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lunes, 30 de septiembre de 2024

ANSIAS DE PODER

Posiblemente no podamos evitarlo. Buena señal para reconocernos pobres y pecadores. Y, digo que no podemos evitar esas ansias de subir, de trepar a lo más altos honores, títulos y tratamientos porque nuestra naturaleza humana, contaminada por el pecado, busca esos reconocimientos.

Por supuesto, esas ansías de ser más y más. Sobre todo, más que el otro, nos corroe y nos conduce al pecado. Tenemos deseos de exclusividad, y descartamos a otros que se quieren añadir a nosotros si no es según nuestra manera y forma de pensar.

Hoy Jesús, en el Evangelio, nos saca de nuestro error y forma de ver las cosas. No se trata de ser el más importante, sino el más humilde, pequeño y servidor. Sus Palabras nos ponen en el lugar que debemos estar: «El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado; pues el más pequeño de entre vosotros, ése es mayor».

¿En qué lugar me sitúo yo, en el de los grandes o pequeños, en el de los servidos o servidores? Tú decides.

lunes, 16 de septiembre de 2024

UNA FE POR ENCIMA DEL PODER

Es evidente que en este mundo quien manda es el poder. Y al poder lo mueve el dinero. Diremos que tanto el poder como el dinero van de la mano. Pero, sin embargo, hay momentos puntuales donde el hombre se da cuenta de que el poder y el dinero no solucionan todo. Hay un Poder que está por encima del poder de este mundo, y el centurión, preocupado por su siervo, toma conciencia de eso.

En primer lugar, ¿podíamos también nosotros preguntarnos, tal como el centurión, que todo lo de este mundo está sometido al Poder de Dios? Un Poder que se nos ha manifestado en el anuncio de su Hijo al revelarnos la Infinita Misericordia de su Padre. Sería bueno profundizar y discernir sobre esto. Porque, posiblemente llegaríamos a la misma conclusión del centurión.

Y, llegada a ella, buscaríamos al Señor del que hemos oído que está por encima del poder humano y devuelve la vida al enfermo. Es, por tanto, digno de ser considerado y tenida en cuenta la fe de ese centurión que entiende que el Señor está por encima de ese poder humano y, más todavía, basta su Palabra para que la vida de su siervo vuelva a él. Quizás esa sea la reflexión que nos llevaría a buscar con más ahínco y esperanza, al encuentro con el Señor.

jueves, 8 de agosto de 2024

UN PODER QUE SE ESCONDE EN EL SERVICIO

No hay Poder venido del Cielo si realmente no se está en disponibilidad y entrega a servir. La máxima dignidad no se puede dar si no hay una disponibilidad plena a la entrega. El Poder que viene del Cielo está estrechamente relacionado con la plena entrega al servicio. El amor es la fuerza – poder – más grande que puede existir, y el amor desborda servicio por todos sus poros. Amar es servir, Esa es la consigna que nos da Jesús, el Señor: Primer mandamiento.

Pedro recibe ese Poder: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».

Pero, inmediatamente, Jesús le recrimina su actitud: «¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!». Pero Él, volviéndose, dijo a Pedro: «¡Quítate de mí vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!».

¿Y nosotros?, ¿qué pensamos al respecto?

martes, 2 de marzo de 2021

LA LEY COMO ESCUDO

 

El poder corrompe y aquellos que se apoderan de la ley con el propósito de mandar y ser servidos están ya inmersos en la corrupción. Sin lugar a dudas, la experiencia nos descubre el poder del poder- valga la redundancia - para corromper. Sucede que muchos se acercan al poder con buenas intenciones pero, llegados a él se dejan seducir por la ambición, la comodidad y el afán de riqueza y pasan a ser servidos en lugar de servir. Porque, precisamente, la fuerza del poder es el servicio.

Así lo ha dicho Jesús: He venido a servir, no a ser servido - Mt 20, 28 - y así debe actuar todo aquel que quiera seguir a Jesús. El Evangelio de hoy nos presenta esa estampa de la vida y de la corrupción del poder. Los escribas y fariseos, asentados ya en el poder religioso se aprovechan para sus intereses y para ser servidos en lugar de servir. Dicen pero no hacen. Es decir, mandan lo que ellos luego no hacen.

Jesús a ese respecto dice: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas. Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, que se les salude en las plazas y que la gente les llame "Rabbí".» 

