miércoles, 31 de diciembre de 2014

EL DON DE LA VIDA

(Jn 1,1-18)

Posiblemente, en estas fechas muchos hagan balance del año que pasa, y propósitos para el que entran. Se intercambian agendas y muchos se proponen nuevos proyectos y renovadas ilusiones. Pero nada permanece y todo pasa. Pasará también este año y volveremos a encontrarnos vacíos si no estamos abiertos a la Gracia de Dios, porque sólo Él llena plenamente y no pasa.

Pocos serán los que adviertan gratitud por el don de la vida. Bien o mal andado el camino, lo importante es que estamos en camino. Gracias Señor por estar vivo, porque estando vivo siempre habrá esperanza de despertar a tu Gracia y a tu presencia. Un año más que hemos atravesado, mal o bien, pero vivos, y tomar conciencia de ello es abrirnos a la esperanza del encuentro con el Señor.

Posiblemente, muchos tendrán sus miradas en los balances y resultados económicos de sus empresas; otros en los proyectos materiales que han dejado a medias; algunos esperaran mejorar económicamente y muchos tendrán la esperanza de mejorar, encontrar trabajo o realizar lo que no han podido hacer este año que termina. ¿Y el Señor? Pocos se acordaran y darán gracias al Señor.

Danos Señor la luz de, sin dejar nuestras ilusiones humanas, que nos agobian y nos invaden, ponerlas en segundo orden y a tu disposición. Eres Tú la Luz que nos alumbra y a la que queremos seguir y obedecer. Organiza nuestra vida y pon cada cosa en su verdadero lugar. Tú, Señor, queremos que seas el Primero.

martes, 30 de diciembre de 2014

EXPRESAR LO QUE EL CORAZÓN SIENTE

(Lc 2,36-40)

No se puede transmitir ni proclamar aquello que no nace dentro del corazón. Sí, lo puedes hacer, pero no llega porque no tiene la fuerza y el convencimiento que nace de dentro, de dentro del corazón. Se hace necesario tener la lámpara llena de aceite para alumbrar tu propio camino y el camino de los que se muevan a tu lado.

Hoy el Evangelio nos habla de Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido, y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del Niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. una profetiza hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido, y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del Niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.

No cabe ninguna duda que la profetiza Ana fue sorprendida vigilante y preparada, y la Gracia del Espíritu le muestra la presencia del Niño Dios. Y llena de gozo y alegría proclamaba y alababa a Dios a todos aquellos que esperaban la redención de Jerusalén. Ahí, por la Gracia del Espíritu, quiero detenerme, porque, sin lugar a duda se nos dice claramente que, aunque el nacimiento del Niño Dios es proclamado a todos los hombres, sólo aquello que lo esperan son los que lo reciben y escuchan.

Es, a mi humilde juicio, la clave de toda espera. Se necesita estar preparado, vigilante y atentos. Así estaba Ana, y así nos dice Jesús repetidas veces en diversas parábolas (las diez vírgenes..., tocad y llamar...) insistir, ser constantes y perseverar son palabras que se oyen mucho en el Evangelio y que nos preparan para acoger la venida del Señor.

Estemos atentos, preparados y perseverantes como Ana para advertir la presencia del Señor cuando se presente en nuestra vida.

lunes, 29 de diciembre de 2014

EDUCADO SEGÚN LA LEY

Lc 2, 22-35

Estaba en el mundo y como tal fue educado. Era judío, pues José y María lo eran, y como buenos judíos, practicantes como diríamos hoy, educaron a Jesús en la ley judía. Pagaron sus impuestos, dos tórtolas o pichones al ser presentado en el templo, y recibió la educación judía como cualquier otro niño judío.

Sin embargo, María conocía el Misterio de Jesús. Había sido elegida y anunciada por el Ángel Gabriel y concebida por Obra del Espíritu Santo. Esperaba, guardando todas esas cosas en su corazón, la hora en que Jesús iniciara la misión de su Padre del Cielo. Tuvieron que ser duro, apasionantes y esperanzadores todos esos años de la infancia de Jesús, que, aunque no se sabe mucho, transcurrieron con mucha normalidad. Jesús crecía en estatura, sabiduría y la Gracia de Dios le acompañaba.

