miércoles, 27 de febrero de 2013

SOLO PENSANDO EN MÍ



Hay tres apartados en la Palabra de hoy que me invitan a reflexionar. Al menos yo lo he visto de esta forma, y humildemente lo comparto. El primero que me llama la atención es comprobar como los apóstoles pasan, sin tomar conciencia, de lo que le espera a Jesús en Jerusalén. No advierten el sufrimiento de muerte que le espera a Jesús. Ni el ridiculo, las penas y azotes que va a sufrir camino del Calvario, donde será crucificado.

Ellos, al menos eso es lo que se aprecia, están pensando en subir el escalafón de su poder, de su propia ambición, de su interés. Son los Zebedeos, Santiago y Juan, quienes están pensando en ellos mismos y no recaban lo que le va a ocurrir a Jesús. ¿No nos ocurre a nosotros algo parecido? Estamos más pendiente de nosotros que de las cosas que el Señor nos dice.

Y así actuamos, ese es el segundo punto de mi reflexíón. Igual que la madre de Santiago y Juan, miramos más nuestra situación personal, nuestros intereses y egoísmos, y nos olvidamos de vivir más acorde con y según la Voluntad de Jesús. Es propio de nuestra humanidad pecadora, y ello nos debe ayudar a descubrir la necesidad de seguir a Jesús, tal y como Él nos guía e indica.

Y el tercer apartado, se apoya en lo que el Señor nos dice. Primero nos congrega, nos reune, y nos señala el camino a seguir, poniéndose Él como ejemplo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».


2 comentarios:

  1. Estas reflexiones me recuerdan al Papa Benedicto y a tantas cosas que se dice de la Iglesia que, naturalmente no me creo, aunque me preocupa el hecho de que una milésima parte pueda ser verdad. Vivimos tiempos de hacer constantes actos de fe,y de dejar hacer a Dios, estando pendientes de los que el Señor nos dice.

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  2. Es evidente que dentro de la Iglesia hay malos testimonios y pecados. Nos cansamos de confesarnos pecadores. Pero lo único importante es tener siempre nuestra mirada fija en el Señor. Él es la Referencia Inmaculada, el que nunca falla, el Santo, el libre de pecado y el Amor Misericordioso.
    Un fuerte abrazo en Xto. Jesús.

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