jueves, 12 de enero de 2023

SERÁ IMPOSIBLE SILENCIAR UNA BUENA NOTICIA

Nos resulta imposible guardar silencio cuando nos ha ocurrido algo, incluso si ese algo es algo malo. Sentimos deseos de decírselo a alguien con el que tenemos confianza. Pero, si la noticia es buena, nos será imposible anunciarla, compartirla y pregonarla por todo lugar. Eso es lo que leemos hoy en el Evangelio, el acercamiento de un leproso a Jesús. Ambos trasgreden la ley del acercamiento del leproso y Jesús de dejarse que se le acerque.

 El deseo es más fuerte que el miedo al peligro de la muerte. Jesús espera y su deseo es sanar a aquel leproso. Y el leproso lleno de esperanza y de fe cree profundamente que Jesús puede limpiarle y liberarle de esa lepra. Y saltándose toda prohibición y obstáculos se presenta ante Jesús. Conocemos lo que sucedió, y, si no es así, puedes leerlo en Marcos - 1, 40-45 -.

La lección es que tú y, también yo, padecemos lepras. No una lepra como la de aquel leproso ni de aquellos tiempos, pero sí una lepra que nos esclaviza y nos impide ver a Jesús y, sobre todo, creer en su Amor incondicional y su poder de devolvernos la vida limpiándonos del pecado que nos mata. Un pecado que nos ciega nos somete y nos esclaviza. Posiblemente no nos demos cuenta pero nuestras lepras se disfrazan hoy con otros síntomas y virus: dinero, poder, fama, soberbia, avaricia, concupiscencia, placer…etc. son lepras que se actualizan en nuestra vida. Y posiblemente más peligrosas que la lepra común.

Pero, de la misma forma que Jesús limpió a aquel leproso, hoy, si tú se lo pides con fe, Él puede limpiarte. Prueba y verás.

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