jueves, 7 de agosto de 2025

¿REALMENTE, SABEMOS QUIÉN ES JESÚS?

Mt 16, 13-23
    —Es notorio que, cuando uno persigue y busca, encuentre. Quizás el hallazgo no sea el que buscas, pero, la respuesta siempre llega. Igual nuestro camino no sea el correcto, pero, la perseverancia siempre tiene premio.
    —Pero, tengo mis dudas —exclamó Pedro. No siempre sucede así. Hay quien busca y no encuentra.
    —Dependerá de lo que busque y con la intención de lo que quiera encontrar. Hay diferencias. Quien busca algo malo, tarde o temprano, se derrumbará. Solo el bien persiste. Si miras en la vida, verás que quien mal anda, mal acaba.
    —Tienes razón. La verdad es la que, a pesar de las dificultades, prevalece. La mentira siempre queda descubierta.
    —A pesar de todo, creo que lo importante es saber qué se busca, o a quién se busca. Porque, partiendo de ahí, todo lo demás será más firme.
    —No veo claro lo que dices.
    —Si encuentras al que buscas, sabes que en él tienes ya todas tus esperanzas. Tu camino será firme y seguro. ¿Entiendes por dónde voy?
    —Sí, empiezo a verlo más claro.
    —Estoy pensando en ese pasaje evangélico cuando Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». Supongo la importancia que tiene el saber quién es Jesús, pues mientras no le descubras, tu seguimiento no podrá ser firme. Tus dudas te lo impiden.
    —Creo entenderte. Cuando uno no confía ni está seguro de alguien, no le sigue totalmente. Sus pasos son dudosos y desconfiados.
    —Exactamente, a eso me refiero. Jesús lo quiere dejar claro. ¿Recuerdas la conversación del otro día, la del Tabor? Jesús está tratando de revelarle quién es. Y la pregunta que les hace ahora busca esa respuesta. Todo está en el Evangelio de Mateo 16, 13-23. Si lo lees detenidamente, te das cuenta de que Jesús busca saber lo que piensan sus discípulos de Él.
    —¡Es asombroso!, vas viendo cómo todo encaja.
    —Mira, tras la confesión de Pedro, Jesús sabe que es bienaventurado y asistido por su Padre del Cielo. Y aprovecha para darle poder para dirigir su Iglesia, protegerla ante el mal. Y, sin interrupción, sigue su camino hasta hoy.
    —Entiendo que saber quién es Jesús es el fundamento de nuestra fe. Y eso pasa por conocer su Pasión, su Muerte y Resurrección.
    —De acuerdo. Y eso deja claro a todas luces que Jesús es el Hijo de Dios Vivo. La respuesta que Jesús esperaba de sus discípulos.

    Y también la que espera ahora de ti y de mí. ¿Qué realmente pensamos de Jesús? ¿Estamos seguros de quién es? Y, ¿si lo estamos, estamos dispuestos a seguirle firmemente? Busquemos nuestra respuesta asistidos en y por el Espíritu Santo.  

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