hoy y nos mueve a responder. 

Depende de ti y de mí. Ambos somos discípulos del Señor si nos esforzamos en seguirle. Estamos ya enviados en el lugar que vivimos: familia, trabajo, ambientes... Pero también podemos, si nos llama para otros menesteres, responder a la acción del Espíritu Santo. 

Señor, dispón de nuestro inútil y enfermo corazón y transfórmalo en un corazón abierto, de carne, dispuesto a anunciarte con la propia vida y la palabra y, llenos de Ti, ser instrumentos de tu Amor.

jueves, 17 de octubre de 2013

PROFETAS DE HOY

(Lc 11,47-54)

¿No nos damos cuenta que eso mismo está pasando hoy? Continúan dando premios, honores y homenajes a personas que se han distinguido por su bondad y santidad (posibles profetas de nuestro tiempo), pero con la intención de acallarlos y de confundir. Se hace el guiño de estar de acuerdos con lo que ellos proclaman y defienden, pero nada más. La vida sigue igual y tras edificarles sepulcros y homenajes todo queda enterrado.

Cuando no, a la mayoría se le ha perseguido, calumniado hasta hacerle la vida imposible. Luego, cuando se le ha callado la boca, se le ha rendido falsa alabanza y al sepulcro. Hoy está pasando lo mismo. Se trata de apartar a aquellos que molestan, que no están de acuerdos con la mayoría. Les hacen la vida imposible y hay que buscar la manera de quitarlos del medio.

« ¡Ay de vosotros, porque edificáis los sepulcros de los profetas que vuestros...! Y cuando salió de allí, comenzaron los escribas y fariseos a acosarle implacablemente y hacerle hablar de muchas cosas, buscando, con insidias, cazar alguna palabra de su boca.

¿No le está ocurriendo hoy lo mismo a muchos santos y profetas de nuestro tiempo? ¿No hay abierta una discusión y desconfianza contra nuestro Papa Francisco, pues parece que su manera de actuar molesta? La Palabra de Dios se hace actual y es de hoy. Nos viene muy bien meditarla serenamente y preguntarnos, ¿qué está pasando hoy?

miércoles, 16 de octubre de 2013

VIVIR EN LA JUSTICIA Y EL AMOR

(Lc 11,42-46)

Todos nuestros esfuerzos tienen un sólo objetivo: "Vivir en el amor y la justicia", porque el uno presupone lo otro, pues de no ser así estamos señalándonos como lo que Jesús nos descubre hoy: "Fariseos". De nada vale cumplir con las normas y preceptos religiosos, si luego nos falla la caridad contenida en el amor que el Padre nos da para que también lo demos nosotros.

Y es entonces, cuando nos proponemos vivir en la verdad, cuando experimentamos lo duro, difícil y pesado que se hace el camino del amor y la justicia. Pero también, la necesidad que tenemos de no ir solo, porque solos seremos derrotados. Descubrimos entonces que sólo en el Señor, injertados en el Espíritu Santo, seremos capaces de vivir y cargar con nuestra propia cruz y también aliviar la de los otros.

Y no vale medias tintas o pasos disimulados. Nos autoengañamos. Sólo el esfuerzo sincero, verdadero y auténtico nos eximirá de ser señalados. Nos confesamos pecadores y pobres, pero en el Espíritu nos esforzamos en cumplir y vivir el amor.

Por eso, desde nuestra humanidad pecadora, asumiendo nuestras debilidades y fracasos, te pedimos Padre Bueno nos perdones nuestras limitaciones, pecados e impotencia, y nos des la fuerza para, caminando en la acción del Espíritu Santo, sepamos y podamos vivir en la justicia y la caridad.

martes, 15 de octubre de 2013

VALORES Y NO COSTUMBRES



Suele ocurrir que la costumbre se hace ley, e incluso, los valores se someten a la costumbre. Solemos oír con mucha frecuencia: "Siempre se ha hecho así...", y todo, incluso las personas quedan pospuestas a las costumbres de los antiguos del lugar.

