martes, 24 de septiembre de 2024

UNA ESCUCHA HASTA LO MÁS PROFUNDO DEL CORAZÓN

Todo palabra que se escucha abierto a que llegue al corazón, cambia, transforma y da un giro nuevo a tu vida. Porque, cuando la palabra escuchada penetra hasta lo más profundo de tu corazón, tu vida se revuelve, se inquieta, se mueve y trasciende más allá de lo que está delante de sus ojos.

Jesús propone romper barreras que limiten tu libertad. Propone caminos de riesgos que exijan perdón, misericordia y abiertos a la libertad. Propone límites insospechados e imprevisibles que rompan con toda tradición, costumbre, propuestas y razonamientos humanos que nos encorsetan y nos limitan hasta el punto de que nos ven como fuera de sí o locos.

Jesús vivió esa experiencia de verse tomado como alguien fuera de sí. Y, efectivamente, esa era su actitud, la de Alguien que ha venido para sacarnos de nuestras comodidades instaladas en lo establecido, en la tradición, en la costumbre y en el placer de permanecer inmóvil en la seguridad de quienes no caminan a lo nuevo, a la novedad del amor misericordioso que nos anuncia Jesús.

Y no es escuchado, ni se le entiende. Incluso por sus propios familiares. Y es que sólo aquellos que conectan con Él y con su Palabra, pueden llegar a ser su padre, madre, hermanos…etc.

lunes, 23 de septiembre de 2024

¿TIENE SENTIDO PONER LA LUZ DEBAJO DE LA MESA?

Es evidente que poner un quinqué debajo de la mesa indica que quien lo hace no está bien de la cabeza. A menos que busque la oscuridad y quiera que algo pase inadvertido. Porque, el sentido común indica que el quinqué hay que ponerlo encima de la mesa para que alumbre a los que se sienta a su derredor y puedan ver y verse.

De la misma manera las buenas noticias se deben comunicar, transmitir y dar a conocer para que todos disfruten y se beneficien de ellas. ¡Cuánto más la Buena Noticia de salvación que todos, conscientes o no, buscan afanosamente! Y tú eres esa luz, que ardiendo dentro de ti, alumbra el mundo y lo sala con el sabor de la Palabra de Dios – el Evangelio – para que en él reine la Verdad, la Justicia y la Paz según la Voluntad de Dios.

Porque, Dios quiere usar esa luz que tú llevas sembrada en tu corazón para iluminar a un mundo que ha de despejar sus sombras. Todo, verdad o mentira, emergerá al final, y todo se sabrá. Por tanto, al que tiene se le dará, pero al que no tiene, o ha ocultado, matando esa luz que lleva dentro, se le quitará, incluso hasta lo que cree tener.

domingo, 22 de septiembre de 2024

SEGUIR A JESÚS TEMA DE CONFLICTO

No hay otro camino cuando tratas de vivir y defender la verdad. Jesús, que es el Camino, la Verdad y la Vida trae conflictos y sufrimientos. Seguirle y vivir en su Palabra nos trae conflictos y luchas con todos aquellos que no quieren la Verdad sino su verdad. Por consiguiente trataran de quitarnos del medio.

Las dos lecturas de hoy domingo: Sabiduría 2, 12. 17-20. y Santiago 3, 16 -4, 3 reflejan lo que está pasando ahora mismo en la actualidad. La Iglesia es perseguida y la quieren quitar del medio. Estorba su Palabra, los valores que proclama y defiende y, como a su fundador, nuestro Señor, Jesús, se la quiere quitar del medio. En muchas naciones se le persigue y se legaliza el derecho a profanarla, a insultarla y ridiculizarla.

Está claro que los que seguimos al Señor estamos destinados a esto, a la lucha diaria por defender la verdad. Pero, una lucha desde la serenidad, la misericordia y la paz. Una lucha y defensa de la Verdad sabiendo que Él, Camino, Verdad y Vida, está con nosotros, nos acompaña y nos dará esa Vida Eterna y gozosa a la que aspiramos.

sábado, 21 de septiembre de 2024

EN Y POR LA MISERICORDIA, SOMOS SALVADOS

No ha venido Jesús a ajusticiarnos y condenarnos, sino todo lo contrario. Ha venido a redimirnos y a pagar por nuestros pecados para, de esa manera, ganar para nosotros la redención de nuestros pecados y reconciliación con su Padre Dios.

