domingo, 15 de enero de 2012

LA BÚSQUEDA SUPONE RESPUESTA

Juan 1, 35-42

Buscar nace en un espíritu inquieto, porque la búsqueda supone camino y movimiento. Quién permanece parado, estático, no halla nada. Buscar supone salir de un lugar para indagar en otro, porque se está buscando, se necesita encontrar respuestas que den soluciones a los deseos más profundo que tenemos.

Por eso, a la menor indicación prende la búsqueda y el camino. ¿Qué buscan?, les pregunta JESÚS cuando advierte que le siguen. Y ellos responden, Maestro, ¿dónde vives? Y JESÚS les invita a que le sigan y lo descubran por sí mismo.

Porque el encuentro con Aquel a quien se busca tiene que ser personal, experimentado y conocido. No basta con oírlo y saberlo, se necesita experimentarlo, y experimentado necesita contagiarlo. Por eso, Andrés, uno de ellos, encuentra a su hermano Simón y le invita a que le acompañe para conocer a JESÚS. Porque el encuentro con JESÚS desprende paz, respuesta a lo que buscamos, y nos llena de gozo y felicidad.

¿Buscamos nosotros a JESÚS? Y cuando lo encontramos. ¿ardemos en deseos de darlo a conocer, de presentarlo a otros? 

Dame, SEÑOR, fuerza, sabiduría y fortaleza para saber encontrarte, entenderte, esperarte y conocerte, para que con la alegría de quien ha visto al que esperaba sepa comunicarlo y darlo a conocer a los que lo buscan y no lo conocen.

sábado, 14 de enero de 2012

EL MEJOR NEGOCIO

Marcos 2,13-17. Jesús salió nuevamente a la orilla del mar;

No cabe duda que siempre, todos, buscamos hacer el mejor negocio. Andamos indagando y buscando la manera de enterarnos que cosas nos son más favorables que las otras. Descubrimos que el estar enterado, informado y preparado nos hace falta para saber donde se consiguen beneficios mejores y como hacerlos producir.

Pues bien, Mateo, el recaudador de impuestos, nos da una lección de cómo conseguir que nuestros esfuerzos y negocios den el 100%. ¡Claro!, aparentemente parece que lo perdió todo, y que peor negocio no pudo hacer, pero ahora, después de tanto tiempo se demuestra que hizo el mejor de los negocios. Incluso, es conocido por casi todo el mundo como un hombre que supo decir "sí" a JESÚS y cambio su vida. 

De tal forma que si los romanos dejaron de recaudar impuesto en un momento dado, él sigue aun recaudando beneficios sustanciosos que nunca acabaran, pues goza de la eterna presencia del PADRE. No hay quien de más.

Y es así, quizás no parezca el mejor negocio, pero ciertamente lo es, porque lo que todos buscamos es vivir eternamente en gozo y paz, y eso sólo se puede lograr en la presencia de nuestro PADRE DIOS. Y el Camino para llegar a ÉL es seguir a JESÚS, lo que hizo Mateo. ¿Somos y estamos nosotros dispuesto a responderle como Mateo? 

Mientras haya vida, hay esperanza, pero no perdamos el tiempo con titubeos y dudas, dejémonos llevar a impulsos del ESPÍRITU SANTO, y pongámonos en camino.

viernes, 13 de enero de 2012

Y HOY ME SIGUE PERDONANDO MIS PECADOS

(Mc 2,1-12) ENTONCES LE DIJO AL PARALÍTICO -CONTIGO HABLO:

No es algo que ocurrió hace ya mucho tiempo, es algo que ocurre todos los días, el miércoles me ocurrió a mí, mis pecados me fueron perdonados en el sacramento de la penitencia. El SEÑOR nos perdona lo que nos puede perder para siempre, los pecados, porque no es la muerte del cuerpo lo más importante, sino la del alma.

Por eso, al SEÑOR es lo que más le preocupa, y viendo a aquel hombre que le ponen delante, lo primero que hace es perdonarle sus pecados. No nos asombre la reacción que tuvieron aquellos testigos presenciales ante la respuesta de JESÚS, porque muchos hoy hacen lo mismo ante la propuesta y el ofrecimiento de perdonarles sus pecados. 

Prefieren la cura del cuerpo antes que la del alma, y valoran el poder de perdonar los pecados si, primero, les cura la enfermedad. Es decir, vamos buscando primero los bienes materiales, y en conseguirlos ponemos nuestra felicidad. Luego, ocurre que con el paso del tiempo observamos que no es así, el cuerpo envejece, se estropea, se debilita y enferma, y amenaza con quedar destruido. 

