viernes, 24 de agosto de 2012

SE TRATA DE VEN Y...

 - Juan 1, 45-51. En aquel tiempo, Felipe se...
 luego verás. Sí, porque en más de una ocasión la gente se pregunta y se interroga, pero no va ni acude al encuentro que pueda descifrar esa pregunta o esa interrogación. Lo lógico, si crees o piensas algo, es que vayas y veas.

Eso fue lo que le pasó a Natanael, suponía que de Nazaret nada bueno podía salir, sin embargo, a pesar de su escepticismo no se cerró en banda, sino que acudió a ver, comprobar, experimentar y, por supuesto, ante Jesús no hay otra opción sino creer.

El encuentro con Jesús no ocurre si tú no dejas que se produzca. Eres libre y Jesús no coarta tu libertad. Simplemente te escucha, te acoge, siente tus problemas y los comparte contigo. Está y permanece a tu lado aunque tú te niegues a dejarlo. Permanece en silencio pero atento, disponible y alerta a tu llamada. Su paciencia es ilimitada.

Te conoce como sucedió con San Bartolomé (Natanael) y se hace el encontradizo, te visita, pero siempre cuenta con tu disponibilidad y aceptación. Igual Natanael pudo rechazar la oferta de Felipe, pero acertó, siguió su buena e intuitiva curiosidad.

¿Nos habrá llamado Jesús también a nosotros por medio de otro amigo? ¿Hemos aceptado la invitación, o nos ocurre como aquellos que rechazaron ir al banquete de invitados? ¿Y nos cuidamos de ir bien ataviados y con el traje adecuado? Son preguntas que tú, solo tú puedes dar respuesta.

Para ello, pidamos la luz del Espíritu Santo, para que nos de la valentía, la inteligencia y sabiduría de, como Natanael, ir y ver.

jueves, 23 de agosto de 2012

¿TENGO TRAJE DE BODA?

 - Mateo 22,1-14
 Porque creyendo que eso es para otros, me puede ocurrir que sea yo quien no tiene ese traje requerido. Pero todo no consiste en simplemente procurarse un traje de boda, sino en estar atento y pendiente para poder responder a esa invitación a la boda que todos recibiremos.

Porque todos estamos invitados al banquete nupcial de nuestra vida. Es la invitación que todos esperamos, sin embargo muchos pensaremos que no es ese el banquete que habíamos soñado o que allí nada vamos a conseguir. Optáremos por rechazarlo o nos iremos a otros menesteres.

Otros no le daremos la importancia debida y acudiremos tal y como estemos vestidos ese momento. Sin embargo, no habrá otro banquete más importante en nuestra vida. Ese será el único y más importante, hasta el punto que será vital en la búsqueda de nuestra felicidad.

No dejemos pasar el tiempo ni la oportunidad. Hoy es el día de la invitación a ese banquete. No le vuelvas la espalda, acéptalo, toma el traje de fiesta y acude a él. No te arrepentirás porque allí encontrarás lo que tanto buscas cada día. Es la hora de responder afirmativamente. Mañana puede ser tarde o quizás no encuentres el traje de fiesta.

miércoles, 22 de agosto de 2012

CUANDO LO IMPORTANTE NO ES LA PRODUCTIVIDAD


 - Evangelio según Mateo 20,1-16a.

El hacer no guarda relación con el ser. Si se es posiblemente se haga, independiente de la hora y el tiempo empleado. Nuestro Señor no tiene en cuenta la productividad, pues toda le pertenece, pero premia la aplicación, la entrega y la disponibilidad.

La arrogancia y el derecho de aquellos que exigimos mejor paga por el tiempo mayor empleado no advierten que el hecho de ser llamados y acogidos en la Viña del Señor ya es suficiente paga.

¿Por qué crees que mereces más que el que llega más tarde que tú? ¿No ha sido también llamado por el Señor de la Viña? ¿Y no está en su derecho el Señor, dueño de todo, de retribuirle como a bien lo quiera?
Ya les pasó a los apóstoles que se disputaban los primeros puestos. También nosotros nos los disputamos, y nos creemos con más derechos que otros. ¿Cuál es la razón? ¿No nos ha sido dado todo gratuito? ¿Por qué entonces nuestra exigencia?

