viernes, 11 de julio de 2025

ESPERANZADOS EN UNA RECOMPENSA

Mt 19, 27-29

Nuestra naturaleza es ególatra. Supongo que por causa del pecado. Somos esclavos de nuestros propios egoísmos y nos cuesta mucho esfuerzo liberarnos, desprendernos y darnos en gratuidad a los demás. Para eso ha venido nuestro Señor enviado por su Padre, para liberarnos del pecado del egoísmo. Un pecado que nos somete, nos esclaviza y nos impide acercarnos al Señor. E incluso nos exige recompensa por nuestro trabajo cuando a nada tenemos derecho.

Levantó la cabeza y sorprendido por lo que leía, se dijo a sí mismo «¿me pertenece todo lo que tengo?» Miró a su derredor y le vino al pensamiento cuánto tenía. No es que fuera mucho, pero lo consideraba suficiente, más de lo que habría deseado. Estaba muy orgulloso de su familia, mujer e hijos. Sin apenas notarlo fue sorprendido por el saludo de su buen amigo Manuel.

—Buenos días, casi tarde ya, amigo Pedro. ¿Tomándote el cafelito del medio día?
—Buenos días, Manuel, apareces en un momento muy oportuno. Estaba leyendo el evangelio de hoy, y meditaba sobre todo lo que tengo y he recibido, en muchos casos gratuitamente. ¿Qué opinión tienes respecto a esto?
—¡Todo es Gracia de nuestro Padre Dios! Incluso lo que hemos conseguido aportando nuestro esfuerzo y trabajo. Repito, ¡todo es Gracia de Dios! Y todo nos es dado gratuitamente, sin condiciones y para que lo administremos como queramos. De modo que dependiendo de nuestra administración será también el premio a recibir.
—A ver, ¿cómo es eso, no lo tengo muy claro?—Todo nos ha sido dado con amor, y para que también nosotros lo administremos con amor. El sufrimiento, dolor, miserias y calamidades son consecuencias de los que, habiendo recibido mucho, no lo administran bien. Llegará un día que tendrán su juicio y su recompensa buena o mala. Precisamente, hasta esos comportamientos dan fe de la existencia del infierno.
—¡Es verdad, Manuel!, dependiendo de lo que yo haga, otros recibirán más amor y misericordia. Lo mismo que hemos recibido de nuestro Padre gratuitamente, debemos darlo de la misma manera.—Efectivamente, Pedro. Lo hemos recibido gratis, pues démoslo gratis. Así nos lo ha dejado – Mt 10, 7-15 – dicho el Señor.

Y así es, hemos recibido tres, dos o un talento, y sea cuales sean, tenemos que ponerlos a producir para el bien de los demás. Se nos han dado para eso, para el bien de los demás. Y luego, Palabras del Señor: Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas …

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