miércoles, 26 de mayo de 2021

CAMINOS DE AMBICIONES

 

Iban de tras de Él, pero, ¿cuáles eran sus intenciones? Porque, tras acercarse a Jesús le pidieron estar a la derecha e izquierda en su Gloria. Eran los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, que acercándose a Jesús les descubrieron sus intenciones de ocupar los mejores puestos. Y así se lo hicieron saber a Jesús. Ambicionaban poder. Posiblemente, esa intención subyacía en el fondo del corazón de todos.

Por otro lado, sentían miedo mientras seguían a Jesús. No entendía, o quizás no querían entender, que iba a pasar a pesar de lo que les decía Jesús. Sucedía que mientras subían a Jerusalén, Jesús les decía: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, y se burlarán de Él, le escupirán, le azotarán y le matarán, y a los tres días resucitará». 

Sin embargo, ellos hacían otras cábalas y no entendieron nada de lo que Jesús les decía. Y en este contexto, camino a Jerusalén, sucede lo comentado anteriormente. Ahora, nos conviene tomar el lugar de los apóstoles y preguntarnos, ahora en plena actualidad y siglo XXI, ¿nos pasa a nosotros algo parecido? ¿Sentimos miedo de confesarle y proclamarle? ¿Queremos y aspiramos a los mejores y más altos puestos?

Meditemos que se esconde en lo más profundo de nuestros corazones y tratemos de confesárselo sinceramente al Señor.

martes, 25 de mayo de 2021

LA MEJOR OPCIÓN, SEGUIR A JESÚS

 

Mantener viva la esperanza en la promesa de Jesús te ayuda y sostiene firme en la perseverancia de seguirle, escuchar su Palabra y hacerla realidad en la cotidianidad de la vida. Porque, su Promesa tiene cumplimiento a pesar de la oscuridad, la confusión, el desconcierto y las dificultades que el camino te va presentando. Pasan día por tu vida de desconcierto y sufrimiento, pero, siempre la llama permanecerá viva, perenne y encendida.

Tener presente la Promesa de Jesús: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora en el presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros». 

Su Palabra tiene verdadero cumplimiento y es garantía para encontrar fortaleza y esperanza en la lucha de cada día por sostenernos firmes y fieles a esa Palabra del Señor que nos fortalece y nos impulsa. Sin embargo, tendrá que llegar la hora y el día señalado. Eso es innegable, pero, no perdamos nunca de vista que lo único y verdaderamente importante es que cando llegue esa hora final estemos en la presencia del Señor como primera y única opción de nuestra vida.

Sin descartar y conocer que, ese tenerlo como primera opción nos exigirá lucha, persecuciones, sufrimientos y pasión, tal y como sucedió con Jesús. Son las pruebas que descubren nuestra fe y nos llenan de humildad - virtud necesaria - ayudándonos a crecer en el seguimiento del Señor.

lunes, 24 de mayo de 2021

CONSCIENTES DE TU PRESENCIA, SEÑOR

 

Es el momento clave y último de Jesús - encarnado en Naturaleza humana - aquí en este mundo. Crucificado y a punto de expirar, mira a su Madre y, viendo a Juan - el discípulo amado - nos la ofrece como Madre.

¡Qué gran regalo! María, la elegida para ser la Madre de Jesús, el Mesías enviado por el Padre, regalada por su Hijo, Dios y Hombre verdadero, a todos los hombres. Aceptar a María como verdadera Madre es un acto de fe y una hermosa suerte. Porque, nada se puede comparar, después del Hijo, a tener una Madre como María en el Cielo.

Una Madre que nos quiere; una Madre que nos acompaña; una Madre que intercede por cada uno de sus hijos; una Madre que nos fortalece y nos ayuda a confiar en su Hijo; una Madre que nos ayuda a, como dice el Papa Francisco, a dejarnos tocar por su Amor,  para que podamos tocarlo en la fe; una Madre que nos enseña a ser obedientes, a confiar y a perseverar en su seguimiento hasta el final. 

Porque, en el final de nuestros días, Jesús estará también con nosotros a pie de nuestra cruz para liberarnos de la muerte. Gracias Madre por mostrarnos el camino. María, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros. Amén.

domingo, 23 de mayo de 2021

LA PAZ QUE TRAE JESÚS

 

La paz es imprescindible para que la vida surja y tenga sentido. Sin paz no hay vida y, la vida, valga la redundancia, pierde todo su sentido. Sin paz no se puede proclamar ese anuncio de la Buena Noticia, de modo que, lo primero que dice y nos trae Jesús es la paz: Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros».

