sábado, 7 de octubre de 2023

CONFIADOS Y ESPERANZADOS EN NUESTRA LLEGADA A ESTAR JUNTO AL SEÑOR.

Es una evidencia que cuando no dependemos de los resultados experimentamos una paz que llena y serena todo nuestro espíritu. Es evidente que nos sentimos otro, sereno y tranquilo y lleno de gozo y esperanza. Y eso es lo verdaderamente importante, tener plena conciencia de que Dios, nuestro Padre, está en y con nosotros y que aguarda nuestra llegada para la que nos tiene preparado – Jn 14, 2 – un lugar inimaginable y maravilloso.

Nuestra alegría no debe apoyarse en los resultados y éxitos de nuestro apostolado, sino en saber que nuestros nombres están en el Infinito Corazón de nuestro Padre Celestial. Es ahí donde debemos apoyar y fundar nuestra alegría y nuestro gozo. No se trata de alegrarnos, que sí y nos gusta, en el poder que tengamos venido de nuestro Padre Dios, sino en su Infinito Amor Misericordioso, que nos salva y nos libera de la esclavitud del pecado.

Somos afortunados porque somos hijos de Dios por su Voluntad. Una filiación que no merecemos ni posiblemente entendemos. Una filiación que nos hace coherederos con el Hijo, que nos ha rescatado y redimido por su infinita Pasión y Muerte ganando para nosotros esa dignidad de hijos perdida por el pecado.

Una filiación que creemos y que nos fortalece hasta el punto de sabernos verdaderos hijos que, por y a través del Bautismo, tenemos inscritos nuestros nombres en el Corazón Infinito del Padre. Y pase lo que pase, si perseveramos y, asistidos en el Espíritu Santo, nos mantenemos firmes, nuestra Casa estará junto al Padre en el Cielo para toda la eternidad. ¿Hay dicha y gozo mayor?

viernes, 6 de octubre de 2023

NO BASTA CON ESCUCHAR Y CONOCERLO

Posiblemente el hecho de estar cerca de Jesús, conocerlo y escuchar su Palabra sea una gran desgracia para nosotros si no le abrimos la puerta y hacemos oídos sordos a su Palabra. Será una gran tragedia que cuanto más le conocemos más indiferentes seamos a dar respuesta a su Palabra. No nos basta con escuchar, incluso estar de acuerdo pero quedarnos tibios y a medio camino, entre Pinto y Valdemoro. Esa será la mayor desgracia que podamos tener.

Necesitamos esforzarnos, abrirnos a su Palabra y al reto diario de imitarle. Claro, nunca desde nuestras simples fuerza humanas sino desde la acción del Espíritu y la disponibilidad de estar injertado en todo momento en Él. Porque, ¿cuántos signos, consejos, enseñanza, milagros, catequesis y oportunidades de profundizar y responder de forma comprometida y seria a nuestro compromiso bautismal hemos desaprovechado y mostrado indiferentes sin ningún atisbo de respuesta?

No basta ni significa que, a pesar de ser bautizados y tengamos todas esas oportunidades y privilegios, sea ya suficiente para «escalar el cielo». Siempre que no haya un encuentro que derive en una auténtica conversión. Posiblemente, no miremos con ojos de compasión a Tiro, Sidón y Cafarnaúm sino preguntémonos si realmente no estamos nosotros en la misma situación que estuvieron ellas.

¿Acaso nosotros, que hemos oídos hablar tanto de Jesús, que sabemos de sus milagros y Palabra, y que vamos con frecuencia a la celebración de la Eucaristía, somos mejores que aquellos ciudadanos que vivieron en Tiro, Sidón y Cafarnaúm? ¿Somos capaces de respondernos? Es ahí donde debemos ahondar y reflexionar. No nos basta simplemente con conecerle y escucharle sino que necesitamos dar cumplimiento y vida a esa escucha.

jueves, 5 de octubre de 2023

PEDIR, BUSCAR Y LLAMAR PARA SATISFACER NUESTRAS NECESIDADES.

Cuando pedimos estamos reconociendo nuestra condición de necesitados y de pecadores porque solo piden aquellos que tienen necesidad y los que necesitan perdón por sus errores y pecados. Y el Señor nos ofrece su Misericordia que nos libera y nos salva. Vivimos por la Gracia de Dios y somos liberados de la esclavitud del pecado por su Misericordia Infinita.