Jesús se salta la costumbre, porque entre otras cosas no es ley. Y ante el asombro y perplejidad del fariseo anfitrión, le censura la hipocresía de cuidar lo externo y abandonar lo interno. Y eso no ocurre a nosotros hoy. Llevados por una falsa apariencia, cuidamos la presencia, la costumbre y la norma, y abandonamos la atención, el cuidado y las necesidades de la persona.

Nada es prioritario al amor y la justicia respecto al hombre, criatura y capricho de Dios. Todo está establecido para su servicio y su bien, de manera que lo que se anteponga a él no es correcto. Una vez más y aprovechando otras circunstancias y momento, el Señor aprovecha para dejar claro que lo primero es el Amor. De nada vale las apariencias, los cumplimientos y las oraciones, si lo que verdaderamente importa, el bien del hombre, queda desatendido y marginado.

Bien decía el Papa Francisco que da vergüenza lo que ocurre en Lampedusa. ¿Cómo podemos rezar el Padre nuestro y permitir que nuestros hermanos mueran ahogados sin prestarle ayuda? La limpieza interior origina también la exterior. Por eso, cuidar el interior es lo verdaderamente importante, pues lo exterior reflejará lo que se vive en el interior. 

De la abundancia del corazón hablará la boca.

lunes, 14 de octubre de 2013

PRUEBAS PARA CREER

(Lc 11,29-32):


Sin duda que teniendo pruebas todo sería más fácil. Quien tiene una experiencia y ve, posiblemente creerá. No se esconde que creer sin ver es cosa más difícil. Por eso, Jesús dice en una ocasión que serán dichosos aquellos que creen sin ver. Y es que el mérito está en creer sin ver ninguna prueba.

Jesús señala como generación malvada y perversa a aquellos que pretende pruebas y demostración de su Divinidad, como si se tratara de unos exámenes por los que hay que pasar para ser aceptado como Señor. No tendría ninguna lógica ni mérito hacerlo así, porque la fe consiste en creer sin ver, esperar, confiar y callar en la esperanza de que el Señor actúe en su momento. Y eso sólo Él lo sabe y sólo a Él compete.

La salvación, la que interesa. No la que puede dar este mundo, sino la que es para todos los mundos y para siempre: "La Eterna". La Salvación que está por encima de las salvaciones con minúscula que encontramos en este mundo, es la Salvación que ofrece Jesús a aquellos que se fían de Él y por la fe le siguen en silencio y en obediencia. Esos son los que serán recompensados con la Salvación eterna.

domingo, 13 de octubre de 2013

EL OLVIDO DE DAR LAS GRACIAS

(Lc 17,11-19)

Todos, alguna vez, hemos recibido las gracias por algún favor que hemos hecho. Pero también, pronto, hemos experimentado que esas gracias se han olvidado y echado en saco roto. En el fondo somos muy pocos agradecidos. Preferimos pedir y recibir, pero poco dar y agradecer.

Y en muchos casos, en los que agradecemos, lo hacemos de corazón para fuera, para guardar las obligadas apariencias sociales que todos interpretamos a las mil maravillas. No son gracias salidas de lo más profundo del corazón, por lo que se olvidan pronto. La raíz no es profunda y se seca al salir los primero rayos de sol.

Así nos ocurre con nuestro Padre Dios. Pedimos y hasta exigimos de forma inconsciente lo pedido. Nuestra relación es sólo para pedir necesidades, para que mejore nuestra vida y la de los nuestros. Pedir y pedir, pero nos olvidamos de dar gracias. No sólo de lo recibido, sino de lo que tenemos. Así le ocurrió a aquellos nueve leprosos. De los diez curados sólo se volvió uno para agradecer la curación recibida, y fue precisamente el samaritano.

¿Nos ocurre a nosotros lo mismo? ¿Nos damos cuenta de que todo lo recibido ha sido regalo de Dios?

sábado, 12 de octubre de 2013

ESCUCHAR PARA CUMPLIR

(Lc 11,27-28)

Hay dos cosas que van unida. Si una es separada, la otra pierde todo su sentido. La una, es la escucha de la Palabra de Dios. Sin ella, el camino se hace oscuridad y el horizonte se esconde. La Palabra es la estrella que nos guía y alumbra nuestros pasos. Escuchar la Palabra para encontrar la orientación del camino se hace necesario. Cada día trae sus interrogantes, sus decisiones y su trabajo. Vivirlo en presencia de Dios implica escuchar su Palabra y, en consecuencia, aplicarla a nuestra vida.

