miércoles, 6 de septiembre de 2023

UNA MISERICORDIA INFINITA ABIERTA A TODOS

Jesús no tiene distinciones, todos son sus hijos. De no ser así no sería Padre, y mucho menos, un Padre Bueno. Su Misericordia se extiende a todos los que se le acercan y la piden. Eso nos pone en advertencia que hay que esforzarse, creer y acercarse al Señor para recibir, arrepentidos, su Infinita Misericordia.

Para eso, y no para hacer lo que nos viene en gana atendiendo a nuestras apetencias, apegos, vicios e inclinaciones carnales de nuestra naturaleza humana herida por el pecado, hemos sido creados libres. Libres para decidir y elegir el bien, la verdad, la bondad y la belleza. Pero, el pecado, amarga nuestra vida, la vicia y la destruye.

Sin embargo, la Misericordia de Dios nos da esa alternativa de redimirnos, de, arrepentidos y doloridos de nuestros pecados, confesarnos pecadores y acogernos al regalo inmenso y grandioso de la Misericordia de nuestro Señor. Él está en nosotros. Ha querido enterrarse en nuestros corazones para que voluntariamente vayamos libremente desenterrándolo cada día y dándole vida en nosotros. Eso espera de ti y de mí, y es ahí donde se encuentra esa felicidad que tanto buscamos. No está en el mundo. Sí está en el Señor y dentro de nosotros.

Realmente estamos ciegos. Ciegos porque no vemos ese gran e inmenso regalo que es la Misericordia de nuestro Padre Dios. Una Misericordia que, a pesar de perdonarnos todos nuestros pecados nos hace felices eternamente. ¿Podemos pedir más?

martes, 5 de septiembre de 2023

¡EN NOMBRE DEL SEÑOR, CÁLLATE Y SAL DE MÍ!

En muchos momentos, asistidos por el Espíritu de Dios, sucede que tendremos que actuar como Jesús: ¿Cállate y sal de mí!, porque el demonio está al acecho y cuando observa que alguien se acerca al Señor y permite que la Gracia y Misericordia del Señor le deslumbre y le acoja, actúa y trata de separarlo y alejarlo del Señor.

Nos preguntamos si realmente estamos preparados para responderle al Maligno en esos momentos que trata de seducirnos con sus propuestas y adulaciones. Nos miramos en Jesús que así lo hizo no haciéndole caso a sus adulaciones o reconocimientos. Nos está prohibido dialogar con el demonio. Si así lo hacemos saldremos siempre perdiendo porque es más fuerte que nosotros y más inteligente.

Experimentamos, al menos a mi me ocurre, que la lucha con el demonio es constante y despiadada. Las tentaciones están al orden del día y aprovecha cualquier error, debilidad o confusión para lanzar sus seductoras propuestas y engañarnos. Mundo, demonio y carne son los peligraos más graves de nuestra alma. El demonio domina ese campo y actúa a su anchas y con mucha ventaja.

Experimentamos la necesidad de estar siempre cerca del Señor. La frecuencia de la Eucaristía y la fortaleza de la Gracia en la reconciliación son armas muy importantes para la lucha contra el demonio que nos asedia y quiere separarnos del Señor. No nos confiemos y, a pesar de nuestras caídas y flaquezas, tengamos siempre nuestra lámpara encendida y dispuesta para acudir a la llamada del Señor.

lunes, 4 de septiembre de 2023

NINGÚN PROFETA ES ACEPTADO EN SU PUEBLO

¿Nos ocurre algo parecido también a nosotros en nuestro tiempo? ¿Cuántos profetas pasan por nuestro lado – familiares, amigos, vecinos, parroquianos…etc. y no le hacemos caso? Respondemos: ¿Qué me va a decir a mí este pecador? ¿No es éste el vecino, el hijo, hermano de…? ¿Acaso puede decirnos algo?

¿Qué nos puede convencer? Solo Dios sabe que hará falta para hacerle pensar y darle un vuelvo a su corazón. Desde hace algún tiempo le pido al Señor eso, que dé un zarpazo, en el buen sentido, a mis hijos y amigos que les haga abrir bien los ojos y darse cuenta de sus necedades. Al mismo tiempo experimento mis impotencias e incapacidades de no poder ni saber qué hacer para, no darte a conocer sino para que se interesen por conocerte.

