viernes, 29 de septiembre de 2023

EL MISTERIO DE LOS ÁNGELES

Es evidente que siempre hemos oído hablar de los ángeles y que representan un misterio en nuestra vida. Quizás no los hemos visto, pero sí hemos oído hablar mucho de ellos y criados en la idea de que cada uno tenemos un ángel de la guarda. Personalmente puedo testimoniar muchos momentos de mi vida en la que he sentido esa presencia de mi ángel de la Guarda. Quizás no lo he advertido en ese preciso momento, pero luego he caído en la cuenta de que en aquellas ocasiones estaba allí mi Ángel de la Guarda para sacarme o salvarme de ese peligro.

Lo podrás creer o no, pero la realidad es que los ángeles, seres celestiales, han estado siempre en nuestra presencia. Y la historia de salvación habla de ellos. María recibió la Buena Noticia de que iba a ser la Madre del Mesías a través del ángel Gabriel, portador de buenas noticias. Los enfermos recurren al ángel Rafael como sanados de enfermedades y en nuestra lucha personal contra los enemigos de nuestra alma – mundo, demonio y carne – recurrimos a Miguel, que nos ayuda a salir victoriosos.

De igual manera, Jesús, nuestro Señor, en su Naturaleza humana también tuvo ayuda y asistencia de los ángeles en puntuales momentos de debilidad y de prueba. Y lo mismo nos ha podido suceder a muchos, si no a todos, al menos a mí, en momentos puntuales de mi vida en los que reconozco que he sido asistido y liberado de algún atropello, imprudencia o circunstancias peligrosa por la mano de mi ángel de la Guarda. Sé que en algunas de mis humildes reflexiones las he compartido.

jueves, 28 de septiembre de 2023

¿TOCADOS POR EL DESEO DE CURIOSIDAD?

Es evidente que un Personaje tan misterioso y fascinante como Jesús motive y despierte curiosidad por conocerle. Personajes de todo tipo y características experimentaron ese inmenso y profundo deseo de conocerle, pero no en todos ese deseo despertó actitudes positivas y buenas de dejarse tocar en lo más profundo de sus corazones.

Zaqueo y Herodes, entre otros, fueron dos de esos personajes que nos pueden servir de ejemplo para compartir ese deseo o curiosidad por conocer a Jesús. Ambos sintieron curiosidad, valga la redundancia, y trataron de verle. Sin embargo, al parecer solo uno, Zaqueo, dejó que la Palabra de Jesús entrara en su corazón.

El otro, Herodes, se quedó con la duda y cerró su corazón. Le pudo más el poder del mundo, sus placeres y seducciones y, como nos relata la historia, se rindió a ellos. Será un buen toque de piedra para vernos nosotros mismos y mirarnos en la motivación que tenemos en cuanto a buscar y encontrarnos con Jesús.

¿Qué es lo que realmente me mueve a mí para ir en busca de Jesús? ¿Acaso busco éxito, que mi vida mejore económicamente, más seguridad o que me cure de esta enfermedad? ¿O quizás cualquier otro motivo? Porque, si esas son las actitudes que me impulsan en la búsqueda de Jesús, me estoy equivocando.  Jesús no se encuentra ahí. Está dentro de ti, pero no en esa parte de tierra mala de tu corazón.

Jesús está en la parte de tu tierra más humilde, más suave y menos dura. Está en ese lugar donde tu corazón respira bondad, buenas intenciones y, sobre todo, actitud misericordiosa. Está en ese lugar de tu corazón donde el amor despierta a la escucha atenta de su Palabra y responde con el amor que esa misma Palabra va sembrando en él. Es ahí donde Zaqueo lo encontró cuando abrió su corazón a la Palabra de Jesús. Y, de la misma manera, es ahí donde Herodes le rechazó cerrando y endureciendo su corazón seducido por el mundo, demonio y carne.

Y tú, como yo, ¿dónde estamos?

miércoles, 27 de septiembre de 2023

APOYADO SOLO EN JESÚS

Esa es la clave, despojarse de toda atadura que pueda esclavizarte y hacer que dependas de ella. Porque solo se puede depender de Dios. Sólo Él basta. No se puede servir al dinero, a la fama, al poder, a la ambición a la…etc. y al mismo tiempo a Dios. El primer paso para seguir al Señor es la disponibilidad total, y si no estamos en esa actitud nuestro seguimiento no es pleno.

