lunes, 1 de octubre de 2012

LOS MÁS INDEFENSOS SON...

 SER SENCILLO Y HUMILDE, EL CAMINO PARA...


los niños, son los últimos de la familia y los más necesitados; los niños necesitan a sus padres o protectores, pues están en sus manos y dependen totalmente de ellos. Los niños no son capaces de subsistir. Los niños necesitan el amor de sus padres.

Los niños se fían de sus padres, se fían también de otros. Por eso son engañados, son vulnerables y presas fáciles para aquellos que quieren aprovecharse de ellos. Los niños necesitan amor y cuidados que demandan a los padres. 

Por eso, en la medida que seamos como niños estaremos necesitando el Amor de nuestro Padre. Y ese Amor nos será dado, porque nuestro Padre Dios es lo que desea y así lo ha dispuesto. Por eso, para entrar en el Reino de los Cielos tenemos que comportarnos como niños. Niños necesitados de todo que, porque carecen de todo, están desprendidos y son capaces de amar.

No perdamos la paciencia de permitir que todos aquellos que luchan y actúan como niños y defiende la verdad, a pesar de no estar junto a nosotros, también están en el camino de Dios, pues todos aquellos que no se oponen a su Voluntad, es más, la proclaman y la defienden, están con Él.

Permítenos, Señor, pensar como niños y tener un corazón de niños, porque son los niños los que guardan la verdad con un corazón desprendido y generoso y se manifiestan abiertos y sin dobleces. Amén.

domingo, 30 de septiembre de 2012

NO HAGAMOS CAPILLITAS...

 Mc 9, 38-43.45.47-48 Juan le dijo:
 porque el Espíritu de Dios está en todas partes, y su Voluntad acoge a todos los hombres, sean de un color o de otro. El Amor de nuestro Padre se derrama en todos los hombres, incluso en aquellos que no lo conocen o le rechazan. Y esa locura del Señor nos descubre que también nosotros tendremos que amar a aquellos que no nos apetece amar.

Porque desde nuestros criterios, Dios nos ama con locura, pues no entendemos que a pesar de recibir tanto desprecio y rechazos, Él continúe amándonos con la misma intensidad y sin exclusión de nada ni de nadie. Más cuando se trata de aquellos que creen en Él y actúan en su Nombre.

Nadie habla en favor de otro sin estar de su parte y creer en él. De modo que quien actúa en nombre de Dios estará a favor de Él. Por lo tanto, no debe preocuparnos ya que no estando contra Dios estará a su favor. Y todo lo que haga en el nombre de Dios tendrá su recompensa.

Se hace necesario mirarnos bien interiormente y exteriormente, porque puede ocurrir que tengamos muchas cosas, tanto fuera como dentro, que nos obstaculizan acercarnos a Dios por el verdadero camino. Podemos pensar que estamos muy cerca, pero puede ser un espejismo, pues nuestra presencia no sirve para acercar sino alejar a otros. Y eso puede ser motivo de escándalo.

En nuestro caminar a diario debemos observar con mucha atención que cosas pueden ser motivo de escándalo o mal testimonio que inclinen a otros a sentirse molestos o tentados a no acercarse. Eso nos lleva a darnos cuenta que le necesitamos imperiosamente y sin Él nada podemos lograr.

No permitas, Dios mío, que mis afanes, mis apegos, mis ideas, mis suficiencias, sean causa de controversia, de duda y confusión. Abre mi corazón y ponme en tus Manos para que sea tu Camino el que yo siga sin vacilar. Amén.

sábado, 29 de septiembre de 2012

TÚ, SEÑOR, SABES MI VERDAD...


 (Jn 1, 47-51)


y nada te puedo ocultar. Por eso quedó sorprendido Natanael cuando le revelaste donde estaba hacía un momento, y le confesaste que era un hombre de verdad, en quien no hay engaño. Supongo que yo también me quedaría sorprendido, pero antes debo dejarme sorprender.

Porque ocurre que muchas veces nos alejamos de su Mirada y de su Palabra. Puede más nuestra soberbia, nuestra suficiencia y rechazamos sus propuestas y sus palabras. ¿Cuántas veces habremos sido nosotros sorprendidos? Posiblemente muchas, pero quizás no las hemos advertido.

