viernes, 26 de abril de 2024

ERES LA SAL Y LUZ QUE DIOS HA QUERIDO DARTE PARA BIEN DE TODOS.

Todos, tú y yo también, tenemos algo de sal y de luz con la que salar y alumbrar este mundo. Concretamente en el ámbito donde se mueve nuestra vida y en el círculo donde llegamos a influir. Cada cual tiene esa posibilidad, bien dándola, dándose o siendo objeto de recibirla. Porque, cuando das, te das o recibes estás siendo un bien para quien recibe o también da.

Es evidente que quien da experimenta un gozo de haber dado y ayudado. Sobre todo si ese dar va gratuito y simplemente por ayudar, por hacer un bien. O lo que es lo mismo, por amar. Pero, también se convierte en gozo para ese que recibe, que humillado en la actitud de pobreza se abre a ser ayudado y auxiliado. En resumen, tanto el que sana como el que es curado tiene un papel de ser sal y luz.

Sucede que en algunas ocasiones el que da ve frustrado su intento porque el que recibe se cierra a recibir. O lo contrario, a veces no hay dador y el receptor nada recibe. Se hace necesario que ambos, quien da y quien recibe se abran a la mutua comprensión y humillación y quien es luz la dé, y quien está en la sombra la reciba.

Y tanto quien da como quien la recibe se transforman también, simbólicamente, en sal que contagia y da sabor a esa relación recíproca de darse y recibir. Hacen presente el Amor entre ellos: Cuando das un vaso de agua al sediento se lo estás dando al mismo Dios.

jueves, 25 de abril de 2024

UNA BUENA NOTICIA PARA UN MUNDO EN CONFLICTO

La realidad del mundo que nos toca vivir es la confrontación, la lucha fratricida entre hermanos que se enfrentan y se matan. Hace un momento acabo de oír por Radio María la noticia del asesinato de 29 cristianos en Nigeria. Un mundo en constante guerra y al que Jesús trae un mensaje de paz y amor: La Buena Noticia de salvación: (Mc 16,15-20): En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que…

Nos toca a nosotros responder a esa llamada. Y esa ha de ser nuestra preocupación constante, dar señales de que estamos bautizados y de que creemos en Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios Vivo. Y lo hacemos en la medida que tratamos y nos esforzamos en vivir de acuerdo con la Palabra de Dios. Porque, eso se nota, se transparenta y se contagia.

Y siempre pendiente, porque no vamos solos, de que el Espíritu Santo, que está con nosotros desde la hora de nuestro bautismo, nos asista, nos alumbre, nos fortalezca, aumente nuestra fe y obre en nosotros el milagro de creer en la Palabra del Señor y, en Él, anunciemos que Jesús Vive, que nos ama con misericordia infinita y que nos trae la salvación por amor.

¿Cómo lo hacemos? Confiemos en el Señor, en su Palabra y en la acción del Espíritu Santo. Él, si ponemos lo que está de nuestra parte, nos alumbrará el camino y nos dará las pautas para que, con nuestra vida y obras, gritemos que Dios Vive y que es en el amor donde encontramos la verdadera felicidad eterna. Porque la Buena Noticia es esta: «El que crea y sea bautizado, se salvará»

miércoles, 24 de abril de 2024

TINIEBLAS INTERIORES

Hay muchas oscuridades que nos impiden creer y fiarnos de la Palabra. Porque, es precisamente, esa Palabra, la que nos va a juzgar. Nadie me va a juzgar porque su juicio no vale para decidir el bien o el mal. Tampoco Jesús ha venido para eso. Es su Palabra la que no juzgará al final de nuestra vida. Ella decidirá si mi vida ha estado inclinada a hacer el bien y a excluir el mal.

Cada persona sabe cuando no ha actuado bien y cuando lo ha hecho mal. Sabe cuando las tinieblas de su interior, sus egoísmos y ambiciones le impiden ver el bien o el mal. Al menos tiene la duda de si sus actos son buenos o no tan buenos. Cada persona tiene dentro de su corazón la impronta del amor. Y el amor sabe cuando realmente ama buscando el bien del otro o el suyo propio, lo cual le descubre su egoísmo y su bien a costa del mal y sufrimiento del otro. Porque, quien posee esclaviza al poseído y le coarta su libertad.

Y cuando tus dudas te asaltan debes consultar a quien te pueda ayudar y aclarar la bondad o maldad de tus actuaciones según la Palabra, que es la que verdaderamente te juzgará. De cualquier modo, la causa justa exigirá fortaleza y voluntad sobre todo en la soledad cruenta de su rechazo, de su incomprensión y traición de los demás. Jesús, el Señor, experimentó esa soledad cuando se quedó solo ante el rechazo de muchos y la cobardía de otros en la defensa de su Palabra.

Ese es el camino que nos alumbra para entender que ser fiel a la Palabra derivará en soledades, incomprensiones y cruces que harán tu camino cruento y sufrido, pero gozoso porque el final que le espera es de Vida Eterna.

martes, 23 de abril de 2024

JESÚS ES EL SEÑOR, EL BUEN PASTOR

Muchos estamos empeñados en exigirle al Señor que nos dé explicaciones y pruebas de su divinidad y, de no darlas, nos cerramos a creer en su Palabra. Esa es la realidad con la que nos encontramos cada día. Exigen pruebas que les convenzan para creer en Jesús de Nazaret.

Jesús nos responde de esta manera: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno».