Posiblemente nos hará falta meditar y reflexionar serenamente en la presencia e invocación del Espíritu Santo. Llenarnos, humildemente, para, aceptando todas nuestras limitaciones, ser capaces, como a ejemplo de María, dar gracias por todas las maravillas que el Padre Dios hace en cada uno de nosotros. Amén.


martes, 21 de agosto de 2012

SER RICO ALEJA DE DIOS...


 - Evangelio de San Mateo 19, 23-30

 porque supone suficiencia, soberbia y orgullo. El rico se considera superior al pobre, pues considera que sus riquezas lo enaltecen y le hacen más inteligente, superior y  más grande. Así las cosas es difícil igualarse, ponerse al mismo nivel, considerarse hermano.

Sin lugar a duda, las riquezas son un verdadero obstáculo para hacerse humilde, pequeño, igual y necesitado de ayuda, de asistencia. Luego, será bastante difícil que dentro de su ser entre el Espíritu Santo, y si el concurso del Espíritu nada se puede lograr.

Por lo tanto, si no hay un cambio de actitud y de disponibilidad a dejarse guiar por el Espíritu, ese nuevo nacimiento a la vida de la Gracia no se producirá. Será entonces dificilísimo que uno que se considere rico entre en el Reino de los Cielos.

Porque ser rico no es simplemente tener bienes y riquezas  materiales, sino también ser presuntuoso, soberbio, orgulloso, suficiente, prepotente y carente de necesidades. Ser rico consiste en rechazar al Señor y considerar que por ti mismo puedes alcanzar la dicha, el gozo y la felicidad que buscas. 

Buscas por caminos equivocados, porque solo muriendo a ti mismo puedes alcanzar esa felicidad que buscas, y eso implica la ardiente y necesaria asistencia del Espíritu Santo.

Pidamos al Señor que se nos caiga la venda que oscurece nuestros ojos y seamos capaces simplemente dejarnos conducir por su Espíritu para despojarnos de nuestros apegos y riquezas y alcanzar la humildad y pequeñez de los hijos de Dios. Amén.

lunes, 20 de agosto de 2012

NO SE TRATA DE CUMPLIR...


 - Era rico (Mateo 19, 16-22)
 sino de vivir haciendo el bien y en actitud de crecer en perfección. Hoy quiero ser mejor que ayer, pero menos que mañana, diríamos en clave de refrán. Esa, en mi humilde opinión, fue la respuesta que Jesús ofreció al joven rico.

No debemos pararnos en cumplir unas normas a nivel de ley, sino que nuestra actitud en todo momento debe ser procurar que el bien reine en todas las circunstancias y lugares de este mundo. Se trata de ser y estar en busca del bien, no simplemente de cumplirlo y, hecho el bien, me desentiendo de lo demás.

Es la opción de ser semilla, que muere y comparte todos sus frutos y que pone sus prioridades en la vida del ser más que en la de tener. Es la actitud de despojarse de todo aquello que te ata, como pudo ocurrirle a aquel joven rico, y estar disponible y libre para servir y hacer el bien.

Bien que concuerda con el estilo y corazón de Jesús y que tiene su máxima expresión en el sermón de la montaña. Así, nuestra vida nunca se para en unas normas, preceptos o cumplimientos, sino que está siempre en actitud de crecimiento y perfección.

¡Señor!, dame la sabiduría de entender que seguirte no estriba en un mero cumplimiento de preceptos, sino que se fundamenta en un darse y morir a mi propio egoísmo. Amén.

domingo, 19 de agosto de 2012

SOLO NO VOY A NINGUNA PARTE...

lectiodivinacamo.blogspot.com Jn 6,51-58

porque mi naturaleza está tocada y sin Ti, Señor, estoy vencido. Mis inclinaciones son más fuertes que mi voluntad. Yo quiero, pero no puedo. Pablo, aquel hombre de Tarso, todo voluntad y carácter, experimentó que hacía lo que no quería, y dejaba de hacer lo que hubiese querido hacer.