El otro día nos preguntábamos, en una conversación entre amigos, sobre el mal que origina enfrentamientos, separaciones y luchas entre familiares, amigos y vecinos. Conveníamos que la envidia es el detonante que origina enfados, desprecios, soberbia, comparaciones, malos deseos…etc. Una envidia que no consiste en tener envidia de que tengas más cosas y mejor que yo, sino que, precisamente, las tengas.

A mí no me importa tener o no tener sino lo que me molesta es que tú tengas. E incluso tengas lo que yo no tengo o no alcanzo a tener. Luego, te excluyo, te rechazo y no acepto tu verdad o tu palabra. Supongo que la autoridad y las buenas obras de Jesús – milagros – molestaban a aquella gente que le había visto crecer como uno más del pueblo. ¡Y ahora viene a enseñarnos y a proclamarse el Hijo de Dios! ¿Quién le ha dado esa autoridad?

Si realmente nos sinceramos, ¿no nos ocurre a nosotros eso hoy también con nuestros amigos, vecinos, parroquianos y otros? ¡Ese curita nuevo que lo he visto hasta gatear en la parroquia viene ahora a darme lecciones! ¡O ese amigo que tiene el don de la palabra!

Posiblemente debemos ser más humildes y mirar un poco nuestro ombligo y pensar que el Espíritu Santo es quien reparte dones y sopla donde quiera. Quizás no se trata de decir amén a todo, pero sí estar atento a la escucha y discernimiento de la Palabra de Dios que puede venirnos, según el Espíritu, de muchos sitios diferentes.

domingo, 3 de septiembre de 2023

UNA CRUZ CARGADA A MI ESPALDA

Sí, una cruz que supone aceptar, soportar y dar amor misericordioso. Porque, eso de ser misericordioso, de soportar todo escarnio, burla y ofensas como de devolver bien por mal supone echarse a la espalda una cruz. Una cruz consecuencia del Amor Misericordioso de Cristo porque, por Él somos perdonados y salvados de la esclavitud del pecado.

Por tanto, de la misma manera, tú, yo y todos tenemos que cargar con esa cruz que nos supone vivir en esa actitud misericordiosa y de disponibilidad. Y eso, aparte de ser difícil y muy duro, no es imposible para nosotros por nuestra naturaleza humana, herida y contagiada por el pecado.

Junto a nosotros y cada día camina la tentación y, por supuesto, el peligro de vencernos a la seducción del pecado. Esa es la lucha y en donde, aunque no podemos evitarla, sí, lo importante es vencerla. Y junto al Señor salimos victorioso siempre. Jesús nos lo enseñó con su Vida y Palabra y nos acompaña para que, asistido por Él, tengamos fe y confiemos en Él.

Tengamos muy en cuenta que la tentación no la podremos evitar. Está ahí presente en nuestro camino. Esa es la cruz que tenemos que aprender a cargar. Pero, no olvidemos nunca que lo verdaderamente importante no es la presencia de la tentación sino el sabernos que con Cristo, el Señor, salimos siempre vencedores si ponemos todo lo que podamos de nuestra parte. También lo vemos en Pedro y otros muchos.

sábado, 2 de septiembre de 2023

¿ESTÁS NEGOCIANDO TUS TALENTOS?

A lo largo de nuestra vida tenemos oportunidades que nos ayudan a descubrir nuestros talentos. Simultáneamente descubrimos que eso que hacemos más o menos bien va en sintonía con nuestra vocación. De alguna manera descubrir nuestra vocación creo que van en correspondencia con nuestras habilidades o talentos. Y es eso precisamente lo que debemos explotar y ofrecer de forma gratuita, entiéndase servicialmente, a los demás.

Hacer bien nuestro trabajo empleando generosamente nuestras habilidades y talentos para el bien de todos es lo normal y lo que, grabado en nuestro corazón, entendemos que debe ser. De forma que esconderlos, reservarlos para mí provecho y comodidad se convierte en un delito. Delito que la sociedad no ve ni imputa, pero pecado que nuestro Padre Dios, quien te ha dado esos talentos, si ve y no le parece bien.

La parábola que acabamos de leer nos lo deja muy claro. Posiblemente, si eres de la actitud del último, ten mucho cuidado porque detrás de tu comodidad y negligencia no hay nada bueno. Al final eso te pasará una factura muy cara y dura.

