viernes, 8 de agosto de 2014

SEGUIR A JESÚS NO ES INVENTARNOS EL CAMINO

(Mt 16,24-28)

Muchas veces rechazamos esta dificultad o tomamos una vereda más corta. Nos parece mejor evitar esto o lo otro, y al final resulta que el camino que seguimos es el que nosotros mismos vamos trazando. No se trata de inventarnos el camino, sino de seguir el Camino de Jesús. Él mismo ya nos lo dijo: "YO soy el Camino, la Verdad y la Vida".

¿Y cuál será la cruz que hemos de llevar? Porque Jesús nos dice: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.Tampoco se trata de inventarnos una cruz, sino de aceptar la cruz que el camino nos presenta y, tomándola, llevarla con alegría y entrega. Y esa cruz será la de tu renuncia a encerrarte en ti mismo y vivir sólo para ti y tus intereses.

Se trata de abrirte al sufrimiento de los demás y luchar para que cada día hayan menos personas que sufran por carencia de lo más elemental y necesario. Se trata de amar y en ese esfuerzo de amar, soportar la cruz que el amor apoya en tu hombro. Amar no es siempre sentirse bien, sino soportarse siempre, porque el amor nace de verdad cuando duele y exige renuncia.

¿Encuentras ahora tu cruz? No hace falta buscarla mucho, sino simplemente amar mucho. No quiere Jesús que sufras, sino que ames, y con ese amor evites que otros sufran. Y cuando lo haces, tú no sufres, porque al amar sientes el gozo y la alegría que el amor produce en tu alma llenándote de paz.

Danos Señor la sabiduría de dejar escapar todo el amor que guarda nuestro corazón y poder derramarlo en otros corazones que lo necesiten. Amén.

jueves, 7 de agosto de 2014

¿QUÉ PIENSAS TÚ DE JESÚS?

Mt 16, 13-23

Hoy se nos pregunta a cada uno sobre nuestra opinión de Jesús. Es una pregunta que podemos responder de muchas maneras: indiferente, esquivándola, irresponsablemente para salir del paso... y de muchas otras formas. Seremos doblemente idiotas si creemos que podemos saltarnos la respuesta de cualquier manera, porque lo único que valdrá será nuestra respuesta verdadera.

Y esa respuesta verdadera sólo se responde con la vida. Con la vida vivida a cada momento y con señales que atestiguan lo que verdaderamente respondas hoy. Pedro ya dio su respuesta. Es verdad que asistido por el Espíritu Santo, pero el Espíritu no impone ni fuerza ninguna respuesta, se supone que Pedro estaba abierto a dejarse iluminar por el Espíritu.

¿Estoy yo también dispuesto a que el Espíritu Santo me ilumine? ¿Estoy yo abierto a dejar mi corazón en Manos del Espíritu para responder con mi vida a esa pregunta que Jesús me lanza hoy? No es una respuesta de un sí, sino de toda una vida de seguimiento y de compromiso en esfuerzo constante a seguir la huella de Jesús y hacer vida su Voluntad en mí.

Es la respuesta a vivir en la Iglesia, una Iglesia a veces confundida y desorientada por la torpeza de los hombres que se cierran a la acción del Espíritu, tal y como le sucedió a Pedro cuando quiso cambiar la Voluntad del Padre en Jesús.

Pidamos, unidos de la mano, que, en el Espíritu Santo, guiados por su acción, mantengamos la unidad de ser fieles a la Palabra del Señor y a sus Mandatos. Amén.

miércoles, 6 de agosto de 2014

LO ÚNICO QUE VALE LA PENA VER

(Mt 17,1-9)


El otro día hablaba una persona y comentaba que a él le ilusiona ver cosas únicas y diferentes a las que ya ha visto. Eso le motiva a viajar y a buscar lugares nuevos y que le den oportunidad de contemplar cosas diferentes y únicas. Y eso le ilusiona la vida.