Por tanto, se nos dice en el Evangelio de hoy: (Mt 7, 7-11) En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le …

Jesús, el Hijo de Dios, nos trae la Buena Noticia de parte de su Padre: Dios, que nos recibe y nos quiere como hijos, y lo somos a través del Bautismo, nos revela su Amor Misericordioso e Infinito de salvación. Nos llama a que le pidamos, a que le busquemos y le llamemos para darnos con Amor Misericordioso todo lo que necesitamos para hacer su Voluntad en este mundo que nos toca vivir y que trata de seducirnos, engañarnos, esclavizarnos y perdernos.

Al mismo tiempo damos gracias a Dios por todo lo que tenemos y hemos recibido y le pedimos la fortaleza para poder conservar y trabajar con eficacia esta tierra y sus frutos para el bien de todos. Hoy que la tecnología nos permite obtener recursos sin grandes esfuerzos, te pedimos, Padre Bueno, que nos de la humildad de reconocernos deudores de tu Gracia y te pedimos el don de la fraternidad y convivencia fraternal para que los beneficios obtenidos sean repartidos en y para bien de todos los hombres.

miércoles, 4 de octubre de 2023

NO SE TRATA DE MARCAR UN RUTA DE SEGUIMIENTO, SINO SIMPLEMENTE SEGUIRLE. Él TRAZA EL CAMINO.

No es cuestión de deseo o de querer. Se trata de compromiso y de dejarse guiar. No obstante Jesús lo ha dicho en algún momento:  Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Seguirle implica pues ir detrás de Él. Será Él quien marque el ritmo, dé las pautas y ponga los objetivos. Él es el Reino y en El está la misión. Seguirle es cuestión y decisión suya. Es Él quien llama y envía. Y tanto tú como yo somos los llamados y enviados.

Llamados a muchas misiones diferentes. Ya lo dice Pablo en – 1ª Corintios 12, 10 – cada cual ha recibido según y de acuerdo con su misión. Tú, como también yo, debemos, si queremos seguirle ponernos detrás de Él y será su Espíritu quien nos irá guiando por el camino que el Señor quiere y nos llama.

Porque, será Él quien ponga las condiciones y exija el vivirla tal y como Él las vivió hasta el extremo de entregar su Vida en una muerte de cruz. Sin embargo, hay un peligro que en la mayoría de las ocasiones nos arrastra al abandono, a perder de vista la verdad y el rastro del Señor. Hablamos del servilismo que no de servicio.

El servilismo nos lleva al sometimiento del otro y a anular nuestra personalidad quedando a merced de la autoridad del que servimos. Nada de eso, se trata de vivir en la verdad, en la justicia, en el respeto y libertad de los derechos de todos. Preferentemente de los más indefensos, pobres y excluidos. Eso nos lleva a poner el amor y misericordia como bandera de nuestra misión y objetivo de nuestro servicio. Sin olvidar que nuestro camino debe estar asistido, acompañado y supervisado por y en el Espíritu Santo. Es El quien nos fortalece, nos ilumina y nos da la fuerza, voluntad y energía para cumplir esa hermosa misión de amar misericordiosamente como nos ama nuestro Señor Jesús.

martes, 3 de octubre de 2023

DISPUESTO A ASUMIR LO QUE VAYA ACONTENCIENDO EN EL CAMINO DE SU MISIÓN SALVÍFICA

Esa es la cuestión que Jesús cumple con firmeza, libertad y firme decisión: «Vivir y asumir libremente y confiado la misión que el Padre le ha confiado». Y es también para nosotros. Seguirle nos compromete a vivir asumiendo nuestras circunstancias y cruces. Porque, las cosas buenas, agradables y dulces todos las sabemos asumir y aceptar. Es verdaderamente la cruz la que nos examina y descubre realmente nuestra medida de amor.

Nos toca a nosotros emprender el mismo camino salvando, claro está, las diferencias. Cada cual tiene una misión y una mochila con lo suficiente – cualidades y talentos – que ha recibido para llevarla a cabo. Y un camino que recorrer, su larga o corta vida. Conviene, pues, aprovecharla y no desparramarla innecesariamente en cosas vanas y caducas. El camino se hace corto y perder nuestro tiempo es oro mal empleado.

La vida nos irá presentando los acontecimientos que nos ayudaran a cumplir con nuestra misión. Misión que no es otra sino vivir en la Voluntad del Padre. Y digo «vivir» porque no se trata de cumplir sino de vivir, experimentar y hacer la voluntad del Padre. Ese Padre del que hemos visto que el domingo pasado nos mandaba a trabajar en su Viña. La Viña del mundo en que vivimos haciendo precisamente su Voluntad.

