viernes, 19 de julio de 2013

SE HACE HOMBRE PARA SALVARNOS

(Mt 12,1-8)


No viene Jesús a darnos una tabla de leyes que cumplir, y cumplidas se ha acabado la historia. No, Jesús viene a dar prioridad al hombre por encima de todo lo creado, y a proclamarle que es la criatura mimada y querida por el Padre, que envía a su único Hijo a decirles que los ama hasta ofrecer la vida de su único Hijo.

Todo está en función del hombre y para bien del hombre. Nada está por encima, y así, las cosas son para ser utilizadas buenamente para el provecho del hombre. No se puede supeditar a la norma, ni a leyes que lo esclavizan y lo rebajan a un segundo plano. El hombre es la criatura amada por Dios, y tanto es su Amor que entrega a su único Hijo a una muerte de cruz para redimirle y salvarlo.

Está fuera de toda duda que las leyes están para cumplirla, pero nunca pasando por encima del bien del hombre. Una ley que subordina o esclaviza o hace al hombre dependiente de ella, es una ley que debe abolirse, quitarse o saltarse, pues es el hombre el centro del Amor de Dios. 

El Señor nos enseña, con su Misericordia, a tomar conciencia de nuestros pecados, pero también a darnos cuenta que los demás, de nuestra parte, también necesitan comprensión y perdón como nosotros.

jueves, 18 de julio de 2013

¿CUÁL ES TU YUGO, SEÑOR?


(Mt 11,28-30)

Porque el Señor nos invita hoy a tomar sobre nosotros su yugo y aprender de Él que es manso y humilde. Pero también nos promete que hallaremos descanso para nuestras almas, porque su yugo es suave y su carga ligera.

No cabe duda que su yugo significa remar contra corriente, porque el mundo busca un yugo personal, hecho a medida de cada uno. Y la medida de cada uno se apoya en el bienestar personal indiferente a los demás. Un bienestar egoísta que busca la comodidad, la seguridad, el placer, riqueza y poder donde encontrar ser feliz. 

Seguir a Jesús supone aceptar su Plan de vida y cargarlo, y eso implica amar sin condiciones olvidándome de mí y dándome a los demás. Sí, el yugo se hace duro y pesado, pero Jesús no nos deja solo, va Él con nosotros y nos lo hace ligero y suave. Ese es el reto, caminar en la fe y la esperanza de saber que Jesús tiene Palabra de Vida Eterna.

miércoles, 17 de julio de 2013

LA SABIDURÍA ESTÁ EN TI



(Mt 11,25-27)

El mundo no lo cree así, pues estima y valora más según los títulos y la importancia de los conocimientos humanos. Para hacerte oír necesitas tener títulos y prestigio. Prestigio que te viene dado por los hombres, que solo escuchan lo que viene de los hombres, de los hombres según el valor que ellos mismos se dan.

Sin embargo, la verdadera sabiduría viene de Dios. Dios que es la Verdad Absoluta y que la da a la gente pequeña y sencilla. Vemos, pues, que ocurre lo contrario de los criterios del mundo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».

No son los hombres los que tienen y saben de la Verdad, sino a quienes el Hijo se lo quiere revelar. Por eso, hablar en verdad requiere mucha humildad y saberse instrumento del Hijo que en el Espíritu que nos asiste nos revela el Camino, la Verdad y la Vida. 

Cuidado con aquellos que se erigen en portadores del saber y de la verdad alejándose del verdadero Espíritu que con el Padre y el Hijo contienen la Verdad Absoluta.

martes, 16 de julio de 2013

LAS TINIEBLAS NO CESAN DE DISTRAERNOS


(Mt 11,20-24)


La mentira alumbra la oscuridad porque no tiene luz de verdad. Y en la oscuridad nuestro camino es inseguro, confuso, dubitativo, inestable, perdido y falso. Falso porque no conduce a ningún lugar, se pierde en el vacío y nos precipita a la perdición.

Se presenta encumbrado en apariencia de maravilla, de felicidad, de promesas vanas y superfluas, pero no esconde sino perdición y muerte. Por eso, la Verdad tiene que ser proclamada para que no haya nadie que la ignore. Porque, aquellos que, porque la verdad no llegue a ellos, se vean precipitados al vacío, tendrán un juicio con menos rigor que los que rechazan la Verdad que les ha sido revelada.

Hoy, Jesús nos dice: «¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido. Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras».