La otra, es cumplir lo escuchado. Aplicar la Palabra a nuestra vida significa darle cumplimiento con y en nuestro obrar concreto de cada día. Vivenciar la Palabra en otros lugares donde vivimos: familia, trabajo, amigos, vida social, ambientes... Y hoy, en la época que vivimos, a través de la red también podemos llevar nuestras vivencias e inquietudes de la  Palabra a todos los lugares del mundo. Y es trajo y compromiso que debemos, cada uno en la medida de sus posibilidades, realizar.

Y simplemente, serán dichosos aquellos que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen.

viernes, 11 de octubre de 2013

EL DEMONIO NO DUERME


(Lc 11,15-26)

Ignorar la realidad del demonio, es ignorar que alguien está interesado en estropear tu vida e impedir que alcances la vida eterna en plena felicidad. Quiere dividirnos y ponernos en contra de Jesús. Nuestra razón puede ser arma diabólica y exigirnos pruebas y fundamentos. Si la dejamos en manos del demonio puede enfrentarnos a Jesús.

Muchos que levantan su voz en contra de la verdad, por otro lado insultan perdiendo el respeto a la libertad del otro. ¿Dónde está la justicia y la verdad de esas personas? Sus actitudes desesperadas los delatan y los descubren en la mentira y falsedad. No escuchan porque solo quieren imponer su verdad. La verdad del demonio que llevan dentro.

Y es que no podemos estar divididos, porque terminaremos por seguir a uno y dejar a otro. Sólo Jesús es la única y verdadera Verdad. Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Y debemos tener mucho cuidado que nos asalten y nos desvíen del camino hacia la Verdad. Por eso, caminando todos juntos, desde el respeto a los demás y abierto a buscar la Verdad, será más difícil que nos puedan confundir. La oración es nuestra arma principal.


jueves, 10 de octubre de 2013

¡SEÑOR, COMO INGNORAR TU AMOR!

Lucas 11, 5-13

Ignorar que tenemos un Padre dispuesto a darnos todo lo que deseamos simplemente por amor, es el mayor delito y torpeza que el hombre puede cometer. Y hay muchos hombres que lo ignoran y se desvían en el afán de buscar otras cosas o metas que sólo conducen al sin sentido y la perdición.

Claro, hay una condición, para eso somos libres, la de confiar. Porque si confiamos no desfalleceremos y seremos persistentes e insistiremos hasta el final. Por eso, Jesús nos anima hoy a ser constantes y no dejarnos llevar por el desánimo y la desconfianza. 

Pedid y se nos dará;  buscar y hallaréis; llamar y se nos abrirá. Porque bien es sabido por todos que quien pide, recibe; quien busca, encuentra y quien llama se le abre. ¿Cuántas veces hemos oído: "el que no llora no mama"?, pues esta frase explica que ese criterio habita dentro de nosotros. Sin embargo, perdemos la confianza y dejamos de insistir.

¿Cómo podemos pensar que nuestro Padre Dios nos desoyes y no nos atiende? ¿Qué sentido tiene entonces entregarnos a su Hijo para que sufra y muera por nosotros? ¿Para dejarnos abandonados? Ocurre que no confiamos y perdemos la fe. Queremos respuestas inmediatas, y las que nosotros pensamos, no las que piensa nuestro Padre Dios, que es el Único que sabe lo que nos conviene. No estamos dispuestos a esperarle. Nos importa sólo nuestra voluntad, no la Voluntad del Padre.

Sin embargo, cuando somos capaces de esperarle y de aguardar pacientemente su respuesta, la luz se hace en nuestra vida y el camino aligera nuestro paso y suaviza nuestra carga.

miércoles, 9 de octubre de 2013

SIMPLEMENTE PEDIR LA CAPACIDAD PARA AMAR

(Lc 11,1-4)

La oración del Padre nuestro es una petición de fuerza y capacidad para poder amar al estilo que el Padre nos ama. Darnos gratuitamente y sin ningún interés al servicio de los demás, sobre todo de los que nos rechazan o perjudican, es misión sólo de aquellos que se apoyan en la Gracia de Dios Padre.

