jueves, 21 de noviembre de 2024

CAMINOS DE DESAMOR

Es evidente que el mundo no ha entendido que la paz es la solución a todas las guerras y enfrentamientos entre los seres humanos. Y hoy, como ayer, las luchas, los enfrentamientos, las guerras siguen su trayectoria. El hombre no entiende ni busca otra manera de solucionar sus conflictos sino por la fuerza. Y eso se concreta y significa guerra: Aquí mando yo porque soy más fuerte y te someto con mi poder y fuerza.

Y todo se esconde en el desconocimiento del Amor. Un Amor que Dios ha enviado al mundo en la Persona de su Hijo, nuestro Señor, al que muchos no han reconocido y viven de espalda a su mensaje de Buena Noticia: «Ámense unos a otros como Yo los amo», Una Buena Noticia que nos descubre que en el Amor, no sólo encontramos nuestra eterna salvación, sino esa eterna felicidad que tanto el mundo anhela.

Vivimos en un mundo de confrontaciones, de venganzas, de odios, de luchas, de guerras y hasta de muertes. Sólo tenemos que leer algún periódico o mirar la televisión para observar que el mundo arde en odios, venganzas y guerras de todo orden: unos contra otros, familias, matrimonios, hijos, pueblos, políticos, naciones …etc. Y el Señor, que entregó su Vida para salvarnos, se siente disgustado por la no correspondencia a su Palabra, que siempre nos propone vivir en el Amor.

miércoles, 20 de noviembre de 2024

¿Y NOSOTROS, QUÉ HACEMOS CON LOS TALENTOS RECIBIDOS?

Es evidente que todos hemos recibido algún talento. Unos más que otros, pero todos algo tenemos que podemos negociar. Negociar en el sentido de que el Reino de Dios se extienda, se conozca y sea cada día un Reino de salvación. Sin embargo, no parece que muchos estén por esa labor y hacen dejación de esos talentos.

El mundo, en una gran mayoría, vive de espalda a Dios. No le importa, menos escucha su Palabra y, en consecuencia, no recibe los sacramentos. En una palabra, tira por la borda todos esos talentos que el Señor ha puesto en nuestras manos para que, primero, creamos en Él; segundo, nos fortalezcamos en la Eucaristía, alimentados por su Cuerpo y Sangre; tercero, recibamos al Espíritu Santo, para que, injertados en Él podamos luchar y vencer al mundo, demonio y carne.

Es evidente que quien nos ha dado esos talentos nos pida cuenta al final de los tiempos. Y es ahí cuando debemos justificar nuestra actitud y manera de negociarlos. Todo quedará al descubierto a la luz de los hechos. Nada será oculto y todo se verá según hayamos procedido y actuado. De manera que, meditemos nuestra manera de emplear esos talentos – minas – que el Señor ha puesto en nuestras manos, de la mejor manera posible y rogándole que nos asista e ilumine para hacerlo lo mejor posible.

martes, 19 de noviembre de 2024

LA CURIOSIDAD DE ZAQUEO

Es evidente que muchas de las cosas que hemos conseguido se esconde detrás de nuestra propia curiosidad. Porque, la curiosidad nos ha empujado a emprender este u otro camino. Posiblemente, Zaqueo se subió a aquel sicomoro empujado por la curiosidad de ver a Jesús. Una curiosidad despertada por todo lo que había oído hablar de Jesús.

Quizás a nosotros no nos ocurre eso. Ni tampoco nos hemos preguntado quien es Jesús ni experimentamos curiosidad por conocerlo. En mi caso propio hay muchas cosas que no conozco de mi propio pueblo, ni siento curiosidad por conocerlas. En realidad no suponen nada importante en y para mi vida. Mis deseos de felicidad no pasan por conocer estas y otras cosas.

Sin embargo, la Persona de Jesús es diferente. De Él se dicen muchas cosas que me importan demasiado, hasta el punto de que, según lo que dicen de Él, mi felicidad depende de conocerle o no. Está en juego mi vida y mi felicidad. Y además, gozo eterno. Precisamente lo que más deseo. Por tanto, me interesa y siento gran curiosidad, como Zaqueo, por conocer a Jesús.

Y eso es lo que me he propuesto en mi vida: Conocer a Jesús, seguirle y tratar de vivir mi vida desde su Palabra, en el esfuerzo de hacer su Voluntad.

lunes, 18 de noviembre de 2024

JESÚS, HIJO DE DAVID

Llamar a Jesús, sobre todo en aquella época, por el nombre de «Hijo de David» da a entender que sabe perfectamente quien es realmente Jesús. La profecía habla de un Mesías de la tribu de David – Mt 1, 1 -  y el ciego identifica a Jesús con ese Mesías prometido. Y la contradicción parece paradójica, pues un ciego que realmente no tiene vista, ve lo importante. Ve que Jesús es el Mesías prometido, el Hijo de Dios Vivo.

Mientras, todos los que van con Él, teniendo vista no alcanzan a ver que quien camina con ellos es el Mesías prometido. Precisamente, el Hijo de David. La pregunta cae por su propia peso: ¿Y nosotros, caemos en la cuenta de que Jesús, el Señor, el Hijo de David camina entre nosotros? ¿Nos damos cuenta de que podemos tocarlo, comerlo y alimentarnos de su Cuerpo y Sangre? Realmente, ¿tenemos nuestros ojos, los del corazón y alma abiertos para darnos cuenta de que Jesús, el Señor e Hijo de David, el prometido, está dentro de nosotros? ¿Y ha venido a salvarnos y liberarnos de nuestros pecados?

