1ª Lectura (1Cor 15,12-20): Hermanos: Si
anunciamos que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que dice alguno
de vosotros que lo muertos no resucitan? Si los muertos no resucitan, tampoco
Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación carece de sentido
y vuestra fe lo mismo. Además, como testigos de Dios, resultamos unos
embusteros, porque en nuestro testimonio le atribuimos falsamente haber
resucitado a Cristo, cosa que no ha hecho, si es verdad que los muertos no
resucitan.
Porque, si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no
ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido, seguís con vuestros pecados; y los
que murieron con Cristo se han perdido. Si nuestra esperanza en Cristo acaba
con esta vida, somos los hombres más desgraciados. ¡Pero no! Cristo resucitó de
entre los muertos: el primero de todos.
COMENTARIO:
Es evidente, si
Cristo no resucitó perdemos el tiempo y hacemos el idiota. ¿Qué esperamos
entonces? ¿Con quien hablamos y a quién nos encomendamos? ¿A quién dirijo mis
oraciones? Evidentemente, seremos entonces los más locos y bobos del planeta.
Pero, Cristo ha
Resucitado, y esa es nuestra fe y nuestra esperanza. Porque, en Él
resucitaremos nosotros también. Ese es el anuncio de la Buena Noticia, que,
Cristo, el Señor, murió crucificado en la Cruz, pero Resucitó al tercer día. Y
de eso se hace eco y noticia el Colegio Apostólico – la Iglesia – que fundamentada
en los apóstoles, nos transmite y anuncia la Resurrección de nuestro Señor Jesús.
EVANGELIO LUCAS 8,
1-3
EN LA TAREA DE
CADA DÍA
El Evangelio de
hoy nos narra una estampa del día a día que la ya comunidad - hoy Iglesia – de aquellos
tiempos vivía en su anuncio de la Buena Noticia. Tal como Lucas narra en su breve
nota biográfica, sobre la notoriedad de algunas mujeres y hombres – apóstoles y
discípulos – que acompañan a Jesús.
Hoy, más de dos
mil años después, esa primera incipiente comunidad ha crecido de manera ingente
y compuestas por hombres y mujeres sigue adelante anunciando la Buena Noticia
de la muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesús. Y es momento oportuno para
revindica el papel importante y necesario que tiene la mujer en la
evangelización y proclamación de la Buena Noticia. Un papel que demanda más notoriedad
y participación.
Porque, las mujeres siempre, desde el principio, como María, la Madre de Dios y Madre nuestra, y otras, entre la que destaca María Magdalena, han tenido un papel muy destacado y de vital importancia en la vida de nuestro Señor. Recordemos que la primera anunciadora de la Resurrección del Señor es una mujer, María Magdalena. Y con ella, tras María, la primera mujer, por la que viene el Mesías al mundo, la mujer toma un gran protagonismos en la Iglesia que funda nuestro Señor.
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