Ante esta respuesta de Jesús, yo respondo de la misma manera, apoyado en sus Palabras, a todos aquellos que exigen pruebas que les satisfagan según sus intereses o caprichos. Todo está dicho, Jesús es el Señor y su Pasión, muerte y Resurrección dan testimonio de que es el Hijo de Dios Vivo. Su Obra y Vida hablan por sí sola y zanjan toda cuestión. Quienes creen en Él escuchan su voz, creen en su Palabra y siguen sus enseñanzas. Y experimentan su presencia y su compañía. ¡Alabado sea el Señor!

lunes, 22 de abril de 2024

JESÚS, CAMINO DE VIDA ETERNA

Hay muchos momentos en nuestra vida que nos cuesta encontrar el camino correcto de la verdad. Buscamos luz que nos ayude a discernir sobre lo que es verdad y lo que no lo es. Hay muchas mentiras disfrazadas de verdad y eso pone en riesgo nuestra elección y nuestra vida.

Las palabras del Evangelio de hoy que Jesús nos anuncia nos llenan de gozo y alegría. Sentirse protegido, defendido y seguro da paz y tranquilidad a tu vida. Saber que Jesús te acompaña, vigila tus pasos y está pendiente de ti es algo inenarrable y difícil de explicar pero gozoso y esperanzador.

Por experiencia sabes que fuera del redil – de la presencia de Dios – te amenazan ladrones, lobos y otros pastores interesados pero falsos. Las ovejas no pueden exponerse, sin más, a tales riesgos. Su Pastor es aquel que les posibilita ir al pasto seguro. Él, precisamente, es la puerta, la única puerta por donde se entra y sale.

La vida, nuestra vida no tiene otra alternativa. No busquemos otros pastores ni otras puertas porque nos los hay ni las hay. Jesús es el único Pastor que da su Vida por sus ovejas, las conoce y las protege. Nuestra vida no tiene otra entrada ni otra salida que la que nos lleva al redil del buen Pastor. Él es la única puerta que nos conduce a la vida y vida eterna.

domingo, 21 de abril de 2024

PODER PARA ENTREGAR Y RECUPERAR SU VIDA.

Esta es la fe que nos  llena de esperanza y fortaleza. La vida, que es un camino hacia la muerte en este mundo, por el nombre de Jesús, el Señor, no termina aquí en este mundo sino que continúa en el mundo de la eternidad al que todos estamos llamados.

Este es el fundamento de nuestra fe, no hemos sido creados por el Señor para morir, sino para vivir eternamente. Y este mundo es el paso, digamos el examen, para examinados de nuestro amor y perdonados por la Infinita Misericordia de nuestro Padre Dios vivir eternamente en su Gloria.

Y es esto lo que verdaderamente nos anima y nos fortalece al experimentar que somos amados, conocidos y tenidos en cuenta por el Buen Pastor, nuestro Señor Jesús. En realidad somo ovejas de su rebaño. Un rebaño que pertenece a un Pastor que da su Vida libremente, la entrega, por verdadero amor para libertar y salvar a sus ovejas.

Nuestra vida está puesta en manos de nuestro Señor. En Él ponemos toda nuestra esperanza y en Él nos refugiamos de todo peligro y amenaza. Él nos ha creado por Amor y somos semejantes a Él. Si Dios es Amor, también seremos amor nosotros. Y eso lo notamos y percibimos en nuestra vida. Experimentamos que el amor es la esencia y fundamento de nuestro vivir de tal forma que sin amor nuestra vida pierde todo sentido y nos es imposible sostenerla.

Conclusión: Hemos sido creados por Amor y estamos llamados a vivir en el Amor. O dicho de otra manera: Creados por nuestro Padre Dios para ser felices eternamente. Y solo alcanzaremos esa meta cuando regresemos por amor a Él, al final de nuestro paso por este mundo. De alguna manera es lo mismo que dijo San Agustín: «Nos hiciste, Señor, para Ti, y nuestro corazón está inquieto, hasta que descanse en Ti»

sábado, 20 de abril de 2024

TÚ TIENES PALABRA DE VIDA ETERNA

Cuando la confianza es plena en una persona estamos con ella hasta las últimas consecuencias. Y eso sucede con Jesús, su Palabra es Palabra de Vida Eterna porque nunca falla, siempre está firme y jamás nos abandona. Todo en Él se ha cumplido hasta el punto de que bien sabía Él quien creía y quien no. Incluso, hasta saber quien lo iba a traicionar. Sin embargo, su compromiso es tal que Él siempre está a nuestro lado.

Hoy sucede lo mismo, muchos huyen, se evaden, les cuesta seguir adelante. Posiblemente no creen en la Infinita Misericordia de Dios. Se hace dura levantarse, lo vemos y entendemos en aquel hijo pródigo de la parábola, pero vale la pena levantarse y humillarse ante Dios. Él es un Padre Misericordioso que nos está esperando, como en la parábola, y nos abre sus brazos para acogernos, aceptar nuestro arrepentimiento y darnos su Amor Misericordioso.

Pregúntate: ¿A dónde puedes ir que encuentres más de lo que te ofrece el Señor? ¿Acaso crees que el mundo te ofrece algo que vale la pena? Todo lo caduco no tiene valor, al final desaparece y con él se va también tu ficticia y aparente felicidad. Solo Dios tiene Palabra que dura, que es Eterna. Él es nuestro Señor. Señor de la  Vida y de la muerte y a Él solo vale la pena escuchar y seguirle.