Posiblemente pensamos que vemos. Y realmente es así, vemos las cosas que el mundo nos presenta, los colores y a las personas, pero, ¿vemos realmente al Señor Resucitado? Porque, de no verlo, posiblemente estemos verdaderamente ciegos y no veamos lo que realmente debemos e importa ver.

domingo, 17 de noviembre de 2024

ATRAIDOS IRREMISIBLEMENTE POR EL GOZO INMEDIATO

Posiblemente sea la seducción más peligrosa y grave que padecemos: nuestra irremediable atracción por el gozo inmediato. No nos resignamos a esperar los resultados, sobre todo cuando se trata de pasión, de riqueza, de poder, de …etc. Buscamos el éxito rápido, de inmediatos efectos y resultados.

No tenemos tiempo para aguardar con paciencia resultados más largos en el tiempo, y de hasta cierta incertidumbre y exigencia de fe. Al parecer, la Palabra de Dios nos desespera y no nos da crédito inmediato. No estamos para aguardar con paciencia y humildad tanto tiempo. Queremos resultados inmediatos, y si no vemos no creemos.

La vida – nuestra vida – avanza, camina y consume su tiempo. Y no vemos disfrute ni placer. Y se nos gasta la vida. En la medida que se consume, nos parece que son cuatro días y que la vamos perdiendo sin disfrutar. Nuestra ceguera crece y nos perdemos pensando en ese disfrute que tal como viene desaparece.

Se nos olvida que lo verdaderamente importante es estar inscrito en el libro de la vida – Daniel 12, 1-3 – porque serán eso los que despertarán para el gozo de vida eterna. Mientras que los otros, los que se han pasado buscado ese gozo y placer en este mundo, se darán cuenta que han perdido su vida y despertarán para vergüenza e ignominia perpetua.

Conclusión: hay que despertar y darse cuenta de que, precisamente, porque no sabemos el día ni la hora, debemos estar preparados, a la espera y en sintonía con la Palabra de Dios – nuestro Padre – para vivir tratando de hacer su Voluntad.

sábado, 16 de noviembre de 2024

LA NECESIDAD DE INSISTIR

Es evidente que quien no busca, no encuentra. Siempre hemos pensado que quien no llora no obtiene resultados. Entendemos que con ese «llorar» queremos significar que quienes no insisten, arrían la bandera y se dan por vencidos, no son escuchados. Hay que ser insistentes y no desfallecer cuando anhelamos y pedimos conseguir algo en concreto.

Jesús nos pone en guardia en el Evangelio de hoy, y nos propone que insistamos y no desfallezcamos en la perseverancia de pedir. Para ello nos alumbra con una parábola que nos deja claro esa necesidad de insistir: (Lc 18,1-8): En aquel tiempo, Jesús les propuso una parábola para inculcarles que es preciso orar siempre sin desfallecer. «Había un juez en una ciudad, que ni temía a Dios ni  

Se hace necesario nuestra insistencia porque, esa insistencia, valga la redundancia, está revelando la fortaleza de nuestra fe. Cuando creemos en la Misericordia y Bondad de Dios, y que Él nos puede dar lo que le pedimos – si conviene a nuestra salvación – no debemos desfallecer ni venirnos abajo. El Señor nos escucha y siempre nos dará aquello que conviene a nuestra salvación. Tengamos fe en ello. Es nuestra Padre, y un Padre, más como nuestro Señor que nos ha dado todo, nunca nos falla.

viernes, 15 de noviembre de 2024

APEGADOS A LOS HÁBITOS

Casi sin darnos cuenta caemos en la rutina. De momento, nos paramos y caemos en la cuenta de que nuestra vida está compuesta de hábitos. Hábitos que se repiten cada día una y otra vez. Tal como nos dice hoy el Evangelio: (Lc 17, 26-37) … como sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían; pero el … La rutina de cada día nos hace pensar que esto es siempre así, y, quizás llegamos a pensar que nunca acaba.

Perdemos el rumbo de nuestra vida y el sentido trascendente al que nos dirigimos. No podemos dejarnos ir y caer en la vida rutinaria de vivir pensando solamente en las cosas de este mundo. Estamos llamados a una vida de gozo y plenitud eterna, y necesitamos despertar y prepararnos en ese sentido.

¿Acaso podemos llegar a pensar que nuestra salvación depende de nosotros? Todo está en manos de Dios. Eso sí, ha dejado en nuestras manos la decisión. Nos ha dado libertad para elegir y tomar la salvación, recibida por la Gracia y la Infinita Misericordia de Dios dada nos gratis, o elegir, por nuestra torpeza, nuestro egoísmo o comodidades la condenación eterna.

Pero, todo será dado gratuitamente por la Gracia y Misericordia de nuestro Padre Dios. Ha nosotros, porque no ha querido imponernos nada, nos ha dejado la elección de elegir. Es decir, creer o no creer en su Palabra y Testimonio de Amor al dar su Vida en la Cruz para señalarnos el Camino, la Verdad y la Vida.