jueves, 4 de septiembre de 2025

NECESIDAD DE CONFIANZA

Lc 5, 1-11

   La confianza es algo que está cada día en tela de juicio. Puedes fortalecerla siendo fiel a tus principios, o puedes perderla cuando decides saltarte alguno de ellos. Quienes te ven dudan y su confianza en ti se resquebraja.
    Pedro había vivido alguna de esas vivencias de pérdida de confianza. Y había oído de otras. No cabe duda de que la confianza tiene un valor inmenso. Sin ella se hace difícil relacionarse. Necesitas confiar y eso exige signos y pruebas que la fortalezcan.

    —Buenos días, Manuel. Estaba pensando sobre el valor de la confianza, ¿qué opinión tienes sobre ella?
    —Sin confianza no puedes seguir a nadie. ¿Cómo puedes vivir con unos padres de los que no te fías? Incluso, siendo niño, te asusta y huyes de su presencia. La confianza es vital para convivir.
    —Lo mismo pensaba yo. No puedo imaginarme un mundo sin confianza. Precisamente, de la pérdida de ella nacen los conflictos y guerras.
    —Exacto. No podrás seguir a nadie en el que no tengas confianza. Le sucedió a Pedro, apóstol, cuando, a pesar de no tener confianza en lo que le dijo Jesús, obedeció y remó mar adentro. La pesca que hizo fue enorme, hasta el punto de que la barca amenazaba con hundirse. Eso está en Lc 5, 1-11.
    —¿Y eso le bastó para seguirle?
    —Eso fue un milagro. Habían estado toda la noche pescando sin estrenarse. Y, por no contradecirle, volvieron a la pesca. Y el resultado apoteósico. ¿Qué te parece? Pedro se llenó de estupor y se echó a los pies de Jesús.
    —¿Y qué pasó?
    Le dijo: «Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador»
    ― ¿Y qué respondió Jesús?
    —«No temas, desde ahora serás pescador de hombres».

    No cabe ninguna duda, Pedro, la confianza es la seguridad que tenemos sobre una persona, situación o nosotros mismos, basada en la creencia de que algo o alguien actuará como se espera. Es un pilar fundamental para construir relaciones sanas, la cooperación social y el bienestar individual, permitiendo a las personas tomar riesgos, fijar metas y superar desafíos. 

La autoridad con la que Jesús hablaba generaba entusiasmo y confianza, y eso motivaba a seguirle.

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