viernes, 28 de marzo de 2025

EL PRIMERO, MOTIVA AL SEGUNDO. El SEGUNDO, EXPRESA EL PRIMERO.

Es evidente que, los dos primeros y fundamentales mandamientos, se corresponden. El uno, porque, amar a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu mente y con todo tu ser, es lo lógico y natural. Dios es nuestro salvador y Señor. Y el segundo, al prójimo, porque, en él expresamos ese amor a Dios, al que no vemos y lo proyectamos en el prójimo.

¿Cómo demostrarle ese amor, que decimos de palabra, al Señor? Dios ha querido que lo expresemos en el prójimo. Sobre todo, a ese prójimo débil, necesitado y, quizás, carente de muchas cosas, no sólo materiales sino también espirituales. De modo que serás sincero y verdadero cuando ese amor que quieres manifestar a Dios, lo manifiestes en el prójimo. Incluso, con los prójimos enemigos o que no piensan como tú.

Está muy claro. Dios nos lo ha dejado sin lugar a duda:  el Amor que dices y que manifiestas profesarle a Él, exprésalo y demuéstralo amando al prójimo. De ahí que ambos mandamientos, primero y segundo van muy unidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.