Importa más salvar el alma, esa alma que está herida por el pecado, y para que sea eterna y gozosa necesita estar pura, limpia y blanca como el agua cristalina que baja por la cascada. Claro, por nuestra terquedad, JESÚS nos sana el cuerpo, como en esta ocasión hace con el paralítico para manifestar su poder y su divinidad. Lo hace para que creamos, pero al parecer para muchos ni eso basta. Pronto se olvidan, como les ocurrió a aquellos leprosos.

Tengamos la actitud y la capacidad de asombro, y dejémonos llevar por el ESPÍRITU SANTO que nos ofrece el camino del arrepentimiento y el perdón. Seamos capaces de aceptar la Misericordia que el SEÑOR nos ofrece, y tengamos la humildad de abajarnos y vernos tal cual somos, pequeños y pobres. Gracias, SEÑOR por tu Misericordia y perdón.

jueves, 12 de enero de 2012

¿CREO QUE PUEDE LIMPIARME?

Mc 1,40-45, ¡Qué grande fe la de este pobre...

Porque detrás de muchos de nuestros actos no hay un convencimiento firme y confiado, sino una prevención de que pueda ser verdad o de dejar una puerta abierta por si acaso. Y es obvio reconocerlo, porque cuando se cree en algo, se empeña uno hasta los ojos, incluso hasta la última gota de nuestra sangre. Y eso, como tiene que ser, lo hizo JESÚS.

Esta reflexión puede servirnos para, reconociendo lo ya comentado, confiar en que seremos siempre perdonados. JESÚS vino para eso. No vino a condenarnos, pues no haría falta, pues ya estábamos condenados, ¡y muy bien condenados! JESÚS vino para perdonarnos, para tomar todos nuestros pecados, pues es lo único que no tiene ni puede tener, y purificarnos con una entrega de muerte hasta la Cruz.

Pero necesita nuestra confianza, nuestro firme sí para convertirnos de agua contaminada a buen vino puro y verdadero. Es el caso del leproso que nos habla el Evangelio de hoy. Creyó porque JESÚS se compadeció de él y sanó su lepra. Pero le advirtió severamente que no dijera nada a nadie. 

JESÚS, humildemente pienso que no quería que se le conociera sólo por su poder de sanar. El resultado fue que más tarde tuvo que huir de la multitud que se agolpaba a su alrededor hasta el punto de sólo buscar el interés material de ser sanados.

JESÚS cuenta con nosotros, quiere nuestra confianza y nuestra fe, y sólo una palabra que le digamos bastará para quedarnos limpios, limpios de la lepra de nuestras apegos, de nuestras comodidades, de nuestros intereses materiales, de nuestras envidias, de nuestras ansías de prestigio, vanidades, soberbia, orgullo, suficiencia, egoísmos.
Tengamos confianza en que ÉL puede y quiere curarnos. Depende de nosotros, pero no como a nosotros nos gustaría o nos parezca que debe hacerlo. Confía solamente, ten fe y paciencia, y espera a que ÉL lo haga como le plazca. Seguro que será de la mejor forma para cada uno de nosotros.

miércoles, 11 de enero de 2012

QUIERE LLEGAR ATODOS LOS LUGARES

Mc 1,29-39

No ha venido para un pueblo ni para unas personas o lugar concreto, su misión es universal y necesita de se anunciada en todos los lugares y a todas las personas. Por eso, JESÚS después de predicar y curar, entre otr@s, a la suegra de Pedro, se toma un descanso y se aparta para hacer oración.

Oración que es necesaria para tomar fuerzas del PADRE, fuerza y sabiduría que te impulsen a dejarte dirigir por la Gracia del ESPÍRITU SANTO. JESÚS nos enseña que descanso, oración y trabajo son acciones necesarias, pero también complementarias y que deben ir acompasadas y al mismo ritmo y nivel.

No podemos caer en la abundancia de la acción, y la escasez de la oración. Ni tampoco en el apego al descanso recortando lo otro. El trípode debe ir igualado a pesar de lo duro y difícil que se hace lograrlo.
Quizás, el Evangelio de hoy puede decirnos mucho a los blogueros católicos: Tenemos la necesidad imperiosa de anunciar el Evangelio, de utilizar este medio poderoso de Internet para llegar a todas partes. Hay, pues, que prepararse para ello, y estamos en el intento, pero también, ya lo hemos recordado, no debemos caer en la trampa de las estructuras y organizaciones que nos anulan, que nos impiden reflexionar, pensar, ver pasar el tiempo junto al SEÑOR, y acariciar su suave brisa, su murmullo sereno y tranquilo, sus impulsos que nos recuerdan que ÉL está con nosotros.

