Saber la
hora de tu muerte, lejos de ser un problema, es una solución. Solución a lo que
acontece después de la muerte. Porque, creas o no, sabes y experimentas que lo
correcto en la vida es hacer el bien. Todos, incluso los malhechores desean ser
reconocidos como personas de bien, honestas y honrados. Nadie levanta la mano
para culparse de malos actos. Todos, a la hora de presentarnos ante los demás,
alardeamos de honradez y ser buenas personas. Luego, dentro de nosotros hay un
impulso a hacer el bien.
Y si eso
es así, es porque hemos sido creados a imagen y semejanza de nuestro Creador.
Por tanto, después de nuestra muerte, todos nuestros indicios señalan que hay
vida. Y esa vida tendrá mucho que ver con la vida que hayas vivido en este
mundo. Por tanto, dependerá del amor que hayas derramado en éste, la vida que
tendrás en el otro. Y, recuerda, esa nueva vida será eterna.
Jesús
sabe lo que le va a suceder y conoce la hora de su muerte. Por tanto, se
prepara, y lo que más le importa es hacer la Voluntad de su Padre. Y eso es lo
que hace, entregar su Vida por mandato de su Padre.
También para nosotros sería muy importante conocer la hora de nuestra muerte. Al menos tratar de estar preparados para cuando llegue. Y, sobre todos, los que tenemos ya una edad avanzada, debemos dar gracias porque, de alguna manera, sabemos que nuestro final en este mundo está ya próximo. Mirar para otro lado es una gran equivocación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario se hace importante y necesario.