¿Somos conscientes que tenemos un Ángel que nos cuida y nos protege? Pues quieras o no, lo tienes, y ese Ángel te cuida y se preocupa por ti. Y te ayuda a acercarte a Jesús y a dejarte sorprender por Él. Y es que cuando, como Natanael, nos acercamos a Jesús, y acercarse es abrirle nuestro corazón, quedamos sorprendidos y admirados de sus palabras y de su amor.

Reflexionemos cuantas veces hemos estado debajo de una higuera y hemos sido vistos por el Señor. Quizás nuestros caminos han tenido mucho que ver con el acompañamiento de nuestro particular Ángel de la Guarda. Y, sin quizás, cuando hemos querido seguir el nuestro propio nos hemos llevado algún tropezón.

Vacíanos, Señor, de nuestros apegos y esclavitudes para libres de ellos podamos ponernos en tus Manos y dejarnos llevar por tus palabras de amor. Amén.

viernes, 28 de septiembre de 2012

TÚ ERES EL HIJO DE DIOS, SEÑOR...

 Evangelio (Lc 9,18-22) ·

porque solo en Ti está la absoluta Verdad, el verdadero Camino y la única y eterna Vida. Esa es la respuesta que arde dentro de nuestro corazón, pero no sale limpia ni purificada, pues nos asaltan las dudas, las dificultades y los apegos que nuestra naturaleza humana contaminada sufre.

El camino se nos hace duro, confuso y cuesta arriba. Nuestro corazón no está limpio y contaminado por las cosas de este mundo se ve impedido para ver. Miramos más al mundo que a Jesús, y todas nuestras reflexiones arrancan de los criterios que el mundo nos ofrece. 

Por eso, las opiniones que vienen de los hombres que están en el mundo nos merecen mucho interés, y según ellas, así también pensamos nosotros. De modo que nos movemos al ritmo de lo que digan otros, o al menos nos importa mucho lo que digan y piensen. Experimentamos que no somos libres para pensar y decidir por nosotros mismos.

Por eso, a la pregunta de qué pensamos de Jesús, nos quedamos impávidos y mudos. No respondemos por nosotros sino por lo que dicen unos u otros de los que están en el mundo. Sólo Pedro responde movido por el Espíritu Santo. Y es que es necesario estar en el mundo, pues en él vivimos y en él nos salvaremos, pero el hecho de estar no significa que pensemos como él. 

Necesitamos liberarnos de sus criterios y acoger los criterios de Dios, criterios que nos enseña Jesús, su Hijo, con su Palabra y con su vida. Y así debemos experimentarlos nosotros, con nuestra palabra y nuestra vida. A pesar de nuestra pobreza, de nuestros fallos, de nuestros fracasos. 

Líbranos Señor de todos nuestros apegos y pasiones de este mundo. Líbranos de poner nuestro corazón en las cosas de este mundo, no sólo bienes sino también deseos, ambiciones, hábitos, apegos, ideas, costumbres, comodidades, preocupaciones...etc. Y libre de toda esclavitud servirte en verdad y justicia. Amén.

jueves, 27 de septiembre de 2012

LA CURIOSIDAD PUEDE SER...

 ... deseaba conocerlo y ver alguno de sus milagros»  ver Lc 9 7-9
el primer paso, pero la experiencia nos dice que la mayoría de las veces se queda en nada. Sí, experimentamos que suele pasar eso. Nos sentimos atraídos por esa semilla de la curiosidad plantada en cada uno de nosotros, pero, por desgracia, no la cultivamos con pasión ni esmero y se nos muere enseguida.

Ocurre que, cuando satisfecha esa curiosidad las expectativas esperadas no son correspondidas, nos quedamos perplejos, confundidos, sin reacción alguna, y terminamos por marcharnos. No continuamos alimentando esa curiosidad de conocer, pues lo que hemos vistos le ha respondido a nuestra curiosidad.

Así es, esperábamos otra cosa. Precisamente aquella que nosotros nos habíamos formados, y ese Jesús no responde a ellas. Y le pasó a Judas, y también nos ocurre a muchos de nosotros. Herodes también experimentó lo mismo. No teníamos idea de que ese Jesús que tanta expectativas había levantado fuera ese hombre sencillo, humilde, callado y sin respuestas a nuestras preguntas pretensiosas, provocativas, desafiantes...

