(Lc 11,1-4) |
La oración del Padre nuestro es una petición de fuerza y capacidad para poder amar al estilo que el Padre nos ama. Darnos gratuitamente y sin ningún interés al servicio de los demás, sobre todo de los que nos rechazan o perjudican, es misión sólo de aquellos que se apoyan en la Gracia de Dios Padre.
Jesús nos pone en lo fundamental del camino: "El amor". Y para amar al estilo de Jesús se hace necesario conocerle, seguirle y amarlo profundamente. Sólo con Él y en Él podemos encontrar y vivir esa capacidad de amar. La oración se hace imprescindible. Pero no cualquiera oración. Toda oración debe tener la esencia de la disponibilidad y reconocimiento de la Paternidad Divina.
Porque esa Paternidad es la que nos va a hermanar y a provocar esa fuente de amor entre los hijos hermanados por el Amor del Padre. Si decimos Padre nuestro, reconocemos nuestra filiación, y si somos hijos, somos también hermanos. Pues esa, simplemente esa es la Voluntad del Padre.
Amarnos conlleva todo lo demás: perdonarnos tal y como nos perdona el Padre; suplicar alejarnos del mal y de no caer en tentación. El camino está señalado claramente, sin lugar a equívocos. Sólo hay uno, el camino del amor.
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