miércoles, 18 de junio de 2014

¿DÓNDE ESTÁ TU PÚBLICO?

(Mt 6,1-6.16-18)

Tu vida estará encaminada según donde vayan encaminados tus actos. Si buscas ser centro, tenido en cuenta, admirado y que te rindan alabanzas y honores, tratarás de que tus actos sean vistos y, al menos en la apariencia, sean dignos de ser admirados y ocupen lugares de privilegios. Posiblemente, si así ocurre, tu premio habrás recibido.

Sin embargo, no podrás esconder que mantener tal honor mundano, por cierto, efímero, te exigirá tensión y una lucha en la apariencia de ser el que, tu público, espera que seas. Por tus debilidades y limitaciones te verás muchas veces inclinado a aparentar y engañar para no descubrir tus carencias, defectos, errores que te dejen al descubierto de tu pobre humanidad.

Jesús nos dice hoy que no miremos al mundo, ni actuemos por el mundo, y menos para el mundo. Tu público no es el mundo sino Dios. Sólo Dios importa, y todo lo que hagas, hazlo mirando a, y en la presencia de Dios. Porque es la única Verdad y sólo Él comprenderá tus buenas intenciones, aunque sean contrarias a las que el mundo espera de ti.

Señor, muéveme a servir y amar porque Tú me amas y me desbordas de Amor. De ese Amor que da sin esperar, que no pregona sino sirve; que no se eleva sino se esconde; que no grita sino que actúa en silencio; que no habla sino obra; que no exige sino comprende...

Que sólo sabe amar porque descubre que Tú le amas a pesar de sus debilidades, de sus fracasos, de sus errores, de su soberbia, de sus pecados...

martes, 17 de junio de 2014

LA VISIBILIDAD DEL AMOR

(Mt 5,43-48)

El amor no es para guardarlo, ni tampoco para llevarlo como etiqueta, sino para que se haga visible en los hombres y entre los hombres. Y, por supuesto, que entre los nuestros, los familiares, amigos y conocidos el amor se hace visible sin esfuerzo y de forma natural. La amistad anida que el amor florezca y se manifieste entre los conocidos.

Pero, ¿y en los desconocidos? En los desconocidos, y más en los enemigos, el amor necesita materializarse y hacerse visible, porque un amor invisible es un amor falso, vivido en teoría pero no hecho materia, carne, comida, bienestar, compañía, comprensíón, servicio, entrega...etc. Porque el amor que no se abaja hasta la misma humanidad del hombre para levantarlo, no es amor, sino pintura de amor.

Y yo Señor no soy ejemplo de ese amor que Tú predicas y vives en Primera Persona. Mi corazón está lleno de egoísmos que excluyen a otros, que se lamentan en la lejanía del mal y la pobreza de otros, pero que no se acerca y acompaña o sufre con el que sufre. Me cuesta reflexionar, pero descubro que, al menos, me experimento pecador e indigno y emerjo mis pecados y mi fracaso.

Sin embargo, me consuela el reconocer mi culpa y el continuar detrás de Ti Señor con la esperanza de que transformes mi corazón y lo limpies de tanta inmundicia. Haz, Señor, que mi corazón pecador sea capaz de amar como Tú me amas.

lunes, 16 de junio de 2014

LA LEY DEL TALIÓN

(Mt 5, 38-42)


En su momento, la ley del talión, recuerdo aquella película de Richard Widmark, fue un un avance que, limitaba la venganza y el odio, al daño equivalente sufrido. No se podía pasar de ahí y eso evitaba ensañamientos desproporcionados y abusivos. Sin embargo, la venganza engendraba más violencia y la prolongaba en el tiempo extendiéndola a las futuras generaciones y familias.

Es el amor lo que termina con la violencia. A una respuesta de amor frente a una violencia, las consecuencias son extremadamente opuestas. El amor apaga la venganza y extingue el odio. Es verdad que exige un acto supremo de humildad y de humillación que controla la soberbia y siembra la paz en el amor.

Experimentamos que el amor no siempre apetece ni seduce; experimentamos que el amor exige renuncia y sacrificio; experimentamos que el amor, a veces incómoda, y cuanto más lo hace, más ama. Experimentamos que el amor cuando más duele es más verdadero y sus efectos derivan en una convivencia en paz y armonía. No se trata de sufrir sino de amar, y cuando se ama se soporta y se encaja el dolor y sufrimiento.

Pero, a nadie se le esconde que enfrentarse a eso supone una gracia especial que no tenemos. Es más, diría que solo no podemos. Necesitamos la fuerza del Espíritu, que une al Padre y al Hijo desde el principio y que se proyecta en nosotros para, por su Gracia, unirnos a nosotros también en el Amor.

domingo, 15 de junio de 2014

LIMPIA MI CORAZÓN DEL DESAMOR



Sin lugar a duda, amar es la plenitud del corazón del hombre. Y se experimenta cuando te sientes rechazado, excluido y fuera del círculo de amigos. Llegas incluso a hacer locuras por ser aceptado. El amor pide la exigencia de ser correspondido y en el terreno amoroso del noviazgo, el no ser correspondido origina fracaso, depresión y sentimientos de infelicidad.

Pero, lo sorprendente y grande es que el Amor de nuestro Padre Dios supera esa barrera y ama aún no siendo correspondido. La plenitud del Amor es identificarnos con el Amor de Dios y amar por encima de ser o no correspondido. Es decir, darse gratuitamente sin condiciones. Esa es la locura de Amor de Dios, y por la cual entrega, hasta la muerte, a su Hijo. 

Una entrega gratuita, voluntaria y plena hasta el extremo de abrazar la Cruz por cada uno de nosotros. Por ti y por mí, para invitarnos a la salvación eterna en el amor de unos para con otros tal y como Él nos ha amado y nos ama en el Nombre del Padre.