Se hace necesario, sin dejar de ser nin@s, sembrar y abonar la siembra; también cuidarla, pero los frutos no debe importarnos mucho, porque hay un Sembrador más interesado que nosotros de recogerlos, y seguro que a ÉL ninguno se le escapará.

martes, 10 de enero de 2012

INICIO DE LA PROCLAMACIÓN

En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por el...

Es el momento, JESÚS da el pistoletazo de salida. Antes habían pasado treinta pacientes años en los cuales su madurez tanto física como espiritual fue adquiriendo la debida preparación para la misión a la que había sido llamado. Y, entrando el la sinagoga empieza a enseñar.

Y los resultados no se hacen esperar. Se quedan anonadados, asombrados de sus enseñanzas y de cómo lo hace. Sus palabras desprenden firmeza y autoridad. Una autoridad que nace de la actitud de servicio; de la humildad de quien propone y no impone; de la acción de curar y limpiar todas las enfermedades de los que se le acercan.

Su autoridad está testimoniada por la capacidad y poder de expulsar los demonios. Es un Mesías que tiene poder y suaviza y aligera la carga de todos aquellos que le escuchan y le siguen. Es una autoridad nacida del amor y la entrega servicial, que aligera y libera. Es diferente a los demás. Algo nuevo, impactante, asombroso, atrayente...

El mensaje sigue actual, es el mismo: "Preparar la venida del Reino de DIOS", y para ello ha dejado su Iglesia, para que sea la portadora de tan alta y buena noticia. Su fama, a pesar de su oposición, pues aconseja que no digan nada a nadie, es imparable y se extiende por toda la región. JESÚS sigue interpelando a todos los hombres, los de ayer y los de ahora. Les invita a tomar un camino: o con ÉL o contra ÉL.

Desafortunadamente no hay otro camino. Siempre tendremos que decidir CRISTO o mi egoísmo; CRISTO o mi sensualidad; CRISTO o mis placeres... Es imposible encender una vela a DIOS y otra al diablo. No es fácil la misión, y experimentamos que cuesta mucho, se nos hace muy cuesta arriba hasta el punto de parecernos imposible. Estamos tocados, ¡no muertos!, pero si bastante tocados. Nuestra humanidad pecadora es muy fuerte.

Sin embargo, no tenemos que amilanarnos. Hay que confiar y pedir a Cristo la fuerza para dar la cara por Él y por su Reino, del mismo modo que Él dio la vida por nosotros... Dar la cara es no dejarse confundir por las sectas, ni dejar que otros se dejen. Dar la cara es estudiar la propia fe, para dar respuestas convincentes, a cuantos atacan al Papa, al Magisterio y la moral cristiana, sabiendo que sólo en Cristo está la Verdad. Y que sólo Cristo salva...

Dar la cara es la lucha diaria para que sea CRISTO quien habite dentro de nosotros, en el ESPÍRITU SANTO, y nos guíe y nos fortalezca para la batalla contra el pecado. Para ello tenemos la Eucaristía, la Penitencia, la oración, su Palabra...

lunes, 9 de enero de 2012

CONVERTIRSE ES NEGARME YO PARA AFIRMAR A ÉL

Marcos 1:14-20

Algo así debe ser el camino de conversión. No puedo llegar a JESÚS obedeciendo su llamada si no dejo todo lo que me ata. Eso fue lo que hizo  Simón y Andrés, y también Santiago y Juan, dejarlo todo para seguirle.

Realmente que nos ata: dudas, bienes, comodidades, problemas, miedos, poder, riquezas, prestigio, cualidades, honores, privilegios, vanidad, soberbia, familias, salud, descanso, trabajo, cualidades, proyectos, egoísmos...etc. ¡Pues todo eso hay que dejar! Y realmente todo eso cuesta, y cuesta de verdad. 

Pero no hay otro camino, sólo sembrando esa clase de semillas se podrán obtener esa clase de frutos. La naturaleza no podrá hacer otra cosa, y cada uno de nosotros somos parte de esa naturaleza, que sometida a nosotros, está para servirnos si la utilizamos bien.

Ahora, si pretendemos hacerlo nosotros solos con nuestras fuerzas, enseguida observamos que no vamos a poder. Se nos hace difícil nada más pensarlo. Necesitamos ayuda, la Gracia del ESPÍRITU SANTO para, sin dejar de poner nuestro esfuerzo, eso nadie nos lo va a quitar, poder alcanzar la sabiduría, la fuerza de poder vencernos.

Por eso necesitamos a JESÚS, seguirle, porque ÉL es el Camino, la Verdad y la Vida, y sólo en y con ÉL podemos recorrer nuestra vida dejando a un lado todo aquello que nos ata a quedarnos en este mundo.