martes, 16 de abril de 2013

TODO A NUESTRA MEDIDA

(Jn 6,30-35)


La razón de nuestra incredulidad se esconde en querer una religión hecha a nuestra medida y a nuestra comodidad. Queremos que las cosas sean según nuestras apetencias e intereses, y lo que no sea así lo rechazamos. Es nuestra razón acomodada y materialista la que nos guía, y todo queda sometido a ella.

Nos interesa saciar esa hambre de nuestro cuerpo, esos gustos de nuestras pasiones y, por lo tanto, nuestro deseo es acomodar todo a esas apetencias. Y todo lo que no sea así lo rechazamos. No importa las obras realizadas y vistas que nos exigen respuestas de amor, de sacrificio, de compartir. 

No, nuestro deseo es emprender un camino menos exigente, más cómodo, más lleno de satisfacciones materiales y egoístas. Queremos dar satisfacción a nuestro apetito y neciamente despreciar el modo de conseguir el fin. Queremos soluciones a nuestros problemas materiales, pero nada de creer en Jesús. De Él solo importa lo que podemos conseguir.

Y hoy, ¿qué ocurre? ¿No nos pasa lo mismo? Queremos una religión cómoda, hecha a medida y que no exija compromiso. Cuando se habla de darse, de olvidarse de sí mismo y ponerse en función de los demás, todo atisbo de fe desaparece. No queremos cuenta con el desapego y el desprendimiento.

Esa es la razón por la que nuestra fe se nos esconde: no la dejamos nacer, pues la matamos al no dejar morir la semilla de nuestro corazón y cuidarnos de crecer nosotros mismos ahogando a los demás. El amor necesita morir primero, para luego dar paso a la vida compartida y dada. Esa es la luz que nos alumbra y lo que esconde la Cruz de Xto. Jesús. Tomar nuestra cruz es amar como Xto. nos ama.

lunes, 15 de abril de 2013

¿QUÉ ALIMENTO BUSCAMOS?

(Jn 6,22-29)


No nos es muy difícil descubrir cuál es nuestra primera prioridad. Sabemos lo que buscamos sin ningún temor a equivocarnos: "La felicidad". Ahora, ocurre que no nos ponemos de acuerdo dónde buscarla y cada uno intenta buscarla según sus ideas, sus intereses y su forma de entender la vida.

También es verdad que no nos gusta que nadie nos imponga nada, y estamos inclinados a desobedecer y a hacer lo contrario de los que se nos dice. Es decir, nos cuesta mucho creer, y solo nos movemos por aquello que de forma rápida y satisfactoria nos sacia y nos satisface.

Es el caso de los que siguen y buscan a Jesús. Lo hacen porque Él les ha saciado su hambre y les ha dejado satisfecho materialmente. Y Jesús les descubre que ese alimento es temporal, que volverán a tener hambre y que se trata de un alimento perecedero. Les invita a buscar el alimento espiritual, aquel alimento que permanece para la vida eterna.

Porque ese es el alimento verdadero e importante y el que realmente interesa buscar. De nada nos sirve estar bien alimentado por un corto tiempo. Buscar y alimentarse de aquello caduco es perder el tiempo y malgastarlo en aparentes tesoros que son falsos y efímeros. Lo que importa es buscar la vida eterna en ese alimento que Jesús nos ofrece y que nos da la salvación en gozo y felicidad para siempre.

domingo, 14 de abril de 2013

JESÚS SE HACE PRESENTE, LE NECESITAN


(Jn 21,1-19)

La presencia de Jesús da ánimo y les va preparando para la misión a la que serán encomendados. Sin Jesús todo queda vacío y sin contenido. Cunde la desilusión, el desánimo y la desesperanza. Hay que matar el tiempo y volver a la pesca, a la rutina de la pesca para el sustento y, en este caso, como distracción para matar el tiempo. La sombra de los de Emaús está rondándolos.

No hay pesca porque sin el Señor nada se puede hacer. Y Jesús se hace presente, renace la vida y la esperanza, y abundan los peces. La pesca se hace realidad porque con Jesús hay pesca. Hay pesca y rescate del hombre viejo al hombre nuevo.

Con el Señor todo es diferente y todo se hace posible. La paz y la alegría invade nuestro corazón y nuestra cruz se hace ligera, soportable y hasta gozosa. ¡En Él podemos ser pescadores de hombres! Primero, dejándonos convertir por la acción del Espíritu Santo, y segundo, llevando esa Luz del Espíritu a los demás. Sí, en Jesús, nuestro Señor, somos pescadores de hombres, porque, por su Gracia y en su Gracia, damos testimonio y proclamamos su Palabra y Mensaje de Salvación.


sábado, 13 de abril de 2013

INCAPACES DE VENCER

(Jn 6,16-21)


Ante tanta tentación y tanta debilidad por nuestra parte nos sentimos incapaces de continuar el camino. El camino que siguió Xto. Jesús, y el estilo de vida que Él vivió y enseñó a todos aquellos que le siguieron. Sentimos miedo, incapacidad y nos falta fuerza y voluntad. E incluso nos falta fe y confianza en el Señor.