Queda, pues, claro que la cuestión no está en tener poder, sino que el mayor poder es el servicio. Por tanto, lo cuestionable e importante es servir y el poder debe usarse para eso, para servir, de manera preferente a los más necesitados. Y ese es el estilo que Jesús nos ha transmitido con su Vida y Obras. Y, evidentemente, el estilo que nosotros, si le seguimos, debemos realizar y vivir.

miércoles, 11 de marzo de 2020

TODOS TENEMOS ALGO DE AUTORIDAD Y DESEOS DE DOMINIO

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Mt 20,17-28
Los apóstoles discutían sobre quien tendría más poder. Todos querían trepar, como normalmente expresamos hoy el ansia de subir y ocupar puestos relevantes. Nadie puede excluírse de esa apetencia ni de ese deseo de ascender en relevancia en su vida. Todos queremos mandar y dominar. Y de hecho lo somos, porque, cada uno de nosotros somos líderes en algún sector o faceta de nuestra vida.

Tenemos poder de dominio en nuestras familias, en nuestro trabajo, en nuestros ambientes o círculos sociales...etc. Los grupos se mueven como las constelaciones, muchos siguen lo que marcan uno o unos y la vida gira en torno a muchos líderes que dirigen los movimientos sociales, las modas, la economía y otros. Y todo dependerá de la actitud que cada cual tenga ante su poder de dominio. Es decir, hay quienes teniendo autoridad la utilizan como poder y dominio, lo que hacen es dominar y atraer a los demás para que le sirvan. Y los hay que hacen lo contrario, teniendo poder de dominio lo utilizan para servir y ponerse en el lugar de los demás y servirles.

Los primero es seguir los criterios del mundo. Era lo que en esos momentos hacían los apóstoles, pensaban en tener autoridad y mando sobre los demás, tal y como pidió la madre de los Zebedeos a Jesús. Y la actitud segunda es actuar con el criterio de Jesús: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».

Ahora, después de la escucha de este Evangelio y esta modesta reflexión, ¿cuál es tu actitud? La de servir o la de ser servido. Hay tela para rato y razones para rezar y pedir que nuestro corazón sea convertido.

sábado, 28 de diciembre de 2019

Y NADA HA CAMBIADO

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Mt 2,13-18
Todo sigue igual. Nada ha cambiado y se siguen matando a niños inocentes dentro del seno de sus madres como también afuera, donde son víctimas de la ambición de los poderosos que, rechazando a Dios, tratan de someter al mundo y a las personas según sus caprichos, ambiciones e intereses. Así sucedió en tiempos de Jesús cuando, avisado en sueños por el ángel del Señor, José huyó a Egipto para evitar que mataran a Jesús.

Poco, como decíamos al principio, ha cambiado. La ambición del hombre se resiste a dejar el poder y someter a los demás. Rechaza a Dios y se cree más fuerte que Él. Cree en el poder humano pensando que es superior al poder de Dios. Por eso, le rechaza y se resiste a aceptarlo como Señor de todo lo visible e invisible. Es la necedad de creerte suficiente y capaz de dirigir tu vida. Es la necedad de creerte en posesión de la verdad que tú mismo decides y quieres de acuerdo con tus egoísmos. Es la necedad de dar satisfacción a tus apetencias y satisfacciones por encima de los demás.

José refleja y trasmite todo lo contrario, busca el bien de María y José y arriesga su vida para protegerles y salvarles. José escucha a Dios y se compromete en fiel obediencia en cumplir su Voluntad. porque, sólo la Voluntad de Dios busca el bien de todos los hombres. Jesús, ese Niño Dios que queda al resguardo de José durante los años de su niñez y juventud, es el que va a ser la Luz, el Camino, la Verdad y la Vida para alumbrar al mundo el camino de Salvación.

miércoles, 28 de febrero de 2018

UN CAMINO OPUESTO AL DEL MUNDO

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Si vives al ritmo que marca el mundo sabes que la gloria es tu meta. Porque, todos los que siguen el paso que el mundo les señala persiguen el éxito, la fama, honor y gloria. Y eso supone poder, riqueza, fama y reconocimiento. Y exige lucha sin miramientos de persona o cosas. Yo primero, y después los otros, aunque para ello haya que excluir o marginar a los que se interpongan en el camino.

La máxima está clara, "yo primero, y luego, si queda algo, tú". La persona queda relegada al éxito del otro. Eso empieza a explicar lo de Lampedusa, las pateras, las emigraciones por encontrar un lugar donde tener acceso a una vida en más igualdad y derechos. Derechos que nos vienen dado, no por lo que quiera el mundo dar y conceder, que no son iguales para todos, sino por la dignidad de ser hijos de Dios. Para todos la misma dignidad.

