Mt 13, 31-35 |
No se te van a pedir tus éxitos, sino el amor que hayas gastado en beneficio de los demás.
lunes, 28 de julio de 2025
UN REINO ESCONDIDO EN LO PEQUEÑO
domingo, 27 de julio de 2025
¡VEN ESPÍRITU SANTO!
Lc 11, 1-13 |
sábado, 26 de julio de 2025
A LA HORA DE LA SIEGA
Mt 13, 24-30 |
Pedro estaba algo nervioso,
inquieto y molesto. Temía que, a la hora de la siega, su vida estuviese más
llena de cizaña y de trigo. Eso le comprometía a sembrar más trigo y limpiarse
de cizaña.
—Supongo que debe ser así. El pecado, aunque es perdonado, exige restitución. La ofensa clama ser restituida, y lo robado ser resarcido. Por tanto, de alguna manera la misericordia trae consigo un propósito de arrepentimiento y un esfuerzo de restablecer el daño producido. Creo que es de sentido común.
—Sí, estoy de acuerdo, y eso me hace temblar y me inquieta hasta el extremo de mirar mi vida y ver qué tiene de trigo y de cizaña.
—Haces muy bien, pues a la hora de la siega todo quedará al descubierto, nuestra cizaña y nuestro trigo. Conviene almacenar todo el trigo que podamos, y limpiar nuestro huerto particular – corazón – de cizaña.
—¡Por supuesto, no lo dudes! Nuestro Padre sabe de nuestras intenciones, también de nuestras debilidades, y conoce nuestros esfuerzos y actitudes. Por tanto, tengamos confianza y tratemos, eso sí, de amar y ser misericordioso con todas nuestras fuerzas, sabiendo que Dios nos ve y su Amor es Infinitamente Misericordioso.
viernes, 25 de julio de 2025
SERVIDORES, Y NO SERVIDOS
Mt 20, 20-28 |
jueves, 24 de julio de 2025
LA VERDAD ESCONDIDA EN PARÁBOLA
Mt 13, 10-17 |
Y así sucede en la vida. Los entendidos se muestran incapaces de comprender, pues no conciben a un Dios fuera de sus cálculos, razonamientos e ideas tal y como ellos lo han ideado y creado religiosamente. Y terminan por cerrar sus ojos y oídos hasta el extremo de condenarlo a muerte.
miércoles, 23 de julio de 2025
COMO SIMPLES SEMILLAS EN MANOS DE DIOS
Pedro y Manuel habían entendido lo que la Palabra de Dios en el Evangelio quería significar. De la misma manera que el sarmiento no puede dar frutos por sí solo si no permanece en la vid, tampoco nosotros, si no permanecemos unidos al Señor, daremos frutos. También nosotros, de alguna manera, somos semillitas que necesitamos la Gracia del Señor para dar vida a nuestra vida —valga la redundancia— y dar frutos. Conclusión: sin estar unidos al Señor, no daremos frutos.
martes, 22 de julio de 2025
ENCUENTRO CON EL RESUCITADO
Jn 20, 1-2. 11-18 |
«A veces me lleno de dudas y surgen en lo más
profundo de mi corazón tribulaciones y vacilaciones que debilitan mi fe». Eso se preguntaba Pedro mientras daba el habitual
paseo de cada día. Meditaba sobre el Evangelio, festividad de María Magdalena. «Cuando llegó al sepulcro, lo encontró vacío.» Eso
quiere decir que allí no había nadie. «Luego, Jesús había resucitado», ¿no? En esas discusiones, consigo mismo, tropezó con
su amigo Manuel.
Allá se dirigieron los dos
amigos. Uno ávido en conocer la opinión del otro. Y otro, lleno de curiosidad
por el interrogante que le plantearía su amigo.
Hoy, a nosotros nos sucede lo mismo. Hay momentos en que las dudas nos asaltan y hacen zozobrar nuestra fe. De eso se aprovecha el maligno para seducirnos, tentarnos y desviarnos del Camino, de la Verdad y de la Vida. Lo que nos descubre la necesidad de ir juntos y fortalecernos al compartir nuestra fe y alimentarnos de los sacramentos.