Es nuestra responsabilidad abrir nuestros ojos, al menos pedírselos a nuestro Padre Dios, para acoger con humildad y confianza la Palabra que Jesús nos revela, y en Él ser fortalecidos para vivirla y cumplirla.

lunes, 15 de julio de 2013

NO BUSCAMOS AMARNOS, SINO NEGARNOS

(Mt 10,34--11,1)

Esa es la cuestión, la búsqueda de nuestra propia negación. No se trata de encontrarnos con una vida más cómoda, más placentera y ausente de problemas, sino todo lo contrario. Jesús significa complicarse la vida, complicarse por los demás. Jesús significa vivir entre los que te enemistan, entre los que exigen tu perdón y tu propio olvido. Seguir a Jesús es vivir enfrentado por amor y en el amor entre los demás.

Y eso supone un seguimiento total. No puedes detenerte en tu padre, madre, hijos o hermanos. Nada ni nadie puede interponerse en tu camino hacia el Señor. Si así ocurre, se nubla el camino y se pierde la estela que alumbra tu seguimiento. Y sin Él nada tiene sentido.

Seguir a Jesús nos presenta un camino de contradicciones. Por un lado, nuestro propio ego nos inclina a buscar nuestras satisfacciones, nuestras apetencias e ir en sentido contrario nos supone esfuerzo. Olvidar todo eso cuando lo sentimos en nuestro cuerpo nos complica la vida, y darnos, matando nuestra soberbia, nuestra codicia y egoísmos, termina por matarnos.

Pero ese es el camino, morir a nosotros mismos. Quien se olvida de sí mismo y se da, gana la verdadera vida, más quien piensa en él y se procura su bienestar, la pierde. Así de duro y claro. El camino es darse como lo ha hecho nuestro Señor Jesús. Nos cuesta, es verdad, pero se puede si el camino lo hacemos con Él. Lo malo es querer recorrerlo nosotros solos.

¡Pero lo más sorprendente, detrás de esa negación encontramos lo que buscamos: la felicidad eterna!

domingo, 14 de julio de 2013

EL AMOR SE NOTA

(Lc 10,25-37)

No es, el amor, algo que se dice, se rumorea, se habla y nadie lo ha visto. No, el amor es algo que se nota en gran manera y se nota hasta el punto de producir efectos tan maravillosos como que cambia la vida de cualquier persona. Así, el amor que el Padre nos tiene a cada uno de nosotros, por insignificante que nos creamos, es tanto que nos hace importantes, grandes y dichosos hasta la eternidad.

Un amor que desborda hasta el punto de derramarse y contagiar a otros. Sólo si no nos llenamos en abundancia seremos capaces de no derramarlos e interrumpir la cadena de contagiar amor del bueno, del que nos transmite Jesús. Hoy, en su Palabra, nos transmite como hemos de vivir ese amor, y a través de la parábola del buen samaritano nos sienta el criterio de cómo hay que amar.

Pero, ¡abramos los ojos en el Espíritu Santo!, para darnos cuenta que cada día y a cada instante hay muchos prójimos que necesitan la asistencia de un buen samaritano. Porque soy un buen samaritano cuando estoy atento y respondo al saludo de los demás; cuando tomo conciencia que con quienes me relaciono son hermanos en Xto. Jesús, y reclaman todas mis atenciones; porque también, con y en nuestros blogs, damos nuestro servicio, nuestro tiempo, nuestro apoyo y compartimos nuestra fe... Hay muchos momentos de nuestro cada día en los que podemos ser un buen samaritano.
 


sábado, 13 de julio de 2013

DISCÍPULOS Y MAESTROS

(Mt 10,24-33)


Señor, si Tú has sufrido hasta una muerte de Cruz, y todavía hoy continúas sufriendo mis ofensas y también mis indiferencias; mis apegos y comodidades... ¿cómo pretendo yo tener un camino más cómodo? ¿Acaso soy mejor que Tú? ¿Acaso merezco más que Tú? ¿Acaso puede el discípulo y esclavo ser más que su maestro?

Descubre en mi corazón Señor la luz que ilumine mi vida para comprender que mi verdadero camino es un camino de Cruz como el Tuyo. Y dame la fortaleza de asumirlo y aceptarlo; de compartirlo y vivenciarlo en mi vida, porque amaré en la medida que serviré a mis hermanos.

Y para servir hay que igualarse porque, si estás por encima o por debajo difícilmente podrás servir. Mejor serás servido o servirás por obligación. El servicio se hace servicio cuando es desinteresado y gratuito, porque esa actitud revela que es por amor. De nos ser así es servidumbre por trabajo.

Lo que queda es lo que perdura, y nada perdura sino el amor. En el recuerdo permanecen los actos buenos que hacen las personas. Se habla de ellas, no por lo que han tenido sino por lo que han hecho de bueno, y es eso, el amor, lo que nos hace feliz. Por eso, solo seremos felices en el Amor de Dios y cuando descansemos en Él.