¿Esperábamos otro Mesías? ¿Un Mesías poderoso, fuerte, invencible, arrogante, dominador y sometedor de enemigos? ¿Es ese nuestro Mesías? ¿Un Mesías de poder y dominio? Pues seguro que ese no es Jesús. Jesús es otro tipo de Mesías.

Jesús es un Mesías de perdón, de misericordia, de servicio, de humildad, de paciencia, de solidaridad, de salvación, no sólo del cuerpo sino también del alma. Jesús es un Mesías de vida, pero no de una vida efímera, caduca o perecedera, sino de una Vida con mayúscula, una Vida plena, llena de gozo y revestida de eternidad. Para siempre. 

Jesús es el enviado del Padre por Amor, y ese Amor, Voluntad del Padre nos lo ha venido a dar, simplemente a regalárnoslo de forma gratuita y con una condición: "Que amemos nosotros también como Él nos ha amado y enseñado con su vida". 

Ahora sí, ese es el Jesús esperado, el que salva y da la vida por nosotros. Amén.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

¿A DÓNDE VAMOS TAN APRISA?...

 Evangelio según San Lucas 9,1-6. Jesús convocó a los Doce y les dio

 Porque se nos va la vida sin darnos cuenta quienes somos ni a dónde vamos. No podemos ni sabemos estar unos minutos a sola con nosotros mismos. Las cosas que la vida nos ofrece no nos dejan estar solos. Y estar solo no es, no tener a nadie a mi lado, sino despojarnos de tantas ofertas y tecnicismos que nos impiden pensar y descubrir quienes somos.

Necesitamos pararnos, relajarnos y despegarnos de todo lo que nos impide parar, pensar y encontrar paz. Parar, pensar y paz, tres palabras que empiezan por la p y que necesitamos proclamar. Jesús envía a sus discípulos precisamente a eso,  proclamar la paz, el pararnos y serenos inundarnos de tranquilidad. Porque sólo en la serenidad podemos encontrarnos y descubrirnos.

Pero también necesitamos ser sanados, sanados de todas aquellas apetencias que nos esclavizan y nos introducen en una voraz y vertiginosa carrera hacia el consumo, hacia la curiosidad de experimentar nuevas sensaciones, nuevas experiencias de felicidad que prometen llenarnos, satisfacernos pero que nunca llegan a dejarnos pleno. Y eso hace que volvamos a la carrera, al desasosiego, a la locura.

Dejemosno sanar en paz y tranquilidad. Escuchemos la Palabra dejándola serenamente asentarse en nuestro corazón, sin prisas, sin agobios, sin compromisos. Dejemosno invadir por la Misericordia de Dios y llenos de su Espíritu vivamos en paz su amor. Amén.

martes, 25 de septiembre de 2012

MI VOLUNTAD LA VOLUNTAD DE DIOS...

 La madre y los hermanos de Jesús (Lc 8, 19-21)

porque si son mis proyectos y planes lo que priorizo en mi vida, no sigo a Jesús, que vino para hacer la Voluntad del Padre, sino me sigo a mí mismo en mis proyectos e intereses. Por eso, Jesús, remarca cuando se le presenta esa oportunidad: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen».

Porque, precisamente, su Madre lo primero que hace es ponerse bajo la Voluntad de Dios aceptando el Plan que Él había pensado en ella. María da comienzo a la Redención dando un sí firme y sin condiciones a la propuesta de Dios: "Hágase en mí según tu Palabra".

Ahora, si nosotros queremos seguir a Jesús en calidad de hermanos suyo, ¿qué voluntad tendremos que hacer? ¿La nuestra propia? ¿La que nos procurará más riquezas, más bienes, más poder, más...? ¿La que colmará todas nuestras ansías de satisfacciones, fama, privilegios, honores...?

¿O simplemente, aquella que exigiéndonos olvido de nosotros mismos, y renuncia de riquezas, poder, bienes y honores nos anima a entregarnos a servir amando a los demás? Jesús sabe muy bien lo que dice y no deja escapar la oportunidad de poner a su Madre como ejemplo y referencia de lo que significa aceptar la Voluntad del Padre.

Tengamos la luz de ver como María, nuestra Madre, dejando todos sus proyectos e intereses, se pone en Mano del Espíritu, avisado por el Arcángel Gabriel, a disposición de la Voluntad de Dios. Y pidamos, por la Gracia de Dios, tener la misma clarividencia y voluntad de deponer nuestra actitud ante la solicitud del Padre Dios. Amén.