Es de sentido común poner todo lo recibido al servicio de los demás. Sobre todo de aquellos que lo necesitan. Eso está escrito a fuego en nuestros corazones y no hacerle caso o mirar para otro lado, será más cómodo y aparentemente más gustoso, pero interiormente más perjudicial y dañino. Porque al final lo que nos gusta es hacer el bien y amar. Para eso hemos sido creados y es ahí donde se esconde nuestra verdadera y plena felicidad.

viernes, 1 de septiembre de 2023

CADA INSTANTE, SU PRESENCIA TE LLAMA

Quizás sea en este momento que escribo y que estoy algo excitado. Quizás sea mi impaciencia o desespero, quizás sea mi rebelión a las dificultades y problemas que se me presentan cada día, o a mis desganas, comodidades, caprichos o apetencias. Una serie de quizás que pueden ser la causa del abandono de mis cuidados y no proveerme del aceite necesario para que mi lámpara se mantenga encendida.

Porque, el Señor viene a cada instante y me llama a que tenga mi lámpara preparada y provista de aceite. Es una gran equivocación esperar a la hora de mi muerte para esperar al Señor cuando hoy, ahora, en este instante el Señor está contigo. Solo tienes que mirarlo, hacer silencio en tu corazón y escuchar su Llamada y su Voz.

Y, por supuesto, tener cargada tu alma y tu corazón de buenas intenciones, de actitudes de servicios, de disponibilidad a hacer la vida agradable al que está a tu lado y de poner todo tu amor en reflejar la misericordia de Dios. Eso supone ser prudente, tener tu alcuza llena de aceite y esperar al Señor que decidirá el encuentro definitivo cuando Él quiera decidirlo.

En esas actitudes podemos considerar que estamos preparados para, no solo esperar al Señor, sino preparados para cada instante que el Señor nos sorprende con su presencia y llamada. Eso significa que cada día tendremos que revisar nuestras alcuzas y proveerla del aceite del amor, comprensión, paciencia y servicio.  ¿Y qué difícil nos resulta, no? Diría que imposible si no contamos con el Espíritu de Dios.

jueves, 31 de agosto de 2023

NUNCA OLVIDEMOS QUE NADA PODEMOS OCULTAR A DIOS NUESTRO PADRE.

Es posible que nos hayamos quedado con la cantinela de que la luz que va delante es la que alumbra y que, en ese sentido, queramos aprovechar los días que vivimos en este mundo. Nos equivocamos si creyendo que Dios, nuestro Padre, está ausente, actuamos según nuestros caprichos, egoísmos e intereses pasionales y materiales. Dios sabe y conoce cada instante de nuestra vida y no podemos engañarle. Por otro lado, si fuese así dejaría de ser Dios.

Y nuestros cuidados sobre las personas que en alguna medida depende de nosotros, por ejemplo la etapa de formación, desarrollo y educación de nuestros hijos, catequistas, grupos de pastorales, familiares, padres…etc. están siempre a la vista de nuestro Padre Dios. Él, precisamente es nuestro público y cuando pensamos y creemos que nadie nos ve, Dios tiene su mirada sobre nosotros y ve en lo secreto nuestras intenciones y comportamientos.

Debemos y tenemos que estar siempre prestos a tener una conducta tal y como espera nuestro Padre Dios. Una conducta según y de acuerdo con su Voluntad, con sus mandamientos y en correspondencia a su Amor Misericordioso. Es evidente que somos débiles y frágiles para rompernos, quebrantar la ley y desobedecer la Voluntad de Dios. Se nos ha concedido esa libertad y heridos en nuestra naturaleza humana quebrantamos los mandatos del Señor.

Pero, la Infinita Misericordia de nuestro Padre Dios nos concede el perdón y la oportunidad de no permanecer caídos sino levantarnos. Volver y volver a levantarnos cada vez que nuestras fuerzas desfallezcan y quebranten la Voluntad de nuestro Padre Dios. Volver con nuevos bríos y arrepentidos con el propósito de no volver a caer, aunque nuestra debilidad sea tal que caigamos.

Esa es la lucha y la perseverancia con la que debemos sostenernos hasta el momento que nos llegue nuestra cita con el Señor. Pidámosle fuerza, voluntad y su Gracia para no desfallecer y sostenernos en el cumplimiento de su Voluntad. Amén.