Jesús nos pone en lo fundamental del camino: "El amor". Y para amar al estilo de Jesús se hace necesario conocerle, seguirle y amarlo profundamente. Sólo con Él y en Él podemos encontrar y vivir esa capacidad de amar. La oración se hace imprescindible. Pero no cualquiera oración. Toda oración debe tener la esencia de la disponibilidad y reconocimiento de la Paternidad Divina.

Porque esa Paternidad es la que nos va a hermanar y a provocar esa fuente de amor entre los hijos hermanados por el Amor del Padre. Si decimos Padre nuestro, reconocemos nuestra filiación, y si somos hijos, somos también hermanos. Pues esa, simplemente esa es la Voluntad del Padre. 

Amarnos conlleva todo lo demás: perdonarnos tal y como nos perdona el Padre; suplicar alejarnos del mal y de no caer en tentación. El camino está señalado claramente, sin lugar a equívocos. Sólo hay uno, el camino del amor.

martes, 8 de octubre de 2013

LAS PRISAS NOS DESEQUILIBRAN

(Lc 10,38-42)

No estamos hechos para vivir con prisas, ni con agobios. No son buenas compañeras y sus compañías nos perjudican notablemente. El ser humano necesita calma, sentir que existe y darse cuenta que camina y se dirige a algún lugar. Un lugar feliz, hermoso, lleno de paz y de eternidad.

Y buscar tan maravilloso lugar necesita de espacios de tranquilidad y reflexión. Necesita paz interior para ver con claridad el camino aunque muchas veces se presente lleno de espinas, de amenazas y de dificultades. Y también de buen acompañamiento donde apoyarse y compartir sus inquietudes y esa fe que te empuja a caminar hacia ese lugar que buscas desesperadamente, pero en paz y gozo.

Marta se perdía en el afán de atender y servir. Ocurre que nos desesperamos porque queremos hacer las cosas mejor que nadie. Nos exigimos triunfar y no fallar. ¡Y fallamos!, claro que fallamos, porque somos humanos y limitados. No está mal esforzarnos en hacer las cosas bien, pero siempre entendiendo que eso es simplemente un medio para seguir el camino hacia la Luz verdadera.

Así lo entendió María. Necesitó y eligió pararse en ese momento, porque delante tenía la Luz, y aprovechó para llenarse de Ella. Luego, llegarían momentos de seguir el camino y la lucha de cada día. Necesitamos pararnos para, llenos de Luz, ver y aprender a caminar mejor.

lunes, 7 de octubre de 2013

¿QUIÉN ES MI PRÓJIMO?

Lc 10, 25-37


A veces ocurre que nos gusta nos den el potaje hecho puré. Es decir, todo fácil y sin ninguna necesidad de encender nuestras neuronas y ponerlas a trabajar. Aquel maestro de la ley, conocedor de la misma, quería eludir la responsabilidad de señalar al prójimo. Nos cuesta reconocer que mi prójimo está necesitado y reclama mi ayuda. Buscamos autoengañarnos y en el intento de justificarnos, distorsionamos la realidad.

Sí, el autoengaño, he hablado mucho de eso, está a la orden de día en nuestro vivir cotidiano. Cuando algo me descubre mis limitaciones, mis egoísmos o apetencias, busco enseguida autoengañarme y justificándome distorsionando la realidad. Precisamente eso fue lo que les ocurrió a aquel sacerdote y al otro levita que de forma casual acertaron a pasar por allí. Simplemente, sin más comentario: "Hicieron la vista gorda".