Dejarnos limpiar de tantas malas intenciones, resentimientos, pecados y fracasos es la mejor manera de decirle al Señor que creemos en Él, y disponer nuestro corazón de forma sencilla, humilde, callada y obediente a la acción del Espíritu Santo es confirmarle que no sólo creemos sino que queremos seguirle hasta la eternidad prometida.

sábado, 14 de junio de 2014

PALABRA DE DIOS

(Mt 5,33-37


Ponemos a Dios por testigo de nuestras palabras. Realmente no sabemos lo que decimos porque, ¿quienes somos para poner a Dios por testigo de nuestras palabras? ¿Acaso la palabra de Dios da crédito a la mía? ¿Avala Dios mi palabra? ¿Cómo puedo atreverme a usarlo poniéndole como testigo?

La Palabra de Dios es Absoluta y siempre habla en Verdad, pero mi palabra es necia, pecadora y vive en la duda y la ignorancia. Más, apoyado y asistido por el Espíritu, mi palabra debe limitarse a decir sí o no sin más, tratando de tomar conciencia que Dios ve y escucha lo que se esconde en lo más profundo de mi corazón.

Nuestra proclamación de la palabra pasa por nuestra debilidad ante los demás. Si hablamos en verdad, y para ello nuestra vida se encargará de descubrir si es así, nuestra palabra será escuchad y tenida en cuenta, y transmitirá la Palabra del Señor, por la acción del Espíritu Santo, que actúa en nosotros. De lo contrario todo será apariencia y mentiras que levantará un muro entre lo que decimos y los que escuchan.

El ideal es acercarnos a hablar siempre en verdad tal y como nuestro Padre Dios nos enseña en su Hijo Jesús, de modo que no haya menester de ningún juramento, sino que la propia palabra dada sea respetada y digna de honor, porque nos sabemos hijos de Dios y seguidores de su Palabra.

Sea nuestra palabra alejada de toda duda y sostenida y apoyada en tu Verdad Absoluta Señor, de modo que sólo nos baste decir sí o no simplemente.

viernes, 13 de junio de 2014

DESEOS E INFIDELIDADES

(Mt 5,27-32)


Somos propensos a confundir los deseos con lo correcto y hasta con el derecho. Pero antes está la fidelidad, y eso no se le esconde a nadie. Nuestros deseos y pasiones no están sincronizadas con lo correcto ni con los derechos. Hay deseos y también pasiones que desearlas despertarían la infidelidad y lo incorrecto. El compromiso y la responsabilidad fundamentan el amor. Y eso lo sabemos todos.

Ocurre que somos débiles y, apoyados solos en nuestras fuerzas sucumbimos a nuestras pasiones y deseos. No sólo en el campo de las pasiones sexuales, sino también en el terreno de los privilegios, riquezas y poderes de todo tipo. El hombre es una vasija de barro que necesita al Mejor Alfarero para que le modele y le dé forma a su vida. Y si no se pone en Manos de ese Alfarero, la infidelidad y el adulterio hacen presencia en su vida, porque solo nada puede hacer ante el poder del Príncipe del mundo.

Y ese es el sentido que el Evangelio de hoy nos quiere alumbrar. Aléjate de los peligros; corta con ese ambiente que te insinúa y abre tus apetitos sensuales y te invita a romper tu compromiso de fidelidad a lo moralmente correcto y bueno; separa de tu vida esas provocaciones e insinuaciones que te proponen como derechos tu derecho, valga la redundancia, a disfrutar y satisfacer tus pasiones rompiendo tu compromiso de fidelidad matrimonial.

No te escondas dentro de tu corazón, pues tus deseos nacen ahí y, aunque no los puedas hacer realidad, si los hacen tus pensamientos, y tú, recuerda, eres lo que piensas y no lo que haces, pues detrás de la apariencia está lo que tú verdaderamente piensas.

Es preferible soportar las renuncias a que te somete tu humanidad y, asistido por los dones del Espíritu, ser fiel al compromiso de fidelidad contraído en tu promesa de matrimonio. Porque al final sólo queda el amor responsable y verdadero. Y ese es el que ama en las dificultades y obstáculos que la propia vida te presenta.


jueves, 12 de junio de 2014

COMIDA Y ALIMENTO


Lucas 22, 14-20

Sabía el Señor de nuestras debilidades, y no podía dejarnos solos ante el peligro del Maligno. Se ha quedado con nosotros, no sólo enviándonos El Espíritu de Dios, la tercera Persona de la Santísima Trinidad, el Espíritu Santo, sino quedándose bajo las especies de Pan y Vino, su Cuerpo y su Sangre, para alimento de nuestra alma.

Jesús, su Espíritu, vive dentro de nosotros y lo recibimos cada vez que comemos su Cuerpo y bebemos su Sangre bajo las especies de pan y vino. En Él somos fortalecidos y configurados por su Gracia para vencer las embestidas del Maligno y las debilidades de nuestra naturaleza caída. Pero eso nos exige un constante acercamiento a su Persona Eucarística y un ejercicio penitencial del Sacramento de la Penitencia.

Son las armas que nos guardan y fortalecen para la lucha de cada día. Jesús nos deja esta Alianza que nos configura y que se derrama en su Sangre por cada uno de nosotros. No estamos solos sino alimentados en Cuerpo y Sangre de Jesús en la Eucaristía. No perdamos esa fuente de alimentación espiritual que nos configura con Xto. Jesús y nos salva de la amenaza del Maligno.

Vivamos la promesa de Jesús cada día actualizándola y haciéndola vida real en nuestra vida injertados en Él a través de su promesa Eucarística. Amén.