Por tanto, se hace necesario un ejercicio de renovación constante que se concreta en la escucha diaria y reflexión del Evangelio. Es la Palabra de Dios la que nos guía y nos va habilitando nuestra total disponibilidad para la entrega, para el servicio y todo por amor. Porque, el amor es gratuito. De no serlo deja de ser amor.

El mandato del Señor expresado en el Evangelio de hoy miércoles descubre y revela esa disponibilidad y entrega apoyada en la fe de su Podre y Amor Misericordioso: (Lc 9,1-6): En aquel tiempo, convocando Jesús a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. Y les dijo: «No toméis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni plata; ni tengáis dos túnicas cada uno. Cuando entréis en…

No se trata de bienes de confort sino de supervivencia, de aquellos que nos dejan a merced del Amor de nuestro Señor; de aquellos que descubren la medida de nuestra fe y que dejan visiblemente nuestra confianza y apoyo sólido y firme en el Señor. Porque, solo esa experiencia de vivir despojado de todo y apoyado en el poder del Señor nos irá mostrando nuestra fe firme en Él.

Ese poder de expulsar demonios y curar enfermedades nos fortalecerán para que cada día podamos luchar y salir victoriosos frente a los demonios que nos asaltan y nos tientas con las dudas, miedos, futuro y desconfianza. Así podemos derramar en los demás ese perfume de amor misericordioso que cura y fortalece toda dolencia y esperanza.

martes, 26 de septiembre de 2023

¿VÍNCULOS DE SANGRE O DE AMOR?

El Evangelio de hoy deja meridianamente claro que el vínculo con Jesús no es tanto el de sangre sino el del amor. Un amor nacido desde la escucha de su Palabra y materializado en el compromiso con los demás, sobre todo los necesitados y más pobres. A la llamada de que su Madre y hermanos le buscan, Jesús responde: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen».

La Palabra de Jesús es Palabra de Dios y va dirigida a cada uno de nosotros, a todo el universo, a toda criatura porque todos han sido creados por Dios. Por lo tanto, el Evangelio, Palabra de Dios, ha sido escrito para ti y si tienes la oportunidad de leerlo debes escuchar esa Palabra y ponerla en práctica en tu vida. Otra cosa que no tengas esa posibilidad de conocerla y leerla y no la conozca. Cada cual sabe realmente cuan es su situación y las posibilidades que tiene de conocerla, leerla, escucharla y llevarla a su vida. Y cada cual responderá de esa su responsabilidad ante Dios.

El verdadero vínculo está en eso, en conocer la Palabra de Dios y llevarla a tu vida. En eso se identifican su Madre y sus hermanos, escuchan la Palabra de Dios y la cumplen. Y es su Madre, también nuestra Madre, la primera discípula y el primer testimonio de escucha y cumplimiento de la Palabra de Dios. Y, aprovechando su maternidad de Madre queremos mirarnos en ella y tratar de imitarle en la escucha y cumplimiento atento y comprometido en cada día de nuestra vida.

Ese es el camino, el reto de cada día, empezar de nuevo desde la Palabra de Dios, su escucha atenta y, asistidos en el Espíritu Santo, esforzarnos en llevarla a nuestra vida de cada día sabiendo que el Señor camina y está con nosotros.

lunes, 25 de septiembre de 2023

TU LUZ NO PUEDE QUEDAR OCULTA

Es evidente y de sentido común que cuando sabemos algo bueno sentimos deseos de comunicarlo y darlo a otros para que también gocen de eso bueno. Es la tendencia natural aunque a veces está tentada peligrosamente por la inclinación del mal. Sin embargo, lo natural es querer y desea que todos participen de lo bueno, del bien, de la bondad y la belleza.

Y esa es la Buena Noticia. Una vez que tú la recibes y la acoges no puedes dejarla oculta ni guardártela para ti solo. Sería una contradicción, pues la Buena Noticia se sustenta fundamentalmente en el amor: Dios nos ama hasta el punto de que ha entregado la Vida de su Hijo predilecto, dado voluntariamente por amor, para salvar la nuestra. No hay amor más grande ni nadie se puede callar esa hermosa y Buena Noticia de amor misericordioso. Ocultarla sería puro egoísmo y un pecado.

Por tanto, tu luz no puede quedar oculta. Necesitas dejarla alumbrar, que no es lo mismo que brillar. El brillo encandila y no deja ver claro. No deja pasar la luz sino que se queda en él mismo. Nuestra santidad consiste en todo lo contrario, dejar pasar la luz para que otro la reciban y queden iluminado por esa Buena Noticia que es precisamente nuestro Señor Jesús.

Es evidente que alumbrar una Luz Infinita no está a nuestro alcance pero desde nuestra pobreza y humilde testimonio, el Espíritu Santo, hará que se refleje esa inmensa Luz que nos lleva a un encuentro con el Señor. De la misma manera que la sal, casi desapercibida inunda de sabor la comida, o la poca levadura fermenta la masa, nuestro humilde y pobre testimonio de amor, por la acción del Espíritu Santo, dará Luz a aquellos que abran sus ojos y dejen que Jesús les alumbre e ilumine.

domingo, 24 de septiembre de 2023

¿ACASO MERECEMOS MÁS

Es la pregunta que debemos hacernos: ¿Merezco yo más por ser llamado antes? ¿Merezco yo más por haber trabajado más horas? ¿Merezco yo más por haber recibido más talentos y más oportunidades en mi vida? ¿Merezco yo más por tener la fortuna de haber nacido en una familia que me ha educado y formado para ganarme la vida? ¿Merezco yo más por tener la fortuna de vivir en un país donde se respeta la libertad y los derechos humanos? Ésta y otras muchas más preguntas debemos tener muy presente a la hora de mirarnos el ombligo y creernos con más derechos que otros.

Todo nos ha sido dado y regalado gratuitamente. Simple y pura gratuidad del Amor Misericordioso de nuestro Padre Dios. Y a nosotros solo nos queda el responder plenamente dando, de la misma forma, gratuitamente todos esos talentos recibidos en las situaciones favorables en las que nos ha tocado vivir. Sea de madrugada, de mañana, a medio día, a media tarde o al caer el día nuestra labor debe ser igual, plena y gratuita, sin mirar para el otro ni compararme con el otro. Todo es Gracia de Dios.

¿Acaso nacerá la envidia en mí por ver que el otro recibe lo mismo que yo gratuitamente? ¿Acaso no debo responder plenamente a la Voluntad de mi Padre que me regala la vida y la plena felicidad? ¿Es que soy juez de mis hermanos? ¿No debo vaciar mi vida desparramando todo lo recibido en bien de los demás, sobre todo de aquellos que más lo necesitan?

Quizás sean esos interrogantes a los que debemos dar respuesta mientras esperamos en la plaza a alguien que nos contrate y nos dé trabajo. Experimentar la satisfacción de ganarnos dignamente el pan que recibimos con nuestro trabajo es algo tan hermoso y gozoso que nos llena de paz y alegría. Pero, más todavía cuando descubrimos a un Padre Bueno y Misericordioso que nos ama sin límites y quiere el bien para todos sus hijos.

sábado, 23 de septiembre de 2023

ESTÁS LLAMADO A DAR BUENOS FRUTOS, PERO DEPENDERÁ DE QUE ABONES TU TIERRA CON LA PALABRA DE JESÚS.

No es cuestión de semillas ni de abonos. Se trata de dejarte labrar, abonar y trabajar por el Espíritu de Dios y abrirte a su Gracia. Es la única alternativa de que tu cosecha y tus frutos sean de la calidad que agrada al Señor. Porque, en principio desde tu existencia has sido sembrada en tu corazón la semilla del amor misericordioso, y el abono necesario para que des buenos frutos.

Ahora, por el pecado, el mundo, demonio y carne también van simultáneamente creciendo en tu corazón y en muchos momentos y circunstancias pueden convertirse en pájaros que se comen la semilla que desparramas, pisas y distraído la dejas a la intemperie y a manos del mundo, demonio y carne.

Sucede también que al mismo tiempo crecen otras semillas malignas (cizaña y abrojos) que ahogan a la buena semilla, o la tierra que le dejas no es lo suficiente profunda para que la raíz de tu fe hunda fuertemente sus raíces y se afiance firmemente hasta dar buenos frutos de amor.

Solo te queda la esperanza de que prepares tu corazón con buena tierra y bien abonada con los sacramentos y el agua de la Gracia recibida en la escucha de la Palabra y la frecuencia de los Sacramentos el alimento Eucarístico que te alimente y te dé la Vida Eterna. Porque a esos estamos verdaderamente llamados, a ser plenamente felices eternamente.

Dependerá de que cada uno de nosotros riegue bien su corazón y lo abone con buena tierra para que la semilla sembrada en él por el Sembrador dé los frutos esperados y apetecidos.