sábado, 1 de marzo de 2014

SEÑOR, CREA EN MI UN CORAZÓN PURO

(Mc 10,13-16)
 
 
Jesús da prioridad a los más pequeños, pequeños en el sentido de debilidad, de ignorancia, de impotencia e indefensos. No hay nadie más indefenso que un niño, un niño a quien no se le escucha y al que se le quitan todos sus derechos. Y hoy, aunque aparentemente parece haber cambiado, sigue todo igual. Son los niños los más desfavorecidos, los más sometidos y expuestos a la condena tanto de hambre como de muerte.

Hay muchos niños explotados y sometidos a la esclavitud cuando no condenados desde el vientre de sus madres a muerte. Débiles hasta el punto de no tener voz, ni posibilidad siquiera de presencia física. Son los más débiles y desamparados y los más amenazados pues son sus mismas madres y padres los que deciden excluirlos y matarlos.

Y es que los mayores hemos perdido la inocencia pura y las buenas intenciones. Nuestra pureza infantil ha sido contaminada por el mundo en nuestro caminar hacia la madurez. Hemos optado por elegir el mundo y sus riquezas y someternos al poder del Maligno. No hemos superado las tentaciones de nuestro propio desierto y hemos entregado la pureza de nuestro corazón puro y bien intencionado.

Por eso, mientras no volvamos a nacer de nuevo, del agua y del Espíritu que nos transforma y nos llena de la Gracia del Señor, estaremos sometido a las cadenas de corrupción de este mundo. Pidamos al Señor que nos libere de esta esclavitud.

viernes, 28 de febrero de 2014

LO UNIDO POR AMOR NUNCA SE SEPARA

(Mc 10,1-12)


Sé que hay separaciones y frustraciones matrimoniales. Sé que hay hasta razones por las que parecen justificadas algunas separaciones, y sé que las familias, por estas separaciones, están en peligro. Hay muchas situaciones que no entiendo y en algunos momentos me desoriento y me pierdo. Como tus discípulos, Señor, hoy quiero yo también preguntarte para que me lo aclares más y mejor.

Es claro que donde hay amor el separarse no tiene sentido, y también es claro que muchas separaciones están motivadas por un egoísmo utilitarista y placentero que, desaparecido este, la atracción desaparece y, demagógicamente, lo confunden, porque interesa y es lo más fácil, con amor. 

El amor que no es verdadero, y por lo tanto no es amor, está asentado en una conducta individualista desprovista y vacía de responsabilidad. Esto es todo lo contrario al amor, es la antítesis del amor, y en este sentido diría que todas las separaciones derivan de esa realidad. Cuando el amor es verdadero esto no sucede porque viene del Señor y está garantizado y unido por Dios.

Así, la familia, célula y fermento de la convivencia en el amor, hace justicia y genera paz. Y los pueblos, nacidos de familias juntas, garantizan la convivencia entre hombres responsables  y de buena voluntad. Es el ideal de todos los pueblos pero están ciegos por los egoísmos que el demonio alimenta entre ellos.

Sólo el Señor es la solución que nos dará luz y fuerzas para desterrar el libertinaje e irresponsabilidad y acoger el verdadero amor responsable que nos una en paz y justicia.

jueves, 27 de febrero de 2014

CARGA TU CRUZ


(Mc 9,41-50)


Se hace difícil entender cuando nuestra mente y nuestro corazón está apegado a este mundo y a las cosas de este mundo. Es necesario primero una mirada al Señor para, fortalecidos en el Espíritu Santo, seamos capaces de encontrar fuerzas para vivir el Mensaje de Jesús, que no es otra cosa sino la búsqueda de nuestro propio bien.

Experimentamos que en este mundo hay cosas que aun gustándonos, nos perjudican. A nadie se le esconde que el fumar es malo, y el beber demasiado es perjudicial para la salud. Todo necesita una moderación y tiene un límite. De la misma forma, el amor tiene sus sacrificios y sus renuncia, porque amar a favor de la corriente deja de ser amor para convertirse en egoísmo.

Hay muchas circunstancias en nuestra vida que nos exigen renuncia, sacrificio y entrega sin condiciones. Los niños indefensos y con minusvalías e imperfecciones; el egoísmo de un esposo o esposa que rompe el matrimonio; la rebeldía de un hijo/a que rompe la armonía familiar; este apego o vicio o aquella envidia o tentación, enfermedad...etc. Son manos, pies u ojos que debemos arrancar para que no sean motivos de pecados y pérdida del Reino de Dios.

Aunque ahora, en este mundo, el camino se haga difícil e insoportable, recuerda que la travesía por el desierto del pueblo de Israel también lo fue. Pero al final, llegar a la tierra prometida es lo verdaderamente importante, y todo lo demás pura quimera finita y caduca.

Vale la pena entrar cojo, ciego o manco en el Reino de Dios que con los dos ojos, pies o brazos quedar fuera.

miércoles, 26 de febrero de 2014

EL VERDADERO AMOR PROCEDE DE DIOS

(Mc 9,38-40)


Sin darnos cuenta hacemos capillas y grupos, y experimentamos que los que están fuera son de otros grupos porque no están con nosotros. Quizás muchos lo hemos superado, pero el problema continua latente en muchos que lo vemos así. No dividimos y seleccionamos pensando que nuestro movimiento, grupo, equipo, comunidad o lo que sea somos los mejores...