Sin embargo, el señalado como enemigo, el samaritano, tuvo compasión y actuó con misericordia. Se complicó parte de su tiempo y dinero y socorrió a aquella persona necesitada en aquel momento. Todos sabemos quiénes son nuestros prójimos, a pesar de que sean nuestros enemigos. Quizás esos sean más prójimos. Y el examen que nos importa y para el que debemos prepararnos seriamente es precisamente ese, socorrer al prójimo. Luego, la fiesta será celebrada, la única y verdadera fiesta, la del amor. Es la única que nos hará inmensamente y eternamente feliz.

domingo, 6 de octubre de 2013

AUMENTA NUESTRA FE

Lc 17, 5-10


Necesitamos más fe, porque nos debilitamos en el camino y perdemos el rumbo de nuestra meta. Decimos que creemos, pero experimentamos que la realidad no obedece a lo que decimos. Nos cuesta creer porque se nota cuando nos ponen a prueba. Sí, evidentemente necesitamos mucha más fe. Una fe que se traduzca en obras y en hechos concretos.

Una fe que nos mantenga de pie y nos fortalezca la voluntad de amar sin medida y a cambio de nada. ¡Amar de forma gratuita! Cansa y agota, y nos hace tambalear y renacer en la duda y en el desertar. Por eso, Señor, aumenta nuestra fe. Experimentamos la duda, pero seguimos hacia adelante. Apostamos por Ti, Dios mío y nos ponemos en tus Manos. ¿A dónde iremos Señor?

Una fe que no espere recompensa sino que se sienta ya pagada y recompensada, pues sólo el sentirnos coherederos en Ti Señor de la Gloria de tu Padre es gracia que no merecemos. Creemos Señor y nos ponemos en camino, pero sentimos el miedo, la cobardía y el desfallecimiento de fracasar. Por eso te lo pedimos desesperados y esperanzados. Señor, creemos en Ti pero danos la Gracia de sentirnos fuertes y seguros por el camino de tu Verdad.

sábado, 5 de octubre de 2013

EXPERIMENTAR NECESIDAD PARA PEDIR

Mt 7, 7-11

Sin desear o experimentar deseos y necesidad difícilmente se podrá sentir la necesidad de pedir. Es necesario, primero ser necesitado, para luego pedir. Por eso, pedir significa buscar el camino para encontrar ese tesoro que todos buscamos. ¿Y cuál es ese tesoro? En nuestras cabezas palpitarán muchas cosas y deseos, pero en lo más profundo de cada uno hay un deseo de felicidad.

Todos buscamos ser felices. Y esa felicidad pasa por encontrarnos bien y plenos de aceptarnos tal y como somos. Y de no desear ser como el otro ni ambicionar lo que tiene el otro. Ser feliz es no desear nada más que lo que tenemos. Estar llenos de plenitud y de gozo. Es decir, de una paz que nos reboza el corazón de quietud y bienestar.

Pero con una condición imprescindible: "Eternidad". Es decir, que esa paz y bienestar no termine nunca. Porque entonces será un volver a empezar de nuevo. Y eso sólo hay una Persona que lo ha ofrecido y de balde, por amor. "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, quien come mi Cuerpo y bebe mi Sangre vivirá eternamente".

Y hoy, ese mismo Jesús, Dios verdadero, nos invita a que pidamos todas nuestras necesidades. Nos anima a pedir y a perseverar en esa petición. Pidámosle que nos dé la sabiduría de saber pedir lo que realmente estamos buscando, a pesar de nuestros despistes y distracciones.

viernes, 4 de octubre de 2013

HACER LO QUE ÉL NOS DICE


Lc 10, 13-16

Es la forma de expresarlo en castellano canario, porque yo soy canario. Hacer lo que Jesús de Nazaret nos indica es hacer la Voluntad del Padre, porque Jesús nos señala eso. Muchos lugares, como los que hoy nos señala el Evangelio (Corozaín, Betsaida, Cafarnaúm...) no obedecieron las indicaciones y mandatos de Jesús. No escucharon su Palabra y obedecieron a las suyas propias.

No procedamos nosotros de la misma forma. Obedezcamos en María a la Iglesia, nuestra Madre ahora en la tierra, que nos vuelve a decir que procedamos a vivir y actuar tal y como Jesús nos indica (Hacer lo que Él les diga) y señala en su Palabra. No cerremos nuestros corazones sino dejemos que se empapen del buen vino guardado en odres nuevos, y hagamos que renazcan jóvenes y nuevos para recorrer un camino nuevo de esperanza y de fiesta.