Una Voluntad que no es nada fácil cumplirla. Una Voluntad que se hace incómoda, comprometida, complicada y llena de dudas que nos confunden y nos amenazan con abandonar ese mandato. Aquel hijo de la parábola del último domingo rechazó el mandato de su Padre. Más tarde comprendió que la Voluntad de su Padre es lo mejor para él y lo que más le convenía. Un Padre Bueno nunca pide ni exige nada malo para su hijo. Al contrario siempre le da lo mejor y lo que más le conviene. Y, le hijo, rectifica y obedece.

Pero, posiblemente nos identificamos con el otro hijo, aquel que guarda las apariencias delante de su Padre, quizás por miedo a que no le riña, pero no obedece. Antepone primero su voluntad, sus perezas, sus caprichos que la Voluntad del Padre. No se siente identificado con su Padre ni cercano a Él. Tampoco confía en su Amor Misericordioso ni en su Bondad Infinita. Vive en las apariencias y en la mentira.

Pensemos: ¿No es lo más acertado confiar en ese Padre Bueno que nos amar hasta el extremo de entregar a su Hijo predilecto para liberarnos de la esclavitud del pecado?

lunes, 2 de octubre de 2023

DIOS SE ESCONDE EN LO PEQUEÑO Y DÉBIL

Una y mil veces Jesús repite que ha venido a redimir a los pecadores. Una y mil veces nos muestra su Infinita Misericordia, y, una y mil veces su Infinito Amor queda probado hasta el extremo de entregar su Vida por cada uno de nosotros. De modo que no hay ni queda ninguna duda, Jesús ha venido a salvarnos, pero de manera preferente a los más pequeños, desvalidos y pobres. A aquellos que no tienen defensa ni voz, pensemos en los niños vivos dentro del vientre de sus madres, y a los que, necesitados de todo, esperan su Amor Misericordioso que les salve de la esclavitud del pecado.

Es evidente que debemos tener un corazón de niño para humildemente rendirnos y abrirnos a su Amor Misericordioso. Con el tiempo y los años, el corazón del hombre se ha ido endureciendo y, ahora se rebela contra su Creador. Ya no le basta su Palabra, ni siquiera sus milagros. Exige pruebas que le satisfaga y que le demuestra cuando le apetezca que su Dios es un Dios de Poder Infinito y Creador de todo lo visible e invisible.

Quiere imponer su voluntad y su razón. Su corazón ha dejado de ser dócil y creer en lo que le dice su Padre. Ya ha crecido y se cree fuerte y suficiente. No está dispuesto a creer sino en lo que ve y su razón le asiste. No se fía de su Padre Bueno. Ya no es aquel niño confiado en la bondad de su padre que le buscaba todo lo mejor para él y le defendía de todo peligro. Ahora es él el que lleva la voz cantante.

Y se vuelve a equivocar. Mientras su corazón – nuestros corazones – no vuelva a ser como cuando era niño – es decir, confiado, sabiendo que su padre siempre le buscará y dará lo mejor y que lo que le propone es su felicidad – se perderá y errará el camino de salvación. Mientras no se de cuenta de que la propuesta de su Padre es la mejor y la única que le conviene seguirá rechazándole y apostando ciegamente por esté mundo y sus ambiciones caducas y de perdición.

domingo, 1 de octubre de 2023

NO BASTA CON TU PALABRA, NECESITAS OBRAS QUE LA CONFIRMEN.

Es evidente que los actos y prácticas de piedad no tienen ningún valor si van desencarnados de los actos propios de cada día en tu vida natural y ambiental. Si tu perdóname como perdonas a los que te ofenden no tiene reflejo en las relaciones de tu vida en tu familia, trabajo y vida social, estás mintiéndote a ti mismo y mintiendo a todo el que te conoce.

A Dios nunca le podrás mentir. Eso sí, tu relación con Él será poca cuando lo que dices no lleva ni tiene relación con lo que haces. El Evangelio de hoy nos pone claramente ese ejemplo: (Mt 21,28-32): En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Llegándose al primero, le dijo: ‘Hijo, vete hoy a trabajar en la viña’. Y él respondió: ‘No quiero’, pero después se arrepintió y fue. Llegándose al segundo, le dijo lo mismo. Y él respondió: ‘Voy, Señor’, y no fue.» ¿Cuál de los dos…

¿A ti que te parece? ¿Cuán es tu opinión? Lo importante también para cada uno de nosotros es que nuestra vida esté también en sintonía con nuestra palabra. Si es así terminaremos haciendo el bien porque siempre la palabra dicha con honor tiende a ser honesta, verdadera y cumplida. Posiblemente estaremos en el primer caso que son quienes albergan esperanza de recapacitar, darse cuenta y cambiar el rumbo de su vida en aras de la Verdad, la Vida, encontrando el verdadero Camino.

Nos preguntamos, ¿estamos nosotros en esa dinámica?