Igual se nos ocurre que nuestra parroquia es la mejor o que nuestro apostolado es el mejor. Pero también llegamos a pensar que los que vamos a misa somos mejores o los que realizamos muchas prácticas litúrgicas o de piedad somos los buenos y los que no, los malos.

Hoy Jesús nos advierte que lo verdaderamente importante es amar y hacerlo en su Nombre. Nadie que sí actue estará en contra del Señor, porque en él estará la obra del Espíritu. Por lo tanto, no miremos grupos, ni movimientos, ni colectivos o comunidades por lo que son, sino por lo que hacen. Y si aman por amor al Señor y en nombre del Señor estarán en el buen camino.

No es lo externo o las circunstancias las que descubren mi fe, sino la acción de mi corazón en manos del Espíritu Santo. Si así se mueve va por el verdadero camino que Jesús señala.

martes, 25 de febrero de 2014

NEGARTE ES OLVIDARTE DE TI Y BUSCAR AL OTRO.

(Mc 9,30-37)


Es algo fácil de entender, pero muy difícil de aplicar a nuestra vida. Yo diría imposible si pretendemos hacerlo nosotros solos. Se hace necesario e imprescindible contar con la Gracia del Señor, y ahí entra de nuevo el poder y la necesidad de la oración, el único vehículo para suplicarlo y pedirlo al Señor.

Negarte es olvidarte de ti y tratar de hacer la voluntad del otro siempre y cuando no vaya contra la Voluntad de Dios. Es algo imposible desde nuestra naturaleza egoísta y apegada a nuestras propias apetencias. Se hace insoportable seguir al Señor en esas condiciones. ¿Cómo amar así? ¿Cómo sostener la unidad de mi matrimonio soportando siempre la voluntad de mi cónyuge?

No cabe ninguna duda que, también los apóstoles lo experimentaron, no podemos ni pensarlo. Solos estamos vencidos y el diablo se frota las manos. Necesitamos la Gracia del Señor, y esa es la razón del por qué está entre nosotros, y del por qué nos asiste el Espíritu Santo. En Él no hay problemas ni fuerza que nos pueda vencer. En Él podemos amar hasta el extremo de darnos sin condiciones a los demás.

Sólo te queda creerlo y probarlo. Yo ya lo hago y los resultados son satisfactorios. Hay tropiezos y fracasos, qué duda cabe, pero se avanza porque el Señor camina con nosotros, y el Espíritu Santo nos fortalece y llena de Gracia.

lunes, 24 de febrero de 2014

NECESIDAD DE ORAR

(Mc 9,14-29)


Hoy, la Palabra de Dios, nos descubre y nos anima a orar. La oración valorada como el arma principal para ir contra el mal que ocasiona el diablo. No podemos enfrentarnos nosotros por nosotros mismos, sino que siempre tendremos que recurrir a la oración para que en la intimidad con el Señor nuestra súplica llegue al Padre y su poder derrote al Maligno.

Por eso debemos orar y orar. Orar y pedir al Señor fortaleza, sabiduría y poder para contrarrestar los males que el diablo, en los hombres que se someten a él, están haciendo en el mundo: aborto, eutanasia, pederastia, ideología de género, familias...

Pero una oración confiada y segura de que el Señor actuará para iluminar a los hombres que ciegos por el pecado se someten al poder del Príncipe de este mundo. No obstante, experimentamos que el corazón del hombre exulta gozo por la verdad y ama la verdad. El mundo, a pesar del mal que ocasiona el pecado y el demonio, se sostiene por el Amor de Dios y los hombres buscan ese amor.

No dejemos de rezar unidos en la fe y la esperanza de que el Señor nos escucha y nos atiende.

domingo, 23 de febrero de 2014

AMOR CONTRA ODIO

(Mt 5, 38-48)


El criterio humano está en responder a una ofensa con otra ofensa. Considera el equilibrio en responder con la misma moneda. Es el "ojo por ojo" de la antigua ley, pero que hoy aunque solapado y escondido sigue reinando en el corazón del hombre. Observamos que la sociedad es reflejo de ese criterio y que el hombre busca solucionar la ofensa con otra ofensa.

A todo esto, Jesús nos propone la ley del amor. El amor como arma y medida contra el odio y las ofensas de este mundo. En la oración del Padre nuestro, Jesús nos enseña como hemos de orar y esforzarnos en vivir esa oración en nuestra vida: "Perdónanos nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden..."

En la medida que nosotros seamos capaces de perdonar a los que nos han ofendido, seremos también perdonados. Y es que la única forma de restablecer el amor es con el perdón. El perdón es el pegamento que une a las personas y establece la concordia y la paz. Y, obviamente, para perdonar hay primero que amar.

No perder de vista que nuestro Padre Dios nos perdona todos nuestros pecados, nos puede ayudar a perdonar también nosotros a los que nos ofenden.