 Escuché sin comentar nada, entre otras cosas porque sabía que no me iban a entender y era mejor evitarlo. No entro en juzgar lo de ver cosas bellas y únicas, pero sí en poner, eso, como casi el fin de ilusionar la vida, pues, a pesar que las bellezas dan gozo y paz, son efímeras y caducas. Y lo que no perdura no tiene mucho valor, pues es triste gozar de lo que desaparece pronto. ¡Claro!, dependerá también de la esperanza de vida que se tenga. Si temporal o eterna.

Personalmente no me mueven las bellezas de este mundo. Eso no significa que no sean dignas de verlas y de que a mucha gente les guste admirarlas y contemplarlas. Y también de que yo pueda hacerlo, pero no me mueve al esfuerzo el buscar contemplarlas. Sin embargo, toda mi vida gira en torno a encontrarme con el Señor, porque, eso si lo creo, Él es la Belleza Suprema, Única y eterna en gozo y paz que satisface y llena plenamente toda mi vida.

 Esa es la Belleza que me interesa buscar y ver. Por Él si me muevo y me esfuerzo. Y, le pido fuerzas todos los días, para no escatimar esfuerzo, renuncias y sacrificios por buscarle y encontrarle cara a cara, por su Misericordia y Amor, para poder verle. Supongo la maravilla y el gozo de Pedro, Santiago y Juan cuando Jesús les regaló la oportunidad de adelantarle la visión de su Gloria en el Tabor.

Eso si me mueve Señor a buscarte, a viajar, a seguirte para tener un día el regalo, por tu Infinita Misericordia, de estar en tu presencia contemplándote. Y eso es lo que te pido. Amén.

martes, 5 de agosto de 2014

CUMPLIR LOS RITOS, PERO INCUMPLIR EN EL AMOR

Mt 15, 1-2. 10-14

Hay un desequilibrio, que no es malo cuando inquieta e interpela, porque, por la Gracia de Dios, pondrá el acento, tarde o temprano, en su lugar justo. Me refiero a aquellos que experimentan malestar cuando cumplen con los ritos y fallan y les cuesta vivir en el amor. Somos los que llevamos muy bien lo de las normas y cumplimientos, pero fallamos en la misericordia, la comprensión y la caridad.

El peligro está en que esa actitud la vivamos en la indiferencia y se haga rutina y costumbre normativa en nuestra vida. Porque lo que nos mancha, no es lo que nos salpica fuera, sino lo que sale de dentro. Podemos cumplir ritos y preceptos muy bien, pero eso no nos limpia ni nos hace mejores, sólo sirven como espejos que reflejan lo que debemos ser. Y si, en la vida de cada día, no se testimonia esa piedad, mal ejemplo damos de nuestro cumplimiento.

Sólo hay una vida real, pero muchas falsas y vividas en apariencias. No te esfuerces en vivir las sostenidas en las apariencias, porque no servirán sino para mancharte. Tú esfuérzate en vivir lo que se cuece en tu corazón, y si tu corazón busca el bien, vive buscando el bien. Porque al final encontrarás a Dios y vivirás según su Palabra.

Porque sólo lo que hable tu corazón podrá salvarte o mancharte. Si habla según tú, te manchará, pero si habla según la Palabra del Señor, brillará por su limpieza como el Amor.

lunes, 4 de agosto de 2014

¡NO TENGAS MIEDO!


Mt 14, 22-36


Por experiencia sabemos que la ruta de nuestra historia pasará por momentos críticos, tempestades, vaivenes y tormentas que azotarán nuestra barca y amenazarán con hundirla. También gozará de calma y buen tiempo donde la navegación será plácida y llena de esperanza.

Sin embargo, de una u otra forma, lo importante es saber, como los apóstoles aquel día, que Jesús está siempre con ellos, y también con nosotros. En medio de las tempestades de nuestras vidas Jesús nos repite, como aquel día a sus apóstoles, ¡no tengan miedo!, porque Yo estoy con ustedes. Y nada hay que temer, a pesar de nuestras dudas y tribulaciones.

