lunes, 25 de febrero de 2013

TODO DEPENDE DE NUESTRA ACTITUD

Lc 6, 36-38


Aunque al final es nuestro Padre Dios quien nos regala la vida y la gloria de ser sus hijos y vivir eternamente, Él ha querido que sea contando con nuestra colaboración. Para eso, nos ha hecho libre, nos ha dado capacidad de formar nuestros propios juicios, ser inteligentes y decidir nuestro camino. 

Somos unos privilegiados, pues ningún ser vivo del reino animal tiene esa capacidad ni esa autonomía. Es el hombre la creatura por excelencia, capricho de Dios, hasta el punto de entregar a su Hijo Unigenito a una muerte de cruz, para comprar nuestro rescate tras haberle traicionado y rechazado. Tanto nos ama nuestro Padre Dios que permite que seamos el único ser viviente capaz de regañarle y no sonreírle.

Y todo lo ha puesto en cierta medida en nuestras manos, aunque por nuestras carencias humanas, débiles y pecadoras, necesitaremos la asistencia del Espíritu Santo y la Gracia del Señor. Pero, dependerá de nosotros el predisponernos, el dejarnos amar y llevar por su Espíritu.

Y todo tan simple que, lo único y verdaderamente importante es:  «Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá».


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.