jueves, 3 de abril de 2025

TESTIMONIOS

Moisés, la Escritura y Juan el Bautista son verdaderos testimonios de que Jesús es el enviado por Dios, su Hijo, para anunciarnos la Buena Noticia. Pero, al margen de estos testimonios, son sus Obras las que dejan verdaderos testimonios de que Jesús es el Hijo de Dios, enviado para redimirnos y rescatar nuestra dignidad de hijos de Dios.

Sin embargo, la historia es testigo de que, muchos de sus contemporáneos como muchos de nosotros ahora le rechazamos y no creemos ni en su Palabra ni hacemos caso de sus Obras. Es evidente que el pensamiento y proceder de Jesús, nuestro Señor, está en las antípodas de nuestros pensamientos: favorece a los pequeños, a los marginados y pecadores. Esos son sus preferidos, y a los que ha venido a salvar.

No está con los poderosos, suficientes y los que aparentemente parecen importantes y merecedores de honores y gloria. Ni tampoco está de acuerdo con muchos de nosotros respecto al concepto que tenemos de su Padre Dios. Quizás nos hemos formado un concepto de Dios algo propio y acomodado a nuestros intereses.

Nuestro Dios es un Dios que ha elegido para su Hijo un camino de cruz, hasta el extremo de dar su vida por amor y misericordia. ¿Estamos nosotros dispuestos a entregarnos y a darnos, por amor y en misericordia, al perdón que nos regala nuestro Padre Dios, y a darnos a los demás? Esa es la pregunta que tendremos, queramos o no, que responder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.