Jesús sube a Jerusalén, y allí le espera su Pasión y Muerte. El mundo no acepta la buena Noticia de salvación. Y si la acepta la quiere a su medida, no como Jesús, en nombre del Padre, se la presenta. El hombre se resiste a ser hermano del que tiene a su lado. Quiere ser más y aboga por la individualidad, el poder y la riqueza. Quiere imponer su ley por la fuerza y el poder. Y esclavizar al otro para que le sirva. Así anda el mundo. Es el reflejo de lo que vemos y vivimos.

Hay muchos marginados y excluidos. Da la sensación que no sirven para nada; no producen y, por lo tanto, sobran. Así que no sorprenden que los dejen morir en el camino de su propia huida. El mar se llena de cadáveres y el mundo no parece inmutarse ni poner solución. ¿Qué está pasando? Lo de siempre, el camino del mundo es un camino erróneo. Un camino de perdición y de muerte.

Jesús nos propone servir y tomar el camino de la humildad y el servicio. Buscar el primer puesto empezando por el último. Es decir, una actitud de esclavo ante la actitud de arrogancia y poder. Una actitud, no tanto como los hijos del Zebedeo que absorto en el poder y los títulos piden a Jesús estar a su derecha e izquierda, seducidos por el poder del mundo, sino disponible a la generosidad, el servicio y la caridad.

sábado, 20 de junio de 2015

PREOCUPADOS POR EL TENER

(Mt 6,24-34)


Todos tenemos un lugar donde guardarnos nuestros tesoros. Y nos preocupamos por estar abastecidos de esos tesoros. Aparte, tenemos un cuenta en el Banco y nos esforzamos por tenerla llena. Esa es nuestra realidad, ¿para qué engañarnos? Al menos confieso que es la mía.

Es verdad que compartimos, pero, al menos yo, no sé si comparto lo que debo o lo que me sobra. O miro con mucho cuidado de que mi bolsillo no se resienta mucho. No puedo ocultar mi condición pecadora, y sería un iluso si así lo hiciera. Mi Padre del Cielo me conoce y sabe todos mis movimientos, ¿cómo voy a engañarles? Mejor desnudar mi corazón y entregarme tal y como soy, porque sólo así el Médico puede curarme. Dios necesita mis heridas para saciarlas.

Hay que entender lo del ejemplo de los pájaros. Al menos yo creo comprenderlo, pensando que Dios me ha regalado lo necesario para procurarme y proveerme de lo que necesito. Tenemos unos talentos que empleamos para obtener lo necesario para la vida. Nuestros padres de la tierra se han preocupado en exigirnos esfuerzo y trabajo para prepararnos para la vida y que podamos procurarnos lo que necesitamos. 

De igual forma, nuestro Padre del Cielo nos ha dado los talentos necesario para conseguir lo que necesitamos para la vida, y para compartir con los más débiles y necesitados. No todos tienen lo mismo, por lo que los más fuertes deben ayudar a los más débiles. Unos han recibido más pensando que esos dones deben ponerlo al servicio de los que más lo necesitan. Ahí se esconde el egoísmo de atesorar tesoros y pensar de forma egoísta en mí olvidándome de los demás.

Debemos tener en cuenta y confiar que el Señor no nos va a abandonar, ni a dejar de darnos todo aquello que necesitamos. Nos dará siempre lo necesario y mejor según nos convenga. Es posible que yo no esté de acuerdo, o no entienda el camino ni la forma de cómo lo hace el Señor, pero mi fe y confianza es absoluta en abandonarme a su Providencia y cuidados. 

¡Claro!, resulta que me ha dado una cierta autonomía para colaborar o rechazar sus proyectos, y, en parte, hasta dónde Él ha querido, dependerá de mí que las cosas vayan de acuerdo con su Voluntad, que es protegerme, cuidarme y sanarme. Me quiere tanto que ha permitido que yo decida.

Espero, Señor, no defraudarte, y te pido la prometida asistencia del Espíritu Santo no dejarla pasar para ser aprovecharla hasta llegar a encontrarse contigo.

martes, 2 de junio de 2015

LUZ PARA GOBERNAR

(Mc 12,13-17)


A la hora de buscar luz y discernir sobre lo que debemos hacer, ¿dónde buscamos? Porque la luz del mundo no alumbra bien y deja muchas zonas de nuestro corazón a oscura. Sólo la Luz que viene de lo alto y nos asiste en el Espíritu Santo nos puede dar verdadera luz apoyada en la verdad, la justicia y el amor.

Ese es el problema de nuestro país, España. Hay mucha guerra entre unos y otros. Y también mucha corrupción e injusticias. Se dilapida el dinero cuando hay muchos ciudadanos que pagan religiosamente sus impuestos que luego, en circunstancias de enfermedad y necesidad no tienen para sufragarse sus medicamentos. ¿Dónde está la seguridad social y el fondo de solidaridad?