La familia es la célula de la sociedad, y es de vital importancia cuidarla y protegerla. La familia que no se hace, ni se inventa, porque ya viene dada naturalmente por el compromiso del un hombre y una mujer a vivir juntos y prolongar más allá su amor en los hijos. La familia que es escuela de padres y madres en donde los hijos puedan mirarse y formarse. La familia que, agrupadas porque se necesitan, forman los pueblos, que se constituyen en comunidades que se respetan y viven fraternalmente en verdad y justicia.

La familia necesita tiempo, cultivo, cuidados y protección. De no ser así se deteriora y se descompone. Se desvirtúa y se prostituye. Las consecuencias: los pueblos pierden el norte; entran en conflictos; rompen la justicia, viven en la mentira y pervieten sus valores. Se hace necesario vivir en el respeto y la justicia y ser capaces de aceptarnos diferentes, pero no por eso imponer nuestros pensamientos. Simplemente, buscar la verdad, la verdad del bien común. Y eso pasa por dar y darnos lo mejor de cada uno.

Jesús quiso nacer en una familia. Y en esa familia, Jesús, nos revela el camino de las familias. José y María, con Jesús, el Hijo hecho Hombre, señalan el camino que las familias debemos imitar y seguir. Tomar otros no nos sirven, pues los pueblos se destruyen.

domingo, 28 de diciembre de 2014

LA FAMILIA, CÉLULA DE LOS PUEBLOS

(Lc 2,22-40)

Debe tener mucha importancia la familia cuando Dios envía a su Hijo a una familia. Dios prepara una familia para su hijo, y junto a una Madre, elige a un Padre. José y María constituyen la referencia de las familias. Una Virgen, concebida por obra del Espíritu Santo, y aceptada por José movido por el Espíritu, para que formen la familia de Nazaret.

La familia de Jesús cumple con todas las normas instituidas en su tiempo, como una familia cualquiera, y acatan el peso de la ley. La familia que es el eslabón que forman los pueblos, y que hacen que los pueblos vivan en justicia, verdad y paz. La familia que es el mejor proyecto de amor que unen a los pueblos. La familia, el mejor antídoto para erradicar el mal, las guerras, el odio y la venganza de la faz de la tierra.

¿Cómo es posible que se esté tan ciego para no proteger a la familia? ¿Cómo es posible que los gobiernos no adviertan la importancia de la familia? ¡Cómo es posible que los políticos no descubran que la familia es el mejor proyecto político para gobernar una nación? ¿Es que no advierten que si funciona la familia, funciona todo? ¿Es qué no descubren que quien sostiene ahora al debilitado pueblo español es la familia?

Seguramente lo entienden y lo ven, pero sometidos y esclavizados por el Maligno son presa de sus propios egoísmos, ambiciones, intereses y pecados. Y labran su propia perdición engañados por las apariencias de un mundo ficticio, falso y caduco.

Busquemos luz en la Familia de Nazaret para que, liberados de nuestros pecados, seamos capaces de ver la verdadera Luz. Amén.

sábado, 27 de diciembre de 2014

NOSOTROS LLEVAMOS VENTAJA, PUES SABEMOS EL FINAL DE LA HISTORIA

Jn  20, 2-8

Hace dos días, concretamente el jueves, celebrábamos el nacimiento de Jesús, y hoy nos habla el Evangelio de su Resurrección. Sabemos el final de la historia, y eso es mucha ventaja para no aprovecharla. Y lo sorprendente es que no la aprovechamos. Es ahí donde podemos medir la fuerza y el poder del diablo, que nos somete a pesar de que conocemos que el Señor ha Resucitado. ¡Dios mío que ceguera!

Los apóstoles y las mujeres cercanas a Jesús no lo sabían. Claro lo dice Juan, protagonista junto a Pedro del pasaje evangélico, al narrar como María Magdalena les comunica a Pedro y a él mismo que se han llevado el Cuerpo de Jesús. Pensaban que lo habían robado o escondido. Corren temerosos a comprobarlo. El primero, el más joven, sólo se asomó, viendo las vendas en el suelo.

Luego, llega Pedro y entra, y no sólo se fija en las vendas que están en el suelo, sino ve el sudario con el que le habían cubierto la cabeza, enrollado en un lugar aparte. Signo inequívoco que no lo habían robado, porque quien hace eso no se detiene a colocar las cosas cuidadosamente. Entonces entró también el otro discípulo que había llegado primero. Vio y creyó.

