¿Cómo estamos nosotros? ¿Decepcionados, cansados de encontrarnos siempre con lo mismo, instalados en la
rutina …? Igual estamos en un estado muy parecido a aquellos discípulos que
iban de regreso a Emaús. Incluso, peor todavía, al situarnos en un estado instalado
en la comodidad y la resignación.
¿Qué pensamos nosotros en estos
momentos? ¿Celebramos la Resurrección del Señor convencidos de que cada
instante de nuestra vida podemos también nosotros resucitar a la esperanza y al
amor eterno? ¿Creemos en las Palabras de nuestro Señor que se esconden en las
lecturas que cada día leemos en las Escrituras? ¿O pensamos que son unas
lecturas más dentro de la rutina litúrgica de cada día?
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