![]() |
Juan 1, 35-42 |
Buscar nace en un espíritu inquieto, porque la búsqueda supone camino y movimiento. Quién permanece parado, estático, no halla nada. Buscar supone salir de un lugar para indagar en otro, porque se está buscando, se necesita encontrar respuestas que den soluciones a los deseos más profundo que tenemos.
Por eso, a la menor indicación prende la búsqueda y el camino. ¿Qué buscan?, les pregunta JESÚS cuando advierte que le siguen. Y ellos responden, Maestro, ¿dónde vives? Y JESÚS les invita a que le sigan y lo descubran por sí mismo.
Porque el encuentro con Aquel a quien se busca tiene que ser personal, experimentado y conocido. No basta con oírlo y saberlo, se necesita experimentarlo, y experimentado necesita contagiarlo. Por eso, Andrés, uno de ellos, encuentra a su hermano Simón y le invita a que le acompañe para conocer a JESÚS. Porque el encuentro con JESÚS desprende paz, respuesta a lo que buscamos, y nos llena de gozo y felicidad.
¿Buscamos nosotros a JESÚS? Y cuando lo encontramos. ¿ardemos en deseos de darlo a conocer, de presentarlo a otros?
Dame, SEÑOR, fuerza, sabiduría y fortaleza para saber encontrarte, entenderte, esperarte y conocerte, para que con la alegría de quien ha visto al que esperaba sepa comunicarlo y darlo a conocer a los que lo buscan y no lo conocen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario se hace importante y necesario.