Sucede que el
destruir es mucho más fácil que el construir. Todos lo hemos experimentado
alguna vez en nuestras vidas. Cuando nos ponen un mote cuesta mucho quitárselo de
encima. Cuando nos han señalado y calumniado, esa mancha sigue adherida y será
difícil limpiarla. Las difamaciones nos acompañarán en nuestro camino.
Eso le ha sucedido
a Jesús. Le han arrimado cargándole que actúa en nombre de Belzebú, y sólo
puedes defenderte con amor, con misericordia y con el testimonio de tu vida que
continúa adelante. La verdad irá emergiendo a medida que tu camino sigue
adelante. Es precisamente lo que ha hecho Jesús, seguir adelante.
No se le discute
la bondad de sus acciones, sino la raíz de donde vienen. No le acepta que todo ha
sido propuesto por su Padre, y su actuar es Voluntad de su Padre, que le ha
enviado a anunciar su Reino a los humildes y pecadores.
Y así sigue sucediendo
hoy, XXI siglos después, en nuestros días. Muchos difaman con mentiras, ocultando
la verdad, cometiendo injusticias y justificando sus actuaciones. En una palabra: no recogen y, por tanto, desparraman. Es la historia
que no termina, se repite. Pero, la verdad sigue adelante y, tarde o temprano
todo emergerá a la luz de la Verdad.
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