sábado, 2 de marzo de 2013

EXIGIMOS LO QUE NO NOS CORRESPONDE

Y permanecemos ciegos, incluso hasta cuando ya es demasiado tarde. Es bueno reflexionar y constatar que este cuento en forma de parábola usado por Jesús tiene mucho de actual y se refleja en la vida de cada uno. Nos vendría bien escucharlo y reflexionarlo tranquilamente. Quizás por medio de esta parábola, hoy, el Señor quiera decirnos algo.


viernes, 1 de marzo de 2013

LA VIÑA ARRENDADA

Mt 21,33-43.45-46

Esta parábola nos recuerda algo muy cercano a nosotros y que, quizás, muchos hayamos olvidados o seamos indiferente a ello. Nos ha sido dado la vida, y un mundo hermoso para disfrute de todos los hombres, pero muchos han decidido que el mundo sea para ellos de forma particular y lo que sobre para los demás.

¿Es acaso lo que tenemos nuestro, o debemos compartirlo con los demás? ¿Lo hemos ganado con nuestro esfuerzo y trabajo, pero quién nos ha dado esa capacidad de esfuerzo y trabajo? ¿No nos damos cuenta que pronto todo se quedará donde mismo ha estado siempre y nosotros terminaremos nuestro camino en este mundo?

Son preguntas que hemos de tratar de reflexionar serenamente y sin prisas, porque la viña de mi vida me ha sido dada para que de frutos, frutos de amor.


jueves, 28 de febrero de 2013

¿COMPROMISO POR CONCIENCIA?

(Lc 16,19-31


Es lo que se esconde dentro de cada uno de nosotros. Al menos yo me confieso culpable de actuar muchas veces por conciencia más que por un sentido de justicia, amor o solidaridad. Porque esa es la diferencia, damos y colaboramos con organismos que atienden a los necesitados, pero más con un sentido de limpiar nuestros roperos y acallar nuestras conciencias que por justicia y amor.

Y ese es nuestro camino, ir convirtiendo nuestro corazón de piedra, centrado en vivir lo más confortable posible, mientras muchos lázaros yacen llenos de llagas y muertos de hambre. Nos reconocemos pecadores, egoístas, aunque nuestras conciencias nos molesten y nos atormenten de vez en cuando y tratemos de acallarlas con nuestras limosnas de conciencia, pero no de justicia y amor.

Pero, por eso, que es propio de nuestra naturaleza caída y limitada, no debemos desesperar, sino levantarnos y estar dispuesto a dejarnos perdonar. Porque nuestro Padre Dios nos quiere tanto que nos ha perdonado ya. A nosotros nos toca dejarnos llevar por la acción del Espíritu para que nuestros actos sean cada vez más por justicia y amor que por conciencia. De cualquier forma, al final lo verdadero se impondrá, y la justicia dictará sentencia. Eso está dentro de nosotros, y todos esperamos una justicia final, aunque sea en el otro mundo.

miércoles, 27 de febrero de 2013

SOLO PENSANDO EN MÍ



Hay tres apartados en la Palabra de hoy que me invitan a reflexionar. Al menos yo lo he visto de esta forma, y humildemente lo comparto. El primero que me llama la atención es comprobar como los apóstoles pasan, sin tomar conciencia, de lo que le espera a Jesús en Jerusalén. No advierten el sufrimiento de muerte que le espera a Jesús. Ni el ridiculo, las penas y azotes que va a sufrir camino del Calvario, donde será crucificado.

Ellos, al menos eso es lo que se aprecia, están pensando en subir el escalafón de su poder, de su propia ambición, de su interés. Son los Zebedeos, Santiago y Juan, quienes están pensando en ellos mismos y no recaban lo que le va a ocurrir a Jesús. ¿No nos ocurre a nosotros algo parecido? Estamos más pendiente de nosotros que de las cosas que el Señor nos dice.

Y así actuamos, ese es el segundo punto de mi reflexíón. Igual que la madre de Santiago y Juan, miramos más nuestra situación personal, nuestros intereses y egoísmos, y nos olvidamos de vivir más acorde con y según la Voluntad de Jesús. Es propio de nuestra humanidad pecadora, y ello nos debe ayudar a descubrir la necesidad de seguir a Jesús, tal y como Él nos guía e indica.