Juan nos sirve de testigo con sus palabras (1Juan 1, 1-4) y nos transmite su testimonio para que su alegría sea completa. Conocemos, por testigos, que Jesús, el Niño que el jueves celebrábamos su Nacimiento, tras morir condenado en la Cruz, ha Resucitado. Y eso sólo significa una cosa: Jesús Vive y nos acompaña para que también nosotros, crucificados en nuestras propias cruces, resucitemos

viernes, 26 de diciembre de 2014

SEGUROS ANTE EL PELIGRO

(Mt 10,17-22)

Ante un proyecto cargado de dificultades y peligros, incluso con riesgo de perder la vida, el sentido común aconseja desistir. Y eso parece que se puede desprender de las palabras de Jesús. Pero nada más lejos de la realidad. Jesús nos advierte de las dificultades, pero nos garantiza el resultado y nos anima porque Él va con nosotros y, en Él, superaremos todo peligro, obstáculo y dificultad.

No es un camino, seguir a Jesús, fácil ni cómodo. Supone una lucha constante contra uno mismo y contra los que pretenden desviarte, perseguirte y ponértelo difícil, incluso hasta con amenaza de muerte. Está pasando en estos momentos en casi todas las partes del mundo. Unos lugares más cruentos que otros, pero mueren a diario muchos cristianos que son perseguidos y martirizados.

Concretamente en España, la lucha es dialéctica y política. Se prohibe las clases de religión, se quitan los crucifijos de lugares públicos. Se aprueba la ley del aborto, se impide la educación libre y se excluye la religión del plan educativo. Y se mira con malos ojos a los que se declaran cristianos. Experimentamos con gozo y alegría, ahí está y se ve la fuerza del Espíritu Santo, que las Palabras de Jesús se cumplen, y que, a pesar de los peligros y dificultades, los cristianos no abandonan sino hasta crecen en números.

Sólo nos motiva un deseo inmenso de servir al Señor y de vivir en su Palabra. Y la esperanza de que sus Palabras se cumplirán: Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará».


jueves, 25 de diciembre de 2014

¡SON LOS PASTORES LOS PRIMEROS EN SABERLO!

(Lc 2,1-14

No parece lógico que fuesen a los pastores los primeros en anunciarles el nacimiento del Señor. Un acontecimiento de esa magnitud, ¡no hay nada más grande!, debería ser anunciado a la gente importante de la región y a los principales de mundo. Se trata del Mesías, el Señor salvador del mundo. No concuerda con nuestra lógica.

¿Por qué Dios quiso hacerlo así? No lo sabemos, y menos los que fueron sus contemporáneos. Sin embargo, hoy podemos suponer que tal y como Dios pensó su Plan, lo lógico es que su Hijo, enviado a salvar a los hombres esclavos por el pecado, fuese anunciado a los excluidos y más pobres de aquella época, los pastores. Y digo esto porque más tarde Jesús, el Hijo, nuestro Señor, lo ratifica y afirma al elegir su grupo y al revelarnos su misión.

Jesús siempre intentó pasar desapercibido. Fueron sus hechos y su Palabra las que le complicaron la vida y le descubrieron su presencia. Se fijaron en Él porque molestaba lo que hacía y lo que decía. Eso de curar, de dar esperanza y de predicar igualdad y justicia no les hacía mucha gracia a sus paisanos sacerdotes. Ellos se montaban su religión y su fe de otra forma. Y al parecer les gustaba y no les iba mal.

Jesús nace tal y como va a morir. Sólo le acompañan sus padres y unos pastores al nacer, y en su muerte de Cruz, sólo su Madre, y algunas mujeres y Juan evangelista, pues su Padre había muerto. La historia de su nacimiento marca la misión y el camino que, más tarde, hecho Hombre, recorre proclamando la Buena Noticia.

Por eso, hoy, día en que celebramos su Nacimiento, celebramos la Buena Noticia de Salvación para todos los hombres, pero de manera especial para los pobres, excluidos y marginados.

FELIZ NAVIDAD
a todos los blogueros católicos y a los no católicos. Felicidades
porque el Niño Dios nace para salvar a todos
 los hombre de buena Voluntad.