Yo también experimento eso, hago lo que no quiero y dejo de hacer lo que realmente quiero. ¿Por qué me ocurre eso, Señor? Ahora sé que es porque mi naturaleza está debilitada por el pecado y aunque no estoy muerto, sí estoy tocado y débil. 

Por eso te necesito a Ti, Dios mío, y la presencia y acompañamiento del Espíritu Santo me fortalece, me anima, me asiste, me llena de sabiduría, de voluntad para salir victorioso en la lucha de cada día. Por eso, Señor mío y Dios mío, necesito el alimento de tu Cuerpo, y la bebida de tu Sangre.

Necesito tomarla cada semana, pero si puedo, mejor cada día. Porque con el alimento de tu Cuerpo y tu Sangre puedo combatir a diario el combate contra las fuerzas del mal. El demonio está al acecho, presto a favorecer mis apetencias, mis inclinaciones a la soberbia, a la vanidad y egoísmos. Y realmente experimento que a mí eso me gusta. Me siento atraído por ello.

Pero experimento que no quiero hacer eso, porque me siento mal, porque siento compasión por el que sufre, por el que lo pasa mal, por el que está perdido. Me gustaría ayudarlos, pero se resiste y me lo impide mi egoísmo, mi soberbia y orgullo.

Más yo no quiero Señor. ¡Ayúdame! Dame la fortalece de tu Espíritu y enciende en mí la energía que me alumbre el camino de no ceder en la lucha de combatir mis propias inclinaciones, de someter mi voluntad a tu Voluntad. Porque sé, presiento y experimento que en Ti está esa fuente de felicidad que ardientemente busco. 

En tus Manos, Señor, pongo todas mis esperanzas. No permitas que me aparte de Ti ni que me aleje de tu Rostro. Has que mi alimento de cada día sea tu sagradísimo Cuerpo y tu excelsa sangre. Amén.

sábado, 18 de agosto de 2012

LA PUREZA DE LOS NIÑOS...

 - Lectura del santo evangelio según san Mateo 19, 13-15

es lo que necesitamos los mayores para, siendo humildes, dejarnos empapar por la Gracia de Dios. Tengo un nieto que hará el próximo lunes tres años. Y trato de aprender mucho de él. Por la Gracia de Dios, me fijo en sus buenas actitudes, limpias, inocentes, cargadas de pureza y de humildad.

 También tienen momentos de soberbia y berrinches, pero inmediatamente, ante un gesto de reconciliación y de acercamiento, responde con un olvido total de lo pasado y una disponibilidad a, olvidado todo, volver a la reconciliación y la paz. 

No guarda rencor, olvida lo sucedido, tolera y da su amistad y su alegría. Sin dobles intenciones, sin intereses, con honestidad, con prontitud y buena intención. ¡Qué lástima que esa inocencia, buenas y puras, cargadas de sanas intenciones se vayan contaminando con el paso del tiempo!

La mayoría de edad hace al hombre viejo y necesita volver a la niñez para abajándose, encontrarse con la pureza de un corazón sencillo, puro y bien intencionado. Ser como niño es la carta de navegación que los mayores tenemos que guardar en nuestro libro de ruta. Se hace imprescindible abastecerla de ese aceite que reclama el esposo para, permaneciendo vigilantes, estar provisto de la Gracia suficiente con la que aguardar su venida.

Ser como niños nos ayuda a ser prontos en el perdón, en despojarnos del vestido de la soberbia, de las apetencias, de las ideologías e incredulidad, de la insolidaridad, de los egoísmos y afanes de poder, de la ambición y amontonamiento de riquezas. Ser como niños es sabernos pequeños y necesitados, necesitados de un Padre que nos enseñe, que nos lleve de la mano, que nos cuide y nos convierta nuestro pobre corazón en un corazón de hijo agradecido.

Señor, no permitas que me haga mayor, que mi corazón se contamine de poder, de riquezas, de hábitos posesivos, de búsquedas personales, de fines y proyectos caducos, egoístas. Mantén mi corazón pequeño y no dejes que se haga soberbio, orgulloso y prepotente. Tenlo siempre agarrado a Ti y que, asido de tu Mano camine por las sendas de este mundo, siempre asido a Ti. Amén.