No se trata de quitarte a ti y ponerme yo. Se trata de servir y arreglar el país. No se trata de reformas y nuevos inventos. Se trata de vivir el amor. Y los que vienen se apoyan en nuevos engaños y en su inmaculada memoria porque son nuevos. Pero sus corazones no están en la verdad y la justicia, sino en el resentimiento, venganza e imponer sus ideas, no las doctrina del amor y la justicia.

Ese es el problema de muchos y el miedo de todos los que buscan la verdad. La causa, los pecados de tantos corruptos que han manchado la confianza de los votantes. Pero que abren el camino para otros corruptos que, con sus falsas promesas a los ciudadanos desesperados, ven la oportunidad de realizar sus ideales de poder. Mucho cuidado, porque lo importante es dar a cada uno lo suyo, lo que le corresponde, y buscar la justicia desde el amor y la caridad.

Hoy Jesús nos sorprende una vez más dando una respuesta genial a fariseos y herodianos que se le acercan y le ponen el dilema de los impuestos. «Maestro, sabemos que eres veraz y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios: ¿Es lícito pagar tributo al César o no? ¿Pagamos o dejamos de pagar?».  

Entienden que Jesús es veraz y que no mira por nadie, sino que es justo. Quizás esas sean las condiciones que toda persona, más los que aspiran a gobernar, deben tener. Ser justos y veraces, porque en la verdad está contenida la justicia. Justicia y verdad se corresponden porque quien no es justo, dice mentira. Y quien dice mentira, no es justo.

Pidamos Luz al Espíritu Santo para que seamos, cada cual en sus circunstancias, agentes de verdad, justicia y paz.

martes, 1 de octubre de 2013

DIFICULTADES EN EL CAMINO

Lc 9, 51-56


Todo camino trae tropiezos y dificultades porque llegar a una meta exige esfuerzo y lucha. Jesús, viendo cercana su hora, decide ir a Jerusalén. El camino pasa por Samaría y buscando alojamiento para descansar experimenta rechazo porque se dirigía a Jerusalén. 

Odio al enemigo que los apóstoles sufren y quieren venganza. Preguntan a Jesús si quiere acabar con esos que les impiden alojarse y descansar. Jesús no sólo les niega esa respuesta violenta sino que les regaña, pues su Reino, por el que va a entregar su vida, es un Reino de mansedumbre y de amor. Amor precisamente a aquellos que no te acogen ni aceptan, e incluso te responden con violencia.

Se hace más difícil retenerse, ahogar el odio y el deseo de venganza y respuesta a la violencia recibida, que el responder con la misma moneda. Ser dueño de controlarse, de ser manso y responder con amor es un acto de fortaleza que necesita mucho amor. Jesús que así había vivido nos da testimonio de lo que predica y proclama, aceptando las adversidades que le salen en el camino: "Amar a los enemigos, hacer el bien a los que nos odian, bendecid a los que nos maldicen, pedir por los que nos persiguen".


lunes, 30 de septiembre de 2013

ESTADÍSTICA Y CONTROL

Lc 9,46-50)

Nuestro mundo de hoy se mueve por estadísticas para controlarlo todo. Incluso, nosotros los blogueros hablamos mucho de eso, de saber cuantos nos visitan y nos leen. De tal forma que en la medida de visitantes y lectores nuestros blogs toman valor y prestigio. Es una forma de querer estar arriba y ocupar los primeros puestos del poder.

También, en tiempo de Jesús existía eso. Al parecer es propio de la naturaleza humana tocada por la ambición y el poder. Los apóstoles discutían quien iba a ocupar el primer puesto. Se disputaban ya la amistad de Jesús para estar en los primeros lugares. Y Jesús les descubre que los primeros puestos son para los que se ponen al servicio de los demás.

Algo contradictorio para el mundo en que vivimos. Aquí, nuestro mundo y nuestros criterios se apoyan en el tener y poseer. Vale quien tiene poder y riquezas, y quienes ocupan los lugares de gobierno y de mando. Fuera de eso no eres tenido en cuenta y se te estima muy poco. Por eso todos corren en busca de esos lugares.

Sin embargo, son los niños los que despiertan y atraen la atención de los mayores y de los poderosos. La inocencia, la limpieza de corazón, la ingenuidad y disposición a creer y obedecer de los niños derrumban las barreras del poder y emergen el amor que lo supera y vence todo egoísmo. Por eso, Jesús nos invita a ser como niños y a recibirlos en su nombre.