Quizá por eso Jesús se nos aparece caminando sobre las aguas. Una manera clara de hablarnos de su dominio sobre todas las cosas, y de que con Él nada tenemos que temer. Nos anima a confiar en Él y a vencer el miedo de ser vencidos. Él es el Señor de cielos y tierra, y en Él estaremos seguros de vencer.

Jesús es el ejemplo. Él ha vencido al mundo y nosotros en,por y con Él venceremos también. Sabemos de nuestras debilidades, de nuestras limitaciones y de que, por nosotros, nada lograremos, pero no estamos solos, Jesús está con nosotros y es Él mismo quien nos alienta y nos invita a confiar en Él y no tener miedo.

Nos ha dejado el Espíritu Santo para que nos guíe y nos fortalezca. En el Espíritu seremos asistidos e iluminados y por Él daremos frutos abundantes para Gloria de nuestro Padre Dios.

viernes, 12 de abril de 2013

UN PANORAMA DESOLADOR

(Jn 6,1-15)

No por lo que ven nuestros ojos, sino por la esperanza y la fe en el Espíritu Santo que nos impulsa y nos mantiene firmes y constante en el camino. Son muchas bocas hambrientas a la que no damos abasto, no tanto del alimento corporal, que se puede remediar, sino del espiritual, al que no parece estar apetentes.

Hay hambre, pero más del corporal que espiritual. Y cuando no hay hambre, más difícil será dar de comer. ¿Cómo despertar esa hambre y cómo dar de comer? Han pasado dos mil años y todo sigue igual o casi igual. No sabemos qué hacer ni cómo dar de comer a tanta gente el verdadero alimento, el espiritual, ese alimento que quita el hambre para siempre.

Todo está en tus Manos, Señor, y esa es la esperanza que nos sostiene y nos alienta. Tú si sabes que hacer y como despertar el hambre en los hombres. Confiamos en Ti y ponemos todo nuestro empeño y trabajo en tus Manos. Sabemos de tu poder y sabiduría y de tus obras, pero sobre todo de tu amor y de tus deseos de salvarnos. Y confiamos en que nos des el alimento verdadero que necesitamos para saciar nuestra hambre.

Por eso, Señor nuestro, te seguimos, estamos a tu lado, permanecemos en tu Palabra y confiamos en tu Misericordia, porque solo Tú eres el único y verdadero alimento que nos dará el gozo y la felicidad eterna que buscamos.

jueves, 11 de abril de 2013

EN EL MUNDO, PERO NO DEL MUNDO

(Jn 3,31-36)

La realidad está ante nosotros. Somos del mundo, pero no de y para este mundo. Pertenecemos a otro mundo, al Mundo de los hijos de Dios. Para eso ha venido Jesús, el Hijo de Dios vivo, para pagar, con su vida, el rescate por nosotros y abrirnos las puestas del Reino de Dios.

Es evidente que el hombre persigue la vida eterna, y eso, porque el Padre Dios sabe lo que quieren sus hijos, su Hijo único, nuestro Señor Jesucristo, nos lo ofrece en nombre del Padre: «El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en su mano. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la cólera de Dios permanece sobre él».

No se podrá decir más claro para que no haya ninguna confusión. El hombre, porque Dios así lo ha querido, tiene la llave de su propia salvación: "Creer en la Palabra del Hijo". Por eso, humildemente y conscientes de que no somos testigos dignos, suplicamos su Misericordia y proclamamos desde nuestra pobreza y en humildad que Jesús de Nazaret es el Hijo de Dios vivo, para que tú también creas.


miércoles, 10 de abril de 2013

TODO PARECE DISCUTIBLE

(Jn 3,16-21)

La pregunta que hoy nos hacemos es: ¿A quién creer? Porque todo es discutible, y todos discuten y ponen en duda lo que otros dicen. Nadie tiene palabra creída y cada uno tiene su propia verdad. De tal forma que cada cual discute y defiende sus propios intereses. Aquello que le apetece y le beneficia, entendiendo por beneficio su propio ego.

Y no se está mal encaminado, porque nadie tiene palabra de vida eterna salvo Uno. Sólo Uno, Jesús de Nazaret tiene Palabra de Vida eterna. Él es el Camino, la Verdad y la Vida, y solo su Palabra es Verdadera. En Él está la Verdad, y en Él todo se ha cumplido hasta la Resurrección. Por lo tanto, su Palabra siempre ha estado fundada en la Verdad y digna de ser creída.

Pero los hombres, muchos hombres, la han rechazado. Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios».

Y ese rechazo de la única Verdad les hace esconderse en la mentira y buscar la oscuridad, la confusión. Y así el mundo, que se aleja de la Verdad, permanece en la oscuridad y en la mentira. Hace presencia la demagogia con la que tratan de distorsionar la verdad y hacerla aparentemente mentira. Confunden y sobornan a los inocentes, ignorantes y esclavos de sus propias pasiones, y relativizan toda verdad que les descubra. Sus escudos son las mentiras.

Pidamos al Espíritu Santo que nos dé la fortaleza necesaria para nunca ceder a la mentira ni a la aparente verdad disfrazada de demagogia relativista, y que seamos portadores de la Única Verdad que trajo al mundo Jesús de Nazaret, el verdadero Camino, Verdad y Vida. Amén.