La paz rompe el silencio del miedo y llena el corazón de alegría y esperanza. También, hoy, sucede lo mismo en aquellos corazones que se abren a la presencia del Señor. El Señor viene y trae su Paz. Una Paz que inunda nuestros corazones, los fortalece y los impulsa a transmitirla. Porque, abrirte a la presencia de Jesús, el Hijo de Dios, es inundarte de paz y amor.

¡Ven Espíritu Santo y enciende nuestros corazones del fuego de tu Espíritu para que seamos capaces de, también con nuestras vidas, encender e iluminar la vida de los demás que caminan y están presentes en nuestro camino!

sábado, 22 de mayo de 2021

UN SEGUIMIENTO PERSONAL

 

A la hora de seguir a Jesús pensamos que debemos hacerlo fijándonos en éste o aquel otro que nos sirve de modelo por ser un buen creyente. Y es bueno que nos fortalezcamos los unos con los otros, pero, esa no debe ser nuestra tendencia ni referencia para orientar nuestro seguimiento al Señor Jesús. No se trata de eso, sino de consolidar una actitud de seguir a Jesús teniéndolo como modelo. Es eso lo único importante, estar permanentemente a su lado tratando de amarle, porque, como decíamos ayer, el amor es lo único importante.

El seguimiento de cada cual es, y debe ser, un seguimiento personal, característico de cada uno según sus cualidades y talentos recibidos. No nos sirve el seguimiento de otro - si nos ayuda y fortalece su testimonio y ejemplo - con sus propias cualidades recibidas. Dios conoce las mías y la de todos. Por tanto, sabe qué y hasta dónde puedo llegar.

La actitud y la buena intención, la limpieza de corazón y un compromiso profundo son las características que debemos tener como denominadores común en el seguimiento de Jesús. Luego, Jesús, el Señor, sabe qué y cómo puedo yo seguirle. Esa es nuestra reflexión, personal e intransferible, porque, para Dios somos únicos e intransferibles.

viernes, 21 de mayo de 2021

UN AMOR CONDICIONADO A NUESTRA RELACIÓN CON LOS DEMÁS

Jn 21,15-19

Amar a Dios está plenamente relacionado con nuestro amor al prójimo. De modo que - todos lo sabemos - amar a Dios y al prójimo forma digamos, por ese orden, el primero de los mandamientos. Será inconcebible e incomprensible decir que amamos a Dios si no amamos al prójimo. Por tanto, nuestro amor a Dios viene condicionado por nuestro amor a los demás.

Digamos, que por repetirlo no sea, que nuestro amor a Dios tiene su fundamento en nuestro amor al hombre. O lo que es lo mismo, mentimos si apoyamos nuestro amor en simples palabras y actos de piedad eludiendo nuestra relación o preocupación con los más necesitados. Por tanto, el amor a nuestro Señor se manifiesta y prueba en nuestro amor al prójimo. Ese prójimo que tenemos al lado y manifiesta carencias tanto materiales como espirituales necesarias para el equilibrio y sentido de su vida.

Todo depende del amor hasta el punto que definimos a Dios como Amor. Dios es amor, decimos, y nosotros que venimos de Él somos también amor. Un amor que Jesús, el Hijo de Dios, interpela en el Evangelio de hoy por tres veces a Pedro. Y un amor que está supeditado y condicionado al amor a los hombres y mujeres de este mundo. Porque, si dices amar a Dios, lo demuestras en la medida que amas a tus hermanos.

jueves, 20 de mayo de 2021

EL AMOR NEXO DE UNIDAD

 

Si el mandato de Jesús es uno: "Ámense los unos a los otros", la consecuencia de ese amor es la unidad. Porque, dos o más que se amen permanecen unidos. En consecuencia, Jesús quiere y pide al Padre que seamos uno, tal y como Él y el Padre son uno. Nuestra referencia y modelo es la Santísima Trinidad, un solo Dios en tres Personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y es que de la unidad del Padre y el Hijo, brota ese Amor que se manifiesta en el Espíritu Santo. Ese mismo Espíritu que ha bajado sobre nosotros a la hora de nuestro bautismo.

Jesús le pide al Padre, no solo por los que le ha dado, sino también por todos los que crean en Él a través del anuncio de los que Él ha enviado - los apóstoles -. Pide, como decíamos ayer, por todos nosotros, y, en consecuencia, también por todos los que crean a través de nosotros. De ahí nuestra gran responsabilidad nacida desde nuestro compromiso bautismal.

No se trata ni es cuestión de recetas, sino de planteamientos personales a la luz del Espíritu Santo: (Jn 17,20-26): En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre santo, no ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que...