Vaciemonos del vino viejo que guarda nuestro corazón viejo, cansado y fracasado, y llenémonos del vino nuevo que Jesús, como hizo en Cana, obedeciendo a su Madre, transforma en aquello corazones que se abren a la esperanza de empezar un nuevo camino, que aunque trae dolor y lucha, llena de esperanza y alegría porque posiblemente coincide con la Voluntad de Dios.

jueves, 3 de octubre de 2013

CONTANDO EL TIEMPO PARA LA FIESTA


Lc 10, 1-12

De joven el tiempo era el camino para la llegada de la fiesta. Recuerdo que el lunes siempre era el reto, y uno, de los que fue mi profesor durante mucho tiempo, gustaba de empezar el lunes fuerte para aclimatarnos rápido después del descanso semanal. Se vivía de lunes a sábado. El fin de semana era la fiesta, el fútbol, el cine, el descanso y las diversiones.

Desde entonces, el camino ha servido para llegar a la fiesta. Pero esas fiestas siempre acaban, y muchas mal, con sensación de vacío, de resaca y desmotivación. Cuesta volver a empezar porque se pierde hasta la ilusión. Debe haber una fiesta diferente, insaciable y con esperanza de nunca terminar. Es esa la fiesta que debemos buscar. Y la que yo he querido siempre encontrar.

Hoy mi camino va en esa dirección. Tengo el norte claro porque no voy solo. Sigo los pasos de Jesús de Nazaret, Aquel que un día nos envió, a ti y a mí, a recorrer los caminos de nuestra vida proclamando que hay un Fiesta grande que celebrar. Que la vida no es celebrar fines de semanas vacíos y resacados, que la vida es celebrar cada día la Fiesta grande de la eternidad gozosa y feliz.

miércoles, 2 de octubre de 2013

VOLVER A NACER

Mt 18, 1-5, 10

No cabe duda que hemos cambiado mucho desde que éramos niño hasta ahora. De mayores nos hemos vueltos más huraños, maliciosos, codiciosos, envidiosos, egoístas y hemos perdido la ingenuidad y la limpieza de corazón. De niños no había mala intención ni malicia. Sí la ingenuidad pícara propia de una naturaleza humana, pero no mal intencionada ni desconfiada.

El corazón de niño es un corazón necesitado, confiado y obediente. Un corazón que pide y busca protección y seguridad. Un corazón que busca al padre y le pide lo que necesita. Sin embargo, de mayor pierde esa necesidad. Se vuelve autosuficiente y desconfiado. Confía en sí mismo y pierde la necesidad de un padre.

Para volver a la Casa Paterna es necesario volver a nacer. Nacer del  Espíritu que nos limpia y nos vuelve a la pureza, a crear un corazón nuevo y puro. Ser como niño, necesario para entrar en el Reino de los Cielos, es sentir y experimentar la necesidad del Padre.

martes, 1 de octubre de 2013

DIFICULTADES EN EL CAMINO

Lc 9, 51-56


Todo camino trae tropiezos y dificultades porque llegar a una meta exige esfuerzo y lucha. Jesús, viendo cercana su hora, decide ir a Jerusalén. El camino pasa por Samaría y buscando alojamiento para descansar experimenta rechazo porque se dirigía a Jerusalén. 

Odio al enemigo que los apóstoles sufren y quieren venganza. Preguntan a Jesús si quiere acabar con esos que les impiden alojarse y descansar. Jesús no sólo les niega esa respuesta violenta sino que les regaña, pues su Reino, por el que va a entregar su vida, es un Reino de mansedumbre y de amor. Amor precisamente a aquellos que no te acogen ni aceptan, e incluso te responden con violencia.

Se hace más difícil retenerse, ahogar el odio y el deseo de venganza y respuesta a la violencia recibida, que el responder con la misma moneda. Ser dueño de controlarse, de ser manso y responder con amor es un acto de fortaleza que necesita mucho amor. Jesús que así había vivido nos da testimonio de lo que predica y proclama, aceptando las adversidades que le salen en el camino: "Amar a los enemigos, hacer el bien a los que nos odian, bendecid a los que nos maldicen, pedir por los que nos persiguen".