Y el tercer apartado, se apoya en lo que el Señor nos dice. Primero nos congrega, nos reune, y nos señala el camino a seguir, poniéndose Él como ejemplo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».


martes, 26 de febrero de 2013

ENTRE LO QUE SE DICE Y SE HACE

(Mt 23,1-12)


Se dicen muchas cosas bonitas, pero no para ser aplicadas por uno mismo, sino para que otros las apliquen en mi propio beneficio. Esa acción se conoce con un nombre, "hipocresía", decir y no hacer. Y es muy fácil que sin darnos cuenta caigamos en ella. Pido al Señor que me dé el valor, las fuerzas y la voluntad para que todo lo que diga y proclame por mi boca, tenga correspondencia y acción en mi vida.

La falta de coherencia es el testigo más delator de nuestra vida. Hablar y decir por un lado, y por otro hacer lo que me venga en ganas o se adapte a mis intereses. Y eso, lo denuncia Jesús: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen.

Palabras actuales que ahora mismo en este momento tienen su aplicación. Debemos tener cuidado y no escandalizarnos por lo que pueda ocurrir y esté ocurriendo en nuestra Iglesia. Puede existir mucha hipocresía entre lo que se propone y luego se hace. Sin embargo, mantenernos en lo propuesto, en lo proclamado, en la Palabra es nuestro camino eclesial, sin que por ello tengamos que imitarles.  Sólo uno es el Maestro y Padre, y solo a Él debemos imitar y seguir. 

lunes, 25 de febrero de 2013

TODO DEPENDE DE NUESTRA ACTITUD

Lc 6, 36-38


Aunque al final es nuestro Padre Dios quien nos regala la vida y la gloria de ser sus hijos y vivir eternamente, Él ha querido que sea contando con nuestra colaboración. Para eso, nos ha hecho libre, nos ha dado capacidad de formar nuestros propios juicios, ser inteligentes y decidir nuestro camino. 

Somos unos privilegiados, pues ningún ser vivo del reino animal tiene esa capacidad ni esa autonomía. Es el hombre la creatura por excelencia, capricho de Dios, hasta el punto de entregar a su Hijo Unigenito a una muerte de cruz, para comprar nuestro rescate tras haberle traicionado y rechazado. Tanto nos ama nuestro Padre Dios que permite que seamos el único ser viviente capaz de regañarle y no sonreírle.

Y todo lo ha puesto en cierta medida en nuestras manos, aunque por nuestras carencias humanas, débiles y pecadoras, necesitaremos la asistencia del Espíritu Santo y la Gracia del Señor. Pero, dependerá de nosotros el predisponernos, el dejarnos amar y llevar por su Espíritu.

Y todo tan simple que, lo único y verdaderamente importante es:  «Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá».


domingo, 24 de febrero de 2013

EL PREMIO DEL ESFUERZO

(Lc 9,28-36)

Todo lo que gusta y es bueno, merece y exige un esfuerzo. Nada, lo hemos oído muchas veces, se consigue sin esfuerzo, y el camino que tenemos que recorrer a lo largo de nuestra vida, exigirá también esfuerzo. Por eso, solos aquellos que persigan dar alcance a esa inquietud y sed interior de vivir la vida eterna, se pondrán en camino.

Y solo en el camino encontrarán el gozo del Tabor, porque tras la subida cansina y agotadora, el esfuerzo y en la oscuridad, se alcanza y se produce el encuentro con Aquel que buscamos sin saberlo. Así, Pedro, Santiago y Juan, que perseveraron en el seguimiento a Jesús, una vez terminada la subida, aunque agotados y exhausto, gozaron de la dicha de contemplar la Divinidad del Señor.

Es primero el esfuerzo, la oscuridad vencida y la fe ciega en Aquel que nos llama, que, primero, nos busca y nos exige solo el dejarnos buscar. Así, producido el encuentro, el gozo del Tabor también nos inundará a nosotros.

Pidamos al Padre que nos dé el aliento de seguirle, aún en los momentos cansinos, fatigosos y oscuros que la montaña nos presenta, convencidos que llegaremos a presenciar la Única y Verdadera Luz que buscamos.