Es posible que experimentemos hundimientos, zozobras, vientos fuertes que amenazan hundirnos, pero, como Pedro, gritemos ¡Señor, sálvame!, y Jesús nos tenderá su Mano salvadora para asirnos y sacarnos del peligro. No temamos el zarandeo que la vida nos sacude porque Jesús está con nosotros. Él es nuestra brújula y salvación, y nos orienta el camino de nuestra vida.

Él hace el milagro de los panes y peces para sostenernos hasta la hora que nos toque compartir con Él nuestra propia muerte. Hora de nuestra llamada, por su Misericordia, a compartir con Él el gozo y la eterna felicidad de la dicha de vivir en su Gloria.

¡Señor!, mi vida amenaza con hundirme en muchos momentos que mi debilidad duda de tu Poder y de tu Amor. Mi vida se agarra a las cosas de este mundo y olvida y descuida que Tú eres Quién la sostiene y Quién hace el milagro cada día de levantarla. ¡Señor, sálvame!

domingo, 3 de agosto de 2014

LAS SEÑALES DEL CAMINO



Todo camino tiene señales, pues no de otra manera se puede seguir. La vereda por la que caminamos va orientándonos hacia la meta que perseguimos. En el Evangelio Mateo, capitulo 13, Jesús nos va señalando el camino del Reino a través de sencillas parábolas que nos iluminan y nos marcan el camino. Es el Tesoro escondido que tratamos de buscar.

Nos descubre que somos semillas plantadas que podemos dar frutos, pero que depende de que nuestra tierra se deje cultivar y bien abonar. Nos advierte y previene de que, a pesar de ser buena semilla, crecerá también con nosotros cizaña que tratará de ahogarnos e impedir dar frutos. También nos habla de que seremos poca cosa, débil y pequeño, pero creceremos, por la Gracia de Dios, hasta hacernos grande y fuertes que los pájaros anidarán en nuestras ramas.

Y, al igual que un poco de levadura fermenta la masa, nosotros, aún siendo pequeños y poca cosa, fermentaremos la masa del mundo con el Evangelio del Amor. Y lo verdaderamente importante del camino es terminar siendo pez atrapado en la red del amor y ser elegidos entre los buenos. Y el colofón es recorrerlo sembrando amor, amor solidario y compartido con lo recibido, poco o mucho, pero siempre disponible y solidario para compartir.

Danos Señor la Gracia de estar disponible a compartir los dones, bienes y virtudes recibidos de tu Mano generosa con aquellos que han recibido menos y que esperan que lo compartamos para saciar su hambre. Amén.

sábado, 2 de agosto de 2014

¡COHERENCIA!

(Mt 14,1-12)


Ser coherente es vivir de acuerdo y responsablemente con lo que crees. Para un cristiano ser coherente significa responder al compromiso de su fe. Y eso no es otra cosa que ser consecuente con su compromiso de Bautismo y de actuar en todo momento de acuerdo y según la Palabra de Dios.

No se nos esconde que hacerlo significa complicarse la vida, porque los criterios de Jesús no son los criterios del mundo. Amar, por encima de los intereses económicos y egoístas es tarea árdua y difícil, y este mundo opta por entrar por la puerta ancha y espaciosa; cómoda y fácil; placentera y egoísta. Vencer al odio, la envidia, las apetencias y apegos es ir contra corriente, y eso molesta y complica nuestra vida. Mejor, según el mundo, es ir a favor de la corriente.

Juan, el Bautista, es icono y modelo de coherencia evangélica, pues vivió de acuerdo con y para la misión que le había sido confiada hasta el extremo de dar su vida por defenderla. Su norte fue preparar el camino a Jesús, y lo hizo por encima de otros intereses y personas sin el más mínimo regateo.

¿Estamos nosotros preparados y dispuestos a responder al compromiso de Bautismo de la misma forma?