Un Padre, que nos presenta como Padre nuestro e infinitamente misericordioso, y que nos llama a recuperar nuestra dignidad de hijos, perdida por el pecado. Para esa misión envía a su Hijo, que entregando su Vida por cada uno de los hombres, nos dispone a recibir la Infinita Misericordia de su Padre y dignidad de hijos, perdida por el pecado.

De ahí la gran necesidad de considerarnos y reconocernos pecadores. Porque, sólo así podemos encontrarnos con la Palabra y el Señor. Ese fue el caso de Mateo, al reconocerse pecador se encontró con Jesús. Y será el caso de cada uno de nosotros cuando demos ese paso: nos encontraremos con el Señor.

Reconocernos pecador y recurrir al Sacramento de la reconciliación nos dará esa oportunidad de encontrarnos con un Dios Padre que nos perdona y nos salva. Porque, esa será también la manera de actuar, en adelante, nosotros en nuestra vida, con misericordia. Sólo la misericordia nos salva. Y de la misma manera que nosotros la recibimos, la debemos dar.

viernes, 20 de septiembre de 2024

EN LA TAREA DE CADA DÍA

1ª Lectura (1Cor 15,12-20): Hermanos: Si anunciamos que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que dice alguno de vosotros que lo muertos no resucitan? Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación carece de sentido y vuestra fe lo mismo. Además, como testigos de Dios, resultamos unos embusteros, porque en nuestro testimonio le atribuimos falsamente haber resucitado a Cristo, cosa que no ha hecho, si es verdad que los muertos no resucitan.

Porque, si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido, seguís con vuestros pecados; y los que murieron con Cristo se han perdido. Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desgraciados. ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos.

COMENTARIO:

Es evidente, si Cristo no resucitó perdemos el tiempo y hacemos el idiota. ¿Qué esperamos entonces? ¿Con quien hablamos y a quién nos encomendamos? ¿A quién dirijo mis oraciones? Evidentemente, seremos entonces los más locos y bobos del planeta.

Pero, Cristo ha Resucitado, y esa es nuestra fe y nuestra esperanza. Porque, en Él resucitaremos nosotros también. Ese es el anuncio de la Buena Noticia, que, Cristo, el Señor, murió crucificado en la Cruz, pero Resucitó al tercer día. Y de eso se hace eco y noticia el Colegio Apostólico – la Iglesia – que fundamentada en los apóstoles, nos transmite y anuncia la Resurrección de nuestro Señor Jesús.

EVANGELIO LUCAS 8, 1-3

EN LA TAREA DE CADA DÍA

El Evangelio de hoy nos narra una estampa del día a día que la ya comunidad - hoy Iglesia – de aquellos tiempos vivía en su anuncio de la Buena Noticia. Tal como Lucas narra en su breve nota biográfica, sobre la notoriedad de algunas mujeres y hombres – apóstoles y discípulos – que acompañan a Jesús.

Hoy, más de dos mil años después, esa primera incipiente comunidad ha crecido de manera ingente y compuestas por hombres y mujeres sigue adelante anunciando la Buena Noticia de la muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesús. Y es momento oportuno para revindica el papel importante y necesario que tiene la mujer en la evangelización y proclamación de la Buena Noticia. Un papel que demanda más notoriedad y participación.

Porque, las mujeres siempre, desde el principio, como María, la Madre de Dios y Madre nuestra, y otras, entre la que destaca María Magdalena, han tenido un papel muy destacado y de vital importancia en la vida de nuestro Señor. Recordemos que la primera anunciadora de la Resurrección del Señor es una mujer, María Magdalena. Y con ella, tras María, la primera mujer, por la que viene el Mesías al mundo, la mujer toma un gran protagonismos en la Iglesia que funda nuestro Señor.

jueves, 19 de septiembre de 2024

TU CONVERSIÓN EMPIEZA CUANDO TE RECONOCES PECADOR

1ª Lectura (1Cor 15,1-11): Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os proclamé y que vosotros aceptasteis, y en el que estáis fundados, y que os está salvando, si es que conserváis el Evangelio que os proclamé; de lo contrario, se ha malogrado vuestra adhesión a la fe.

Porque lo primero que yo os transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, se me apareció también a mí.

Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de llamarme apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto ellos como yo esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído.

COMENTARIO:

El fundamento de nuestra fe, Pablo, la expone claramente: Jesús, Hijo de Dios, muerto – crucificado en la Cruz – y resucitado al tercer día. Testigos, Pedro, los apóstoles y muchos más. Y por último él mismo. Y eso es precisamente lo que Pablo predica, y lo que también nosotros predicamos. ¡Jesús, nuestro Señor, ha Resucitado!

EVANGELIO: LC 7, 36-50

TU CONVERSIÓN EMPIEZA CUANDO TE RECONOCES PECADOR

No hay otro camino. Todo comienza a partir de tu propio reconocimiento. Es desde esa hora cuando tu corazón empieza a abrirse a la verdad. Reconocerte limitado y pecador es la llave para abrir la puerta de la Misericordia que Dios, nuestro Padre, nos ofrece. Ahí empieza todo, la vida y la salvación.

Sólo cuando somos capaces de darnos cuenta de que nuestra capacidad de amar es muy limitada, pobre y egoísta. Y, en ese darnos cuenta, buscamos aspirar a otra forma de amar, de sentir y darnos, es cuando estamos en la dirección buena de encontrarnos con el único y verdadero Amor. Esa es la historia de esta mujer que, desafiando toda dificultad, se atreve a lavar los pies a Jesús de esa forma que nos cuenta el Evangelio.

Y mientras nosotros no busquemos ese amor, nos quedaremos a media en el camino. Porque, no debemos olvidar que todos tenemos esa posibilidad. Posibilidad de amar como Jesús nos ama. Nos ha creado para eso, y eso lo podemos lograr si nos abrimos a su Palabra y a su Espíritu. Cada cual en la medida de sus posibilidades, se sus talentos, de su pequeñez, pero abiertos a la acción del Espíritu Santo.

Nunca olvides que el Señor sabe de tu potencialidad, de tus cualidades y talentos y, en Él, puedes desarrollarlas tal y como Él quiere. Solo tenemos, como nos dice Pablo en la primer lectura, ponernos en sus manos.

miércoles, 18 de septiembre de 2024

TAMPOCO NOSOTROS ESTAMOS LIMPIOS

1ª Lectura (1Cor 12,31—13,13): Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional. Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden. Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve.

El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca. ¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se acabará. Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero, cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará.

Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de niño. Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce. En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor.

Comentario:

De nada sirve hacer las cosas a disgusto, por obligación o cumplimiento. Si al mostrar tu servicio, éste no nace desde el amor, estás o mejor, estamos perdiendo el tiempo. Así de sencillo, todo lo que no hagamos con verdadero sentimiento, gusto o por amor, cae en saco roto.

Ahora, eso sí, tendremos que pedirle al Espíritu Santo que nos dé esa motivación y ese sentimiento compasivo para proceder a hacer todos nuestros actos de servicio a los demás con verdadero amor.

Evangelio Lucas 7, 31-35

TAMPOCO NOSOTROS ESTAMOS LIMPIOS

Está más que claro: si te crees suficiente y, en consecuencia, limpio, estás equivocando tu camino. Tú, tanto por dentro como por fuera estás manchado por el pecado original, y eso, de no verte tu mancha, te irá llevando al pecado mortal. Irá laminando tu vida hasta aplastarla como si de un pack de chatarra se tratara.

Siempre, consecuencias del pecado, estamos dispuestos a la crítica, a la disconformidad, tanto es así que nunca estamos conforme. Jesús lo expresa muy bien en esa parábola que hoy nos propone en el Evangelio: (Lc 7,31-35): En aquel tiempo, el Señor dijo: «¿Con quién, pues, compararé a los hombres de esta generación? Y ¿a quién se parecen? Se parecen a los chiquillos que están sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: ‘Os hemos tocado la …

Y nuestra realidad es esa. Si cumple con lo prescrito, es un obsesionado con el  cumplimiento; si no cumple de forma estricta, pero es fiel a lo mandado, va a su aire y hace lo que le gusta. Siempre hay una viga que poner en el ojo ajeno.

Sin embargo, lo que verdaderamente interesa es tratar de ser humilde y reconocernos pecadores. Sí, realmente somos así, y desde esa actitud estar dispuesto a aprender del otro, a tener una actitud humilde y abierta al reconocimiento y a la corrección. Es la forma de avanzar y crecer de otra forma, con otra actitud y en camino, con y por